El ventilador de la oposición

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Esta semana hemos iniciado el trámite parlamentario para aprobar los presupuestos de la Generalitat Valenciana para el próximo año.

Les voy a evitar los detalles farragosos pero les adelantaré la conclusión: mientras unos (los grupos que damos apoyo al Consell) intentamos radiografiar partidas para introducir mejoras, incrementos o compensaciones que pensamos puedan mejorar la distribución de los más de 28 mil millones de euros a los que asciende el total; otros (los grupos de la oposición) lejos de plantear alternativas que se adecuen a su teóricas prioridades (al menos las que les “vendieron” a sus votantes en campaña electoral) se han dedicado a enchufar el ventilador y escampar basura contra las Instituciones y sus gestores.

Lo primero que me llama la atención es la uniformidad del mensaje, ninguna distinción, ninguna originalidad, ninguna diferencia. PP, Cs y Vox no han cumplido con el propósito para el que los eligieron sus votantes, han dispuesto su trabajo a cultivar el enfrentamiento y la polarización con discursos dañinos que nada han aportado a la mejora de las cuentas públicas.

Respeto que no estén de acuerdo con las prioridades de este Consell pero al no centrar sus intervenciones en planteamientos alternativos no me queda claro – entiéndanme la ironía- si están a favor o no de incrementar el dinero dirigido a contratar más personal sanitario o docente; a rebajar el precio del transporte público; a la gratuidad de la enseñanza para los más pequeños; a pagar los libros de texto para todos los niveles educativos; a construir residencias de mayores; o establecer la gratuidad del metro para los jóvenes. Porque sí, esos mas de 28 millones de euros son con los que se paga el sueldo de aquellas persones que cuidan de nuestra salud, de las que enseñan en nuestros colegios, de las que atienden a las persones mayores. Con nuestros impuestos las arcas de la Generalitat pueden mejorar la flota de trenes y autobuses; liberar y construir vivienda accesible para todos; pagar la renta de inclusión a quien no tiene otra forma de salir adelante; hacer frente a las becas de nuestros jóvenes universitarios; incrementar las plazas para formación profesional; y multitud de herramientas más que persiguen hacernos a todos la vida mucho mas sencilla.

¿Alguien piensa que la posibilidad de hacer gestiones a través de nuestro ordenador no tiene un coste?, ¿o que las persones que recogen la basura de los contenedores o limpian nuestras calles no reciben un sueldo por ello?.

Los presupuestos de cada año se hacen bajo dos premisas fundamentales: la situación general de un momento concreto y las prioridades que cada Gobierno establece de acuerdo a sus compromisos. La situación actual se asemeja cada día más complicada, tras una pandemia y en medio de una crisis mundial por la invasión rusa a Ucrania y todo lo que ello significa respecto principalmente al encarecimiento de productos y suministros de primera necesidad. Y bajo ese paraguas el Consell ha marcado en las cuentas publicas su prioridad de apoyo a las personas. De eso se trata y aún cuando no contemos con quienes aprovechan la representatividad que le dieron los votos para desprestigiar la política y a sus gestores, nosotros seguiremos con el mandato de la ciudadanía y abogando y trabajando para que cada día sea más fácil que todas las personas puedan desarrollar su proyecto de vida. Porque cuando una familia no tiene que pagar la escuela infantil o la matricula de la universidad de sus hijos, ese dinero lo puede destinar a otros menesteres. Cuando al hacerse una analítica o una ecografía no hay que abonar el coste del servicio ese dinero lo pueden reservar para otros pagos. Y esa es nuestra prioridad, protegernos a todos.

Como portavoz de transparencia, participación y memoria democrática del grupo socialista en Les Corts, me siento muy orgullosa de unos presupuestos que establecen la fortaleza de las instituciones y la democracia como ejes fundamentales de la actuación del Consell.

¿Y saben lo que eso significa?, pues que se van a destinar más recursos a que las entidades ciudadanas puedan llevar adelante los proyectos que entre todos decidan que hay que implementar en su pueblo o ciudad; significa desarrollar un nuevo modelo de atención ciudadana en la que se apuesta por la digitalización al tiempo que se incrementa la atención personalizada; significa que cada día estamos más cerca de que la Comunitat Valenciana sea un territorio libre de fosas y vestigios de la dictadura; y significa que la sede del Instituto de Memoria democrática será una realidad, así como el Mausoleo en el cementerio de Paterna, el centro de interpretación en el campo de concentración de Albatera (en San Isidro); y por supuesto significa que vamos a seguir invirtiendo en investigación para hacer posible la identificación de todas las víctimas.

No se deben embaucar por el viento que llega del ventilador de la oposición, el presupuesto del Consell para el año 23 es un buen presupuesto. Es el más social posible, el que hace que la Generalitat sea la institución más transparente, más democrática y más solidaria.

Son los últimos presupuestos de esta legislatura y los primeros con los que trabajará el tercer Consell del Botànic.