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Iceta: “Quienes piensan que ganar las elecciones por la mínima resuelve el problema están muy equivocados”

Neus Tomàs

Vídeo de Sònia Calvó y Sandra Vicente —

Miquel Iceta (Barcelona, 1960) está convencido de que puede ser el próximo presidente de la Generalitat. Lo cierto es que los sondeos pronostican un escenario tan abierto que seguramente su optimismo puede estar justificado. Asegura que si lo logra, lo primero que hará será pedir cita con Mariano Rajoy, a quien le llevará la misma carpeta con las peticiones que le entregaron Artur Mas y Carles Puigdemont pero sin el punto que hacía referencia a la propuesta de pactar un referéndum.

El candidato socialista también se dirigirá al presidente de la Comisión Europea, Jean–Claude Juncker, para garantizarle que Catalunya dejará de ser un problema para Europa. Y su tercera prioridad será convocar a los agentes económicos.

El CIS dibuja una Catalunya ingobernable. Parecía que unas elecciones rápidas podían ser una solución pero tal vez el 21D se demuestre que no resuelven el problema.CIS dibuja

Es que las elecciones por sí solas no resuelven el problema. Dicen que hay casi un millón de personas que tienen decidido ir a votar pero que aún no saben a quién. Por lo tanto, estamos ante un escenario mucho más abierto de lo que nos imaginamos. 

Entre esos indecisos, según la misma encuesta, son más los que dicen que prefieren a Ciudadanos que al PSC. ¿Por qué cree que hay más gente que escoge antes a Inés Arrimadas que a usted?

Pues no lo sé, porque yo estoy convencido de que voy a llegar por delante que Arrimadas. Y después de los datos de la encuesta de 'El Periódico' no descarto ganar las elecciones y ser el primer partido. Cada partido tiene su oferta y su lógica. Puede haber gente que considera que para derrotar al independentismo la posición de Ciudadanos es más eficaz. Yo en cambio tiendo a creer que para derrotar al independentismo no basta con decir que no, sino que hay que ofrecer una alternativa mejor. 

¿Puede que haya votantes antindependentistas que no se fíen del PSC?

Puede ser porque me preguntan muchas veces: ¿pactará usted con Esquerra? Y lo les digo que no voy a hacer presidente a nadie de ERC ni tampoco a Carles Puigdemont. El presidente quiero ser yo.

Bueno, es normal que quiera ser presidente... 

Pero es que ahora puedo. Hace dos años quizás también me hubiese gustado pero no se me hubiera ocurrido decirlo porque no se daban las circunstancias. Esas eran unas elecciones para salvar los muebles. Pero ahora, en la encuesta que antes comentaba, somos cuatro partidos empatados en el 20% y el quinto 20% se lo reparten entre tres. Cuando ves que la diferencia entre el primero y el cuarto es de solo dos puntos y hay un millón de indecisos piensas que sí puede ser.

Asegura que no investirá a un independentista y tampoco a nadie de la derecha, en referencia a Arrimadas y Xavier García Albiol. ¿Con tanto veto no ha pensado que a partir del día 22 igual tendrá que rectificar?

Yo creo que no porque ninguna encuesta da la suma al presunto bloque PSC–Ciudadanos–PP. Siempre he pensado que el acuerdo de investidura tendrá que tener una cierta transversalidad o no será posible. Considero que soy la persona que lo puede encabezar y si no es así igual es porque se ha producido una mayoría absoluta de los independentistas y por lo tanto no tendremos que perder mucho tiempo en hablar de otras opciones.

De momento no está claro que sea así.

Bueno, bueno, está todo muy abierto. Hay encuestas que les dicen que la tienen o que les faltan sólo uno o dos diputados. No me gusta hacer apuestas pero en este caso y con el alto nivel de indefinición aún las haría menos. El futuro está por escribir.

Esta semana durante la recepción del Día de la Constitución Albert Rivera le recordó con ironía a Pedro Sánchez que los socialistas le deben una investidura.

Eso ya le pasó una vez al pobre Artur Mas que se pensó que había atado una investidura del Parlament en Madrid [en referencia a la negociación de CiU con el presidente Zapatero] y no fue así. Creo que el PSOE no tiene deudas y quien desde luego no las tiene es el PSC.

