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El PSOE de Castellón tensa la cuerda con sus socios de gobierno en el 'caso Lafuente'

La alcaldesa de Castellón, Amparo Marco, durante un pleno

Belén Toledo

Castellón —

El “caso Lafuente” amenaza con seguir protagonizando la actualidad de Castellón, con la consiguiente erosión para el Pacto del Grau, firmado por PSOE, Compromís y Castelló en Moviment. El último capítulo de este serial político tuvo lugar el miércoles, cuando fuentes municipales confirmaron que Juan Ángel Lafuente optará al proceso de selección del jefe de la Oficina de Planificación Económica del Consistorio. Se trata de la plaza que él mismo ocupa en la actualidad gracias a la decisión personal de la alcaldesa, Amparo Marco.

Esta decisión supone un golpe y una brusca sacudida para el Pacto del Grau. Tanto Compromís como Castelló en Moviment han mostrado en muchas ocasiones su desacuerdo con el nombramiento. La razón es que Lafuente aceptó la plaza en febrero de este año con un sueldo de 68.646 euros brutos, un año después de haber rechazado la oportunidad de ser concejal del PSOE, con una remuneración de 41.464 euros brutos.

Lafuente es, además, compañero de trabajo de la alcaldesa en el departamento de Finanzas y Contabilidad de la UJI, y ocupó un puesto destacado en la lista electoral que Marco encabezó en las pasadas elecciones municipales. Su nombramiento como alto cargo del Ayuntamiento fue una decisión unilateral de los socialistas, que no consultaron a Compromís ni a Castelló en Moviment. Ambas formaciones se enteraron por la prensa de que la Oficina de Planificación tenía un nuevo jefe.

Soledad del PSOE en el Pleno

Esta circunstancia provocó un gran malestar en Compromís. En público, la formación pidió públicamente la dimisión de Lafuente y sus concejales votaron en el Pleno de febrero junto al resto de grupos, y contra el PSOE, para pedir su cese. Al día siguiente de esa traumática votación, ambos socios acordaron una solución de consenso: mantener al aludido en el puesto cuatro meses más, hasta que su sucesor fuera nombrado en un procedimiento de libre concurrencia.

Ahora, cuando se ha conocido que Lafuente optará a ese proceso de selección, la versión oficial de los portavoces de Compromís es que “no hay ningún tipo de malestar. Éramos conscientes desde el primer momento que era una plaza de libre concurrencia y que él se podía presentar”. Sin embargo, es obvio que el asunto es un foco de tensión y alejamiento entre los dos socios de gobierno.

Bastar echar un vistazo a las caras de los concejales de Compromís cuando se aborda la cuestión en los plenos municipales. Las miradas se mantienen bajas y el gesto es de incomodidad. En privado, miembros de la formación han mostrado repetidamente su disgusto ante la actitud de la alcaldesa, que tardó dos meses en pedir disculpas en público por la forma en que se produjo el nombramiento, aunque defendió su legalidad en todo momento.

Las fuentes consultadas de Compromís sostienen, además, que es difícil creer que Lafuente haya dado este paso sin contar con ningún tipo de apoyo de su partido. También han expresado su estupor por el hecho de que Marco no pidiera ya en febrero a Lafuente su dimisión para acabar de una manera rápida con este problema, cuyo alargamiento en el tiempo está causando daño a la imagen del equipo de gobierno y quitando espacio en los medios de comunicación a la información sobre la gestión municipal.

El “caso Lafuente” está siendo utilizado como ariete por los partidos en la oposición. Desde que Lafuente ocupó su plaza en febrero, Ciudadanos y PP acusan reiteradamente al equipo de gobierno de oscurantismo y enchufismo. También utilizan el nombramiento y las consiguientes tensiones entre PSOE y sus socios para calificar su Ejecutivo de débil y de “caos”, una de las expresiones más repetidas por la portavoz popular, Begoña Carrasco.

El Pacto sigue, pero con desconfianzas

Por su parte, Castelló en Moviment sí hizo públicas sus quejas. “Es una tomadura de pelo”, explicó Xavier del Señor, portavoz de la formación. Del Señor se quejó de que “esté pasando todo esto con el apoyo de la alcaldesa”. Y afirmó que esta noticia “desgasta la confianza de Castelló en Moviment y de la ciudadanía que apostó por otra forma de hacer política”. “No vamos a romper el pacto por esto, pero evidentemente hace que nos replanteemos la relación con el gobierno”, concluyó.

Desde el grupo municipal socialista, la posición es de “respeto por el procedimiento”, al que “se pueden presentar libremente los candidatos que lo consideren, y que se valorará por parte de técnicos”. Además de Lafuente, otras cuatro personas optarán a la plaza. Para ello, según explican las bases de la convocatoria, presentarán sus méritos y harán una entrevista personal. Según fuentes municipales, la comisión encargada de la selección estará formada sólo por funcionarios.

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