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Chapa y pintura altruista contra el lodo que se apoderó de un colegio de Catarroja

El colectivo de artistas madrileños Unlogic Crew pintando varias ilustraciones en el colegio CEIP Paluzié de Catarroja

Leila El Moudni Guerrero

7 de diciembre de 2024 23:55 h

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Cualquiera que recorra los alrededores de Catarroja puede sentirse inmerso en un escenario bélico. El polvo en suspensión, bajos aún inundados, comercios inservibles y una sensación de desamparo de los poderes públicos se convierten en una realidad casi normalizada por quienes levantan la persiana cada mañana. Más de un mes después de la trágica riada, los habitantes de este municipio siguen con las tareas de limpieza exhaustiva intentando recuperar la cotidianidad alejada del ruido y los olores prácticamente insalubres.

En los aledaños de esta población de no más de 30.000 catarrogenses, las vallas intentan limitar un edificio que a simple vista parece abandonado. En la fachada, se ve un folleto informativo, protegido por un cristal, con un aviso del horario de tardes. Parte del muro que limitaba la calle con el patio ha quedado totalmente derrumbado. Las piedras y los ladrillos que descansan sobre el suelo contrastan con algunos pocos juguetes que han sobrevivido al temporal sin precedentes.

El CEIP Paluzié fue uno de los puntos de recogida de las donaciones que iban llegando de distintas ciudades, pueblos y autonomías del territorio nacional. Pero desde el día que la tromba de agua marcó un antes y un después en la sociedad valenciana, los 200 niños y niñas de entre tres y doce años (de Infantil a Primaria) aún no han vuelto a retomar la actividad lectiva. Mireia García Felguera, jefa de estudios y directora en funciones, acoge a elDiario.es en su despacho. La representante de la comunidad educativa de este colegio explica que los voluntarios han sido los que han estado desde el primer día de la catástrofe, mientras que la Conselleria se puso en contacto más tarde, concretamente “hace tres semanas” y la empresa contratada para las labores de limpieza tuvo que parar por el fallecimiento de un trabajador en el colegio Lluís Vives de Massanassa el pasado 24 de noviembre.

“Esta semana se han puesto las pilas y han contratado a otra empresa que ha hecho todas las reparaciones necesarias. El mobiliario también está renovado”, manifiesta la jefa de estudios del CEIP Paluzié. A la pregunta de si se ofreció la posibilidad de trasladar a los alumnos a otro centro, García Felguera cuenta que con la inspección del estado del centro se valoró que se podía empezar de nuevo, especialmente porque son poco estudiantes, pero que la realidad ha sido otra y no se “esperaban que fuera tanto tiempo”.

Las familias y el profesorado han vivido momentos de incertidumbre y preocupación cuando no veían una fecha de retorno posible. Hay quienes ya han desplazado a sus hijos a otros municipios “por voluntad propia”: “Creemos que ha sido un 20% del alumnado en colegios de Picassent o Albal. Estas familias han decidido que la situación era insostenible”, destaca. Además, añade que siempre ha habido un seguimiento constante con las familias y que durante estas últimas semanas se ha iniciado “el contacto online”, especialmente “más a nivel emocional que académico”. El próximo martes 10 de diciembre, las aulas ya estarán disponibles para volver a acoger al alumnado que “tanto desea volver” para reanudar con su aprendizaje.

Las mascarillas, los trajes de protección y los productos diseñados específicamente para matar hasta la última bacteria se aglutinan en los pasillos del enclave académico. La empresa contratada por la Generalitat está supuestamente subcontratada por el Grupo Tragsa, como la primera que estuvo hace varias semanas. La coordinadora de los empleados de la compañía de limpieza actual explica a este medio que su prioridad son los niños: “No queremos que quede nada de barro. Después de esta limpieza, entraremos y cerraremos de cinco a seis horas todo para que mate los microbios que queden”. En cada aula ya esterilizada, se ha colocado un papel con el día y la hora en el que se hizo para que nadie pueda acceder dentro de ese espacio. Es el primer y último día que estarán en el CEIP Paluzié para dejar las zonas lo más seguras posible para el tránsito de los más pequeños.

En esta conversación, la jefa de estudios confiesa que el propio colegio buscó una empresa que repusiera los cristales que se rompieron, y que Tragsa se encargó del pago. Fuentes presentes también agregan que desde la institución valenciana contratan a empresas de limpieza “que seguramente ni conocen”.