Sánchez dice que en 6 meses se puede empezar la reforma constitucional pero el PP sigue dando largas. ¿No es más un deseo que una posibilidad real?

Pedro Sánchez consiguió arrancar el compromiso de la puesta en marcha de la comisión de revisión del modelo autonómico y que en seis meses debe dar paso a una discusión ya más concreta sobre una reforma constitucional. Va a ser difícil llevar a todo el mundo a ese camino pero lo curioso es que nadie ha señalado otro. No voy a obligar a nadie a aceptar una propuesta que no es la suya pero lo que veo muy difícil es que se pueda negar la existencia de un problema que debe tener una solución. El año que viene la Constitución cumplirá 40 años y valdría la pena una puesta a punto.

Pero si Rajoy no quiere, no hay reforma constitucional.

Es que el PP no quiere reformas. Parte del PP llegó tarde a la propia Constitución del 78, al divorcio, a la despenalización del aborto, al matrimonio gay... y ahora los gays del PP hacen las bodas más glamurosas. Por lo tanto, yo no pienso resignarme. Hay que convencerles de la necesidad de esa reforma y ser conscientes de que llegar a un acuerdo sobre un tema tan relevante no va a ser fácil pero que hay que seguir por ahí.

Hay otras cuestiones que no son la reforma constitucional y que también hay que arreglar. Tenemos las demandas que Puigdemont hizo a Rajoy y aún siguen encima de la mesa sin que nadie las mueva, está la financiación autonómica o los temas de inversión pública en Catalunya. Temas sobre los que debatir, negociar y eventualmente acordar habrá muchos.

Usted ha anunciado que si llega a presidente lo primero que hará es pedir hora a Rajoy. De su respuesta interpreto que cogerá esa carpeta de temas pendientes que le entregó Artur Mas y después amplió Puigdemont y se la volverá a llevar a la Moncloa.

Lo que he anunciado es que le pediré horas a Rajoy porque con una no será suficiente. Sí, le llevaré esa carpeta con esos puntos menos el del referéndum porque este no lo comparto. Pero los 45 restantes se los llevaré. Esa será una de las carpetas. La de la financiación es otra, la del propio desarrollo estatutario e incluso la recuperación de algún elemento perdido por la sentencia que pudiese reconducirse a través de una ley orgánica también la llevaré. Y temas que tengan que ver con la promoción de Barcelona o el compromiso del Estado con la lengua y cultura catalanas y aranesas. 

Si no lo es se parece mucho a establecer una relación bilateral.

No, porque muchos de los elementos que vamos a proponer no se los negamos a nadie. Por ejemplo, proponemos un consorcio tributario pero no sólo para Catalunya. La comunidades que consideren que esa es la mejor manera de organizarse, ¿por qué no lo van a hacer? Cuando pensamos en condonar una parte de la deuda autonómica no sólo pensamos en la catalana. Hay otras autonomías que también pueden explicar qué parte de la deuda es por infrafinanciación o por un exceso de esfuerzo para cumplir con el déficit impuesto por el Estado.

El ministro Montoro ya le ha contestado que no habrá condonación. 

Bueno, pero había dicho que sí en marzo. Me hace gracia porque de este tema ha hablado todo el mundo en algún momento u otro pero parece que sólo es un problema cuando sale de Catalunya o lo propongo yo. Yo lo propuse hace dos años pero quizá entonces no le dieron importancia porque igual nadie pensó que tendría este chance de ser presidente.

Siempre que haya una renegociación del modelo de financiación debe haber más dinero. Si no hay mucho más dinero una de las maneras de facilitar las cosas es reducir parte de la deuda. Eso estará en la mesa porque lo han pedido otros gobiernos como el de la Comunidad Valenciana o Baleares. 

Ese frente mediterráneo, Catalunya, Comunidad Valenciana y Baleares ya intentó en la época de Pasqual Maragall actuar coordinadamente y que fuese escuchado pero no se ha avanzado mucho. A lo mejor tendrá el mismo problema y es tener que convencer a algunos de sus compañeros socialistas.

