“Busco coche en València”: la riada se llevó 137.000 en dos horas y comprar uno es casi imposible

Raquel Ejerique

València —
15 de noviembre de 2024 21:50 h

0

“Me ha dejado el coche un amigo”. “Voy en bici a València”. “Camino siete kilómetros cada día”. “No he podido trabajar aún porque soy pintor y no tengo furgoneta”. “Me lleva a València un colega electricista”. La zona cero de la riada sigue varada y sin vehículos después de que se hayan convertido en chatarra, arrasados por el agua, 137.600, según datos de la Conselleria de Industria. Es el número aproximado de coches contabilizados en total en la ciudad de Bilbao.

En el municipio valenciano de Paiporta, el considerado epicentro de la catástrofe, no queda prácticamente ningún coche. Según anunció su alcaldesa, más del 95% del parque móvil es ahora un amasijo de chasis arrumbados en descampados o cerca del cementerio de Valencia, donde se van apilando. Lo mismo ha sucedido en Picanya, Massanassa o Catarroja.

Además, la zona inundada estaba repleta de concesionarios que han visto desaparecer sus vehículos nuevos y de ocasión. En València, cuando querías comprar un coche, lo habitual era poner rumbo a Sedaví, Castellar, Alfafar... Hoy no queda nada. Mercedes, Ford, Citröen... Todos han quedado arrasados. La patronal, Faconauto, calcula que 40 tiendas de coches han sido afectadas por las riadas y calculan pérdidas de 490 millones. Tanto los fabricantes (Anfac), como los representantes de los concesionarios, el gobierno autonómico y el central están manteniendo reuniones para salir del atolladero y que la gente pueda tener ayudas a la compra. Y que pueda comprar, porque encontrar coche hoy en València es “una odisea”.

Lo cuenta Josep, profesor de 30 años que vivió desde la ventana de su casa en Catarroja cómo su pueblo se convertía en lodo. Imparte Educación Física en la pedanía de Castellar (también afectada por la DANA). “A mí me ha dejado el coche una amiga de mi madre que está de baja”. El suyo se lo llevó la riada y no sabe ni dónde está. “Vete a saber”. Antes del 29 de octubre tardaba diez minutos en llegar al trabajo. Ahora se levanta a las 5.30 de la madrugada para recorrer 10 kilómetros: tarda más de dos horas por los colapsos que hay en todas las carreteras y la ausencia de un servicio público ajustado a las necesidades de la provincia.

“Yo he tenido suerte, porque mi padre trabajaba en Ford y tiene muchos conocidos en el sector. He podido encargar uno en unas condiciones bien y puedo pagarlo porque tenía ahorros, pero tengo amigos que han perdido los dos coches y, ahora mismo, es que no encuentras”. Aunque encuentres, otra pregunta es cómo lo pagas. “A mí aún me quedan por pagar 15.500 euros del coche que me ha desaparecido –los está compensando el Consorcio, pero la mayoría de gente aún no ha cobrado– y tengo que comprarme el nuevo si quiero trabajar”. Como él, fontaneros, repartidores, abogados, pymes y micropymes que pueblan L'Horta Sud, llena de polígonos industriales. Josep ha llegado a plantearse ir a pie, pero es peligroso andar por las autovías, aunque sea la opción que han encontrado algunos trabajadores.

elDiario.es ha confirmado con varios concesionarios de compraventa que hay muy pocos vehículos para una altísima demanda repentina y coincidente en el tiempo: “Me queda un Dacia Sandero por 8.500 o un Fiat 500 por 9.900 euros, pero si tardas dos días, igual ya no los tengo, están quedándoselos por teléfono, sin venir a verlos”, cuenta una comercial desde la capital, que alerta de que, aprovechando la situación, están detectando timos online. De los vehículos nuevos que estaban en exposición y stock en las tiendas de la zona, 18.000 están inundados e inservibles, según la patronal.

Hay quien está pidiendo unidades en otras autonomías, porque en Valencia no encuentran nada que puedan pagar. Lo más solicitado son utilitarios de combustión o híbridos, que están intentando traer desde el resto de España camiones desde Barcelona o Madrid, pero las conexiones han sido complicadas por los daños en las carreteras y las restricciones en los accesos.

Mientras tanto, Josep circula con un coche prestado con el que tiene un cuidado exquisito por si le pasara algo. Vanesa ha activado sus contactos para que le consigan dos automóviles, para ella y para su marido. Los niños de la zona inundada que han sido trasladados a otros colegios ven cómo sus 5 minutos a clase se han convertido en una hora. Los trabajadores esperan lanzaderas que no llegan o llegan repletas. De hecho, una asociación particular ha sido la encargada de hacer un mapa alternativo de transporte y denunciar que se cambian recorridos sin avisar a los usuarios.

“Estamos trabajando en un plan Renove para el sector con ellos y con la implicación del Gobierno central. Nosotros planteamos ayudas para la compra y más para híbridos o enchufables, además de una rebaja fiscal”, dicen en la Conselleria de Industria, que fían el éxito del plan al dinero que ponga el Ejecutivo de Pedro Sánchez. El Ministerio de Industria confirma las reuniones y asegura que se darán ayudas que están por perfilar hasta la semana que viene, conscientes de que el vehículo es un bien muy necesario. Se cuenta con fondos europeos (que hay que vincular a la descarbonización, es decir, que serían para coches eléctricos sobre todo) y “hay que concretar todo también con Hacienda”, especifican fuentes oficiales.