“Los voluntarios son los que han hecho el trabajo más pesado”, subraya García Felguera. A escasos metros, cuatro miembros de Greenpeace continuaban con las labores de recuperación del espacio educativo. Sus esfuerzos se canalizaban en volver a recuperar el blanco de las paredes. Miguel García, miembro de la organización ecologista, confiesa que desde Greenpeace no dudaron en “echar una mano” en una situación provocada por los efectos del cambio climático: “Identificamos en qué espacios podíamos ayudar. Organizamos un equipo de voluntariado y empezamos durante la segunda semana en la restauración de este colegio. Pintamos y saneamos el interior y el exterior. También nos encargamos de coordinar el voluntariado externo a Greenpeace”.

En línea similar, Sonia Quirce, también integrante del movimiento, expresa que la jefa de estudios siempre ha estado presente y ha agradecido su labor. “Hemos tenido todas las facilidades como la gestión de las autorizaciones para llegar con vehículos”, añade García y remarca que cerca de 45 personas están colaborado con el colectivo Acció-Ecologista AGRÓ en las labores de limpieza de la Albufera y socorriendo a dos huertas de pequeños agricultores de cercanías que han visto “como sus fitas han sido arrasadas”.

Desde esta misma organización, también se han encargado de coordinar al colectivo de artistas madrileños que pintó un mural feminista que fue vandalizado y que han decidido acudir como voluntariado para añadir otro granito de arena solidario. Los Unlogic Crew han podido operar en este centro educativo para “devolver la felicidad a los niños y brindarle un homenaje a la dibujante Cristina Durán”. Jorge Nuño, uno de los seis integrantes de este grupo de artistas, relata que hace tres fines de semana vino al colegio con varios “colegas de Greenpeace” para colaborar en su rehabilitación y que durante ese tiempo pudo conocer a la ganadora del premio nacional del Cómic 2019, cuyo estudio quedó totalmente devastado. “Hace pocos meses Greenpeace sacó un libro llamado 'Ecotopías', coordinador por García, para concienciar a los más pequeños sobre el medio ambiente y la sostenibilidad. Para ello escogieron a ilustradores muy reconocidos a nivel nacional, y una de ellas era Cristina”, subraya.

“Nos dieron la posibilidad de hacer una temática libre, pero quisimos hacerle un homenaje a Cristina [Durán] porque es un referente artístico y está arraigada en Catarroja. Sus ilustraciones tienen un carácter cercano hacia lo infantil. Nos parecía bonito combinar sus diseños y hacer partícipe a las nuevas generaciones”, asevera Nuño. La última vez, los seis dibujantes se centraron en pintar las columnas, pero también “quisieron darle color al hall”: “Hemos dado una base de color a los 14 metros de largo y 4 de alto, tanto de gama caliente como fría. Hemos marcado el trazo grueso, típico del estilo de la artista”, añade.

Tres días les ha bastado para recrear unos dibujos que van más allá de lo superficial. Su principal motivación se ha basado en “darle alegría” a los niños que vuelven el próximo martes: “Cuando uno se imagina su cole de pequeño es con colores vivos”.

Y es que tanto el voluntariado de Greenpeace como los artistas madrileños se están alojando en un camping en el Saler. Tres personas comparten espacio en un mismo bungalow, pero desde la experiencia de Nuño está “muy cómodo y tienen de todo”.

Los Unlogic Crew llevan más de 25 años desarrollando proyectos sociales como leitmotiv de la trayectoria artística de cada uno de los miembros. En 2018, frente al Hospital la Fe, había un edificio con un cartel de una funeraria que propició que los familiares con hijos en oncología infantil se rebelaran. Consiguieron que se pusiera de blanco y desde este colectivo de artistas vieron una oportunidad para plasmar un mensaje: “Pusimos a los niños a dibujar y hubo un crío que se dibujó a sí mismo vestido de superhéroe con un gotero y es la referencia que escogimos para adaptar el mural”. Este próximo año, la falla Archiduque Carlos Chiva presentará una falla basada en el mural.

Nuño denuncia que en este país hay una “trayectoria tremenda de intentar delegar en la ciudadanía las obligaciones estatales y de las administraciones”, en alusión a otras situaciones de crisis como el volcán de la Palma. Al integrante de Unlogic Crew le parece ilógico que no se haya depurado “ni una sola responsabilidad a nivel autonómico”: “Seguimos actuando exactamente igual, llegando tarde y con medios insuficientes. Es frustrante tener que suplir una administración”. Y con toda esa indignación, Nuño sentenció: “Somos los voluntarios quienes les estamos sacando las castañas del fuego a una institución autonómica. La negligencia del Gobierno valenciano clama al cielo”.

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