Puede ser porque sobre todo cuando hablamos de financiación hay gente que puede tener miedo y pensar 'si estos obtienen más yo obtendré menos'. Lo que tenemos que hacer es que nadie pierda respecto a lo que tenía. Otra cosa es la discusión sobre cómo deben evolucionar los ingresos en el futuro. Y de algunas alianzas mediterráneas también se beneficiarán Múrcia y Andalucía. En esta zona se concentra el 40% del PIB español. Por lo tanto no estamos pensando solo en nuestras comunidades, estamos pensando fundamentalmente en España. Tendría que haber una estrategia española de fomento del eje mediterráneo. No me imagino una España que vaya bien si su levante va mal.    

Pues tendrá que convencerlos.

Claro, pero eso siempre. Si algo ha fracasado estrepitosamente son las vías unilaterales e ilegales. En una democracia no puede haber imposición.

¿Susana Díaz no ha querido venir a hacer campaña o o no la han invitado?

No ha habido manera de ponerse de acuerdo en las fechas. Ella estaba invitada como todos. De hecho, la invitación se hizo en el consejo de política federal, en Alcalá de Henares. Pero es curioso porque la propia Susana me dijo una cosa: 'Oye, esta campaña es para hacerte a ti presidente. No pienses si en los demás ayudan poco o mucho porque quien tiene que convencer eres tú'. O sea, hay confianza.

Díaz es de las dirigentes que siempre insiste en que no aceptará que haya privilegios para Catalunya.

Nunca he pedido un privilegio para Catalunya, yo estoy muy de acuerdo en eso. Los socialistas acordamos que aquí podemos proponer lo que sea con dos límites. Uno, romper la unidad de España, y otro, la desigualdad de derechos entre los españoles. Nada de lo que proponemos rompe España ni quiebra la igualdad de derechos entre españoles.

Hay gente, desde Marta Rovira a Antonio Baños, que le reprocha su buen humor y que baile mientras algunos de sus adversarios están en la cárcel. ¿Le molesta que le tilden de frívolo?desde Marta Rovira

No, ya no, y menos según quien lo hace. Mucho más frívolo me parece no saber cuántos parados hay, como le pasó a Marta Rovira. Hay que recordar otra cosa. ¿Tengo yo cara de juez? ¿Me llamo yo Llarena? No. Yo no soy ni juez de la Audiencia Nacional ni del Supremo. Estuve dos años intentando convencerles de que no se saltasen la legalidad y hasta el último día intentando que no declarasen la independencia. Avisando de que había una oportunidad con la convocatoria de las elecciones por parte del propio presidente Puigdemont. A mí no me pueden hacer responsable de actos de los que les advertí desde hace tanto tiempo y de forma tan vehemente.   

¿O sea que usted sí sabía cuál es la tasa del paro?

Debo decirle que en estas cosas a veces te pueden pillar en un renuncio. También es verdad que hay que ir con cuidado con las cifras porque pueden ser engañosas. Por ejemplo, hay un 12,5% de paro pero entre los jóvenes es de un 30%. Hace mucho tiempo la pregunta era el precio de la barra del pan o el billete de metro y esto es una cosa muy manida de las campañas. Pero, afortundamente para todos, está la Viquipedia. Mis asesores me cargan de papeles.

En todo caso, aquí no ha habido suficientemente consciencia del daño que nos hemos hecho. Los que dijeron que la marcha de sedes sociales de empresas no tenía importancia se equivocaban mucho o se engañaban mucho. Vamos a tener que hacer un gran esfuerzo para recuperar una senda de crecimiento, de creación de empleo y que no nos haga más daño esa imagen de conflicto y de inseguridad jurídica que hemos dado.  

¿Por qué cree que, pese a esos datos, el independentismo sigue teniendo un grado de apoyo tan alto entre los ciudadanos catalanes? 

Es que la independencia es un ideal, un proyecto político, que es legítimo. No necesariamente quien es independentista quiere que las cosas vayan mal y no porque algunas cosas vayan mal renuncia a su ideal. A veces desde fuera de Catalunya incluso se ha utilizado el símil del suflé. El independentismo no es un suflé.

Aquí hay una parte muy importante de catalanes que piensan que no hay manera de reformar España y que lo mejor que puede pasarle a Catalunya es separarse. Yo no comparto esa idea. Por eso creo que con decir 'no' [a los independentistas] no va a ser suficiente. O les convencemos de que hay un camino mejor, o más razonable, o con menos costes, que promueve el avance en el autogobierno y la financiación, o no les vamos a convencer. Quienes piensan que ganar las elecciones por la mínima resuelve el problema están muy equivocados.     

