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Un paciente de una enfermedad rara denuncia que el hospital privatizado de Elche le retiró el tratamiento de fisioterapia

Ramón Quesada, vecino de Crevillent, fue diagnosticado de siringomielia en 1994.

Miguel Giménez

València —
2 de julio de 2023 06:01 h

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La siringomielia es una patología del sistema nervioso central que se caracteriza por la formación de cavidades llenas de líquido dentro de la médula espinal. Los síntomas de esta enfermedad considerada 'rara' varían según la ubicación y el tamaño del quiste o siringe, así como de la gravedad del daño nervioso que haya provocado: los más comunes son dolor crónico de cuello, hombros, brazos o espalda, debilidad muscular o entumecimiento.

Ramón Quesada es un vecino de la localidad alicantina de Crevillent de 74 años a quien le diagnosticaron siringomielia hace casi tres décadas, en 1994. Desde entonces -y hasta hace unos meses- ha estado tratándose con fisioterapia para aliviar los síntomas de una enfermedad que no tiene cura, más allá de la cirugía. Según explica Quevedo a elDiario.es, no tuvo problema con el tratamiento hasta hace unos años, ya con el centro sanitario privatizado -Francisco Camps inauguró en 2010 el nuevo Hospital del Vinalopó, gestionado por Ribera Salud en virtud de una concesión sanitaria que finaliza en 2025-.

“Hace cuatro años me rompí el fémur y se prolongó la rehabilitación por la recuperación de la fractura, pero ya hace un tiempo me retiraron el tratamiento de fisioterapia para reducirlo a TENS (estimulación nerviosa eléctrica transcutánea o Transcutaneous Electrical Nerve Stimulation en inglés, que consiste en la aplicación de corriente eléctrica a través de electrodos de superficie, pegados sobre la piel, con el objetivo de tratar o eliminar el dolor) y a la pistola de masajes”, relata Ramón, quien sostiene que hace un mes le dieron una serie de ejercicios para que los hiciera en casa: “Los médicos me dijeron que ya había tocado techo y que no podía mejorar, y por eso me retiraban la fisioterapia, así que decidí renunciar al tratamiento que me estaban dando y que creo que era insuficiente, que solo servía para que perdiéramos el tiempo, ellos y yo, ya que es algo que me podía aplicar yo en casa, sin necesidad de acudir al hospital”.

El problema, relata, es que los innumerables problemas físicos que le ocasiona la siringomielia solo se le alivian con la fisioterapia, por lo que lo estaba pasando “muy mal”. “Sé que no tengo cura, y que si me operaran corro el riesgo de quedarme mucho peor, pero el tratamiento de fisioterapia sí que me ayuda”, comenta Quesada, quien señala que actualmente está acudiendo a un profesional en una clínica privada para recibir las sesiones que le niegan en el Hospital del Vinalopó, con un coste de 30 euros por sesión. “Es una injusticia”, sentencia con gran malestar: “Desde que cambié de hospital, las cosas fueron a peor, y claro que puedo ir a una clínica privada, pero yo soy un pensionista”.

Desde Ribera Salud confirman que el paciente solicitó el alta voluntaria: “Si desea retomar el tratamiento, debe acudir a su médico de atención primaria y comenzar el circuito”. Según reconocen algunos expertos, la fisioterapia “también puede ser útil para mejorar la movilidad, reducir el dolor y fortalecer los músculos”.

Valorar cada caso individualmente

La doctora Cristina Soriano, especialista en neurología del Hospital General de Castelló, explicaba a elDiario.es que la siringomielia es una enfermedad que produce síntomas muy variables de un paciente a otro: “Hay desde casos asintomáticos a otros con pérdida de fuerza y alteraciones de la sensibilidad. A veces aparece dolor, pero no siempre; que aparezca o no va a depender de las estructuras medulares afectadas y también de si hay algún otro problema en la columna vertebral o en la base del cráneo asociados a la siringomielia”. 

Es decir, apunta que el dolor “es un síntoma, pero su tratamiento, mas allá del uso de medicación analgésica, va a depender de cual sea el origen de ese dolor: rigidez en los músculos, daño en las vías sensitivas del dolor, lesión en estructuras óseas…”.

En algunos casos la fisioterapia, “lo que habitualmente llamamos rehabilitación, puede formar parte del tratamiento, pero en otros no; y que lo sea en un momento dado de la evolución del paciente no quiere decir que lo vaya a ser en otra fase de la enfermedad”. En resumen, algunos pacientes con siringomielia pueden beneficiarse de un tratamiento rehabilitador, “pero hay que valorar cada caso individualmente”, concluye.

Paralización de las reversiones

El Hospital del Vinalopó, un centro público de gestión privada que da cobertura a la mitad de la población de Elche y a municipios como Crevillent o Aspe, entre otras localidades, finaliza su concesión en 2025. El Botànic siempre se marcó como objetivo, desde que la socialista Carmen Montón se hiciera cargo de la Conselleria de Sanidad en 2015, la recuperación de las concesiones sanitarias privatizadas por los gobiernos del Partido Popular. 

Sin embargo, como ya se encargó de recordar Ribera Salud al Gobierno autonómico en funciones de PSPV, Compromís y Unides-Podem en relación al proceso de recuperación de la gestión del hospital de Dénia tras el 28M, la victoria del Partido Popular en las urnas –y su llegada a la Generalitat gracias al acuerdo con Vox– dejaba en suspenso los procesos de reversión.

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