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Así se gestiona la recogida selectiva de biorresiduos en la región: “Es un reto global que tenemos todas las ciudades”

31 de diciembre de 2020. Esta es la fecha límite que tienen los municipios mayores de 5.000 habitantes e industrias agroalimentarias de Castilla-La Mancha para implantar la recogida selectiva de biorresiduos. El resto de localidades con menos de esta población tendrán tres años más. Así se recoge en la Estrategia Regional sobre Gestión de Biorresiduos en Castilla-La Mancha, un plan de acción que el Ejecutivo regional ha elaborado para adoptar una gestión adecuada de los biorresiduos que permita cumplir con los objetivos de eliminación y reciclados marcados legalmente.

Esta separación selectiva de biorresiduos se hará extensiva a comercios, hostelería, oficinas y mercados, así como al resto de actividades del sector servicios, en el momento en que el municipio en el que se ubiquen sus instalaciones proceda a implantar la recogida selectiva. Hasta ahora, en Castilla-La Mancha los biorresiduos se han recogido mezclados con otros residuos, dentro de lo que se denomina fracción resto, lo que hace que una parte significativa de ellos acaben depositados en vertedero.

Pero, ¿en qué punto se encuentra la Estrategia? Por poner algunos ejemplos, en el caso de Albacete, la Diputación provincial, a través del Consorcio provincial de Medio Ambiente, gestiona de manera integral el Centro de Tratamiento de Residuos y las Estaciones de transferencia de la provincia.

En este sentido, actualmente hay un proyecto para adecuar este centro a la Estrategia Regional sobre Gestión de Biorresiduos, dentro del cual se están llevando a cabo las adaptaciones pertinentes de la planta para poder hacer una correcta separación y gestión estos residuos. Una vez todo esté listo, desde el Ayuntamiento de Albacete hay previsto un proyecto piloto de recogida de materia orgánica que se generalizará a toda la ciudad.

Si nos fijamos en Toledo, según Noelia de la Cruz, portavoz del equipo de Gobierno en el Ayuntamiento de la capital regional, la normativa europea les obliga prácticamente ya a hacer una nueva separación en los contenedores de residuos sólidos urbanos. “Nosotros lo tenemos contemplado en los borradores iniciales del nuevo pliego de condiciones técnicas para contratar el nuevo servicio de limpieza y recogida de residuos”.

“Va a ser un quinto contenedor más pero la emergencia climática en la que nos encontramos actualmente requiere el seguir separando correctamente los residuos y seguir optimizando ese trabajo. Es un reto global que tenemos todas las ciudades en el que tenemos que trabajar todos en esa línea para proteger el medio ambiente y dar a nuestros hijos un planeta mucho mejor del que nosotros tenemos ahora”.

En Ciudad Real, junto con otros 80 municipios de la provincia, el sistema de recogida de basura depende del Consorcio de Residuos Sólidos Urbanos (RSU), un organismo vinculado a la Diputación provincial. “El Consorcio ha aprobado, en su último Consejo de Administración, que en 2020 se pondrá en funcionamiento la recogida selectiva orgánica y que se instalaran contenedores marrones en la vía pública”, explican fuentes del Ayuntamiento.

Para ello, el Consorcio dispone de dos subvenciones de más de dos millones de euros concedidas por el programa operativo FEDER de Castilla-La Mancha, Fondo Europeo de Desarrollo Regional, para financiar las inversiones de automatización de la Planta de Reciclaje y para la implantación de la recogida selectiva de biorresiduos, comenzando por la capital de Ciudad Real.

En Guadalajara, el Ayuntamiento está llevando a cabo un proyecto piloto de recogida orgánica en los nuevos desarrollos urbanos de la ciudad, con el objetivo de saber cómo responde la ciudadanía y cuál es la mejor manera de poner en marcha el servicio, con la vista puesta en el 1 de enero de 2021.

Por el momento se han instalado contenedores marrones en el sector SP-02 de la ciudad, que es donde se encuentran parte de los nuevos desarrollos de Guadalajara. Se ha repartido información sobre el servicio en las viviendas de la zona y se han realizado visitas con técnicos especialistas. Se pretende medir la cantidad de residuos se este tipo que se generan.

Para implantar este servicio de recogida en toda la ciudad, el Ayuntamiento ha recibido una subvención de cerca de dos millones de euros de la Junta de Castilla-La Mancha. La subvención es para la adquisición de camiones, la compra de contenedores y para dar formación a los usuarios. En el proyecto piloto participan cerca de 2.000 vecinas y vecinos.

¿Qué son los biorresiduos?

Son aquellos biodegradables procedentes de jardines, parques, los alimenticios y de cocina procedentes de hogares, restaurantes, servicios de restauración colectiva y establecimientos de venta al por menor; así como los originados en plantas de transformación de alimentos. En este caso, no se incluyen los residuos agrícolas o forestales, el estiércol, los lodos de depuración ni otros también biodegradables como textiles naturales, papel o madera tratada, que tienen sus propios procesos de recogida y reciclaje.

Actualmente los biorresiduos se recogen y tratan en Castilla-La Mancha como parte de los residuos domésticos por lo que no existe una recogida selectiva implantada en ninguno de los ámbitos susceptibles de generación de residuos orgánicos. Como excepción se encuentra la poda, residuos recogidos normalmente a través de los puntos limpios y parte de los residuos generados en industrias agroalimentarias, cuya recogida y gestión se realiza mediante los diferentes transportistas y gestores autorizados.

A través de esta Estrategia se incorpora el despliegue de un contenedor específico para esta recogida selectiva en el caso de los biorresiduos domésticos. No obstante, cada ente local determinará qué sistema se adapta mejor a las necesidades de cada municipio. Ahora bien, en el caso de optar por contenedor específico, será de color de marrón con orificio de aportación dimensionado y sobretapa pequeña, para dificultar la aportación de bolsas de otras fracciones de mayor tamaño. Otras cuestiones como su ubicación o la frecuencia de recogida las determinarán también los entes locales.

El compost, el mejor fertilizante

Durante la puesta en marcha de la estrategia, una de las dudas que se plantearon fue qué tipo de procesos se realizaría para el tratamiento de biorresiduos y tras descartar varias opciones se optó por el “tratamiento biológico”, es decir, el compostaje (reutilización como fertilizante) y la digestión anaerobia (descomposición de material biodegradable).

El compost generado a partir de biorresiduos recogidos selectivamente se convierte en un producto fertilizante de calidad para emplear en jardinería, horticultura o agricultura, permitiendo sustituir a fertilizantes inorgánicos, algo a destacar en una región en la que los suelos presentan con carácter general un déficit de materia orgánica.

La Estrategia, aprobada en enero, se encuentra en la primera fase, es decir de implantación gradual de la recogida selectiva de los biorresiduos en Castilla-La Mancha en los municipios mayores de 5.000 habitantes (Albacete, Ciudad Real, Cuenca, Guadalajara, Talavera de la Reina y Toledo) y en las industrias agroalimentarias. Una vez finalizado este periodo el resto de municipios tendrán hasta el 31 de diciembre de 2023.