Rajoy dijo que el procés estaba acabado. ¿Está de acuerdo?

Más que el procés diría que este capítulo. Depende de a qué se llame procés. Si era el procés de la hoja de ruta del independentismo en 2015, pues efectivamente se ha acabado. Pero el problema, el encaje, llámese como quiera, ese sigue vivo. Y si no tiene una respuesta seguirá vivo por mucho tiempo.

Usted ha apuntado la posibilidad de que haya indultos para los políticos independentistas que están presos pero para que haya indulto tiene que haber condena.   

Por eso intento hablar lo mínimo de esto. Hay una presunción de inocencia, ¿por qué tenemos que dar por hecho que esto acaba en condenas? Pero también es verdad que si acabase en condenas hay mecanismos para intentar aligerar a estas personas de un proceso que ha tenido un componente de proceso político muy importante. Y si lo queremos superar y dejar en el pasado, quizá aconseje la toma de medidas de este tipo, en su día y si ha lugar.

¿Le molesta que se hable del bloque del 155?  

No. Yo hablo del bloque del desastre, de las 2.800 empresas que se han ido, de la división, del fracaso, del bloque fracasado. La gente que ponga los nombres que quiera a las cosas que quiera. Nosotros en este tema lo dijimos: ni DUI ni 155, elecciones. Se produjo la DUI y después hemos tenido un 155 para convocar elecciones. Se hizo como inevitable. Y advertidos estaban. La prueba es que Puigdemont duda y estuvo durante unas horas convencido de que lo mejor era convocar elecciones él mismo. Tenía razón y se equivocó al echarse atrás.

Dijeron ni DUI ni 155 pero los socialistas apoyaron el 155.

Sí, después de que hubiese una DUI en el Parlament.

Gracias o por culpa del artículo 155, la semana que viene el Museo de Lleida tendrá que entregar ya las obras de Sijena.

Pero eso no es por culpa del 155, es por una decisión judicial.

Pero hace décadas que se arrastra y se decide justo ahora.

Ya, pero si en 10 años no se aprovechó para hacer un acuerdo... Los ingleses tienen aquella expresión de 'llorar por la leche derramada'. Todo el mundo llora por la leche derramada pero la pregunta es cómo en 10 años no encontraron un acuerdo sensato y razonable. Al final, llega una sentencia judicial, que está recurrida y ya veremos porque esto dará vueltas. Aquí el problema es la judicialización de la política.

Cuando hay un problema de este tipo lo mejor es encontrar una solución acordada que normalmente es un ni para ti ni para mí. Por desgracia cuando hay gente que se entozudece no quieren aceptar acuerdos de estos y luego se ven obligados a aceptar una resolución judicial que acaba siendo la felicidad de unos y la tristeza de otros. Por eso siempre busco la razonable satisfacción de todos.

Entonces el alcalde de Lleida y presidente del PSC, Àngel Ros, está triste.

Naturalmente pero si el alcalde de Lleida hubiese sido conseller de Cultura este tema se hubiese acordado.

¿Cómo? Porque el PSC ha tenido consellers de Cultura y el tema no se ha solucionado.

Pues buscando un acuerdo. Viendo como iba evolucionando el proceso judicial ya se veía que esto no acababa bien. Por lo tanto era mejor salvar algo que perderlo todo.

¿Que a un socialista lo aplaudan tanto en el Círculo Ecuestre o guste tanto en determinados foros de empresarios es bueno o da que pensar? lo aplaudan tanto en el Círculo Ecuestre

Da mucho que pensar sobre el desastre en que estamos. Da mucho que pensar sobre quienes antes representaban estos intereses y han sido incapaces de hacerlo. En estos momentos hay una parte del catalanismo no independentista que se ha quedado huérfano de expresión política propia y que quizás en estos momentos y de forma excepcional está dispuesto a confiar en Miquel Iceta. Si no hubiera habido la locura de los últimos meses no se estarían dando fenómenos como el que describe.

Queda claro que cree que esta vez puede llegar a presidente. ¿Si no es presidente no estará en el Govern?  

No. Mi idea es que quien alcance la presidencia tenga un margen que no sea un reparto de carteras entre partidos. Y yo creo que en ese sentido puedo ser más útil desde el Parlament que desde el Govern.

Entrevista completa