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Un lavavajillas que dure más: claves para mantenerlo limpio y funcionando durante más tiempo

Un buen mantenimiento del lavavajillas es crucial

Elena Segura

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La lavadora y el lavavajillas son dos de los electrodomésticos más prácticos y a los que más uso damos hoy en día; en especial en casas con familia numerosa. Nos facilitan mucho la tarea y nos permiten ahorrar muchísimo tiempo. Las altas temperaturas a las que funcionan los lavavajillas, además, son perfectas para que todo lo que dejamos en sus manos salga de la máquina como los chorros del oro. Sin ningún resto de comida, brillante y además sin rastro de bacterias. Es eficiente y muy higiénico.

Pero igual que sucede con otros grandes electrodomésticos -como la lavadora o la nevera- es crucial que los mantengamos en buen estado con una limpieza más superficial en el día a día unida a otras más profundas cada cierto tiempo, así como el uso de algunos productos que permiten que sigan funcionando como el primer día. Para ello, te recomendamos que consultes con las instrucciones de tu máquina y que sigas las indicaciones del fabricante para ese modelo en particular.

Recomendaciones de uso

En cualquier caso, hay una serie de recomendaciones que podemos poner en práctica para evitar que se acumulen muchos restos y suciedad en nuestro lavavajillas:

  • Antes de introducir los platos, vasos, cubiertos y demás utensilios de cocina en el lavavajillas, retira todos los restos de comida posibles para evitar que se obstruya el sistema de drenaje de la máquina. Puedes hacerlo raspando con alguna espátula o cubierto, o simplemente con una servilleta de papel. Eso sí, no los enjuagues con agua previamente porque es un despilfarro.
  • Utiliza siempre detergente específico para lavavajillas y la dosis indicada; utilizar un detergente que no sea apropiado o pasarse con la cantidad también puede terminar estropeando la máquina.
  • No cargues el lavavajillas más de la cuenta, si obstruyes el paso del agua no se limpiará bien la vajilla y se acumulará más grasa y suciedad.
  • Una vez termine el ciclo de lavado, deja la puerta entreabierta para evitar que la humedad que se forma en el interior genere malos olores.
  • Presta atención a las indicaciones de la máquina y cuando te indique que se han vaciado los depósitos del líquido abrillantador o de la sal, reponlos.

Claves para mantenerlo como nuevo

Ahora sí, te vamos a contar una serie de trucos para mantener bien limpio tu lavavajillas y que puedas disfrutar de su uso el máximo tiempo posible y en las mejores condiciones. Muchas personas se creen que como el lavavajillas está a remojo cada vez que se pone en marcha no hay que preocuparse en limpiarlo, pero esto no es cierto:

  • Diariamente se le puede pasar simplemente una bayeta humedecida con agua y un poco de detergente de los platos tanto por dentro como por fuera.
  • Pero de vez en cuando, sí que haremos una limpieza profunda con vinagre o bicarbonato, dos productos que probablemente tenemos siempre por casa y que son perfectos para limpiar y desinfectar. ¿Cómo lo haremos? Se puede espolvorear bicarbonato por la máquina e introducir vinagre en la cubeta. Pondremos un programa corto y cuando finalice, dejamos la puerta entreabierta. Este procedimiento se puede poner en práctica al menos un par de veces al año. El vinagre es muy eficaz como producto de limpieza pero su acidez también puede dañar el aparato si nos excedemos en su uso.
  • En algunos casos será necesario utilizar productos específicos que podemos encontrar en el mercado y que son muy efectivos contra la grasa, la cal y los malos olores. Son imprescindibles, además, si nuestro objetivo es limpiar en profundidad los conductos internos del electrodoméstico.
  • Algunos lavavajillas tienen una opción de autolavado para pulverizar agua desde dentro en el filtro y eliminar los restos de suciedad que se acumulan, pero en caso de que el tuyo no lo tenga no te preocupes porque puedes hacerlo a mano. De hecho es recomendable hacerlo de vez en cuando y es muy sencillo. Solo tienes que desmontar el filtro, retirar los restos de suciedad y enjuagarlo debajo del grifo; si es necesario puedes usar un poco de jabón neutro y un cepillo fino para eliminar los restos al cien por cien. Después puedes proceder a montarlo de nuevo.
  • Si hacía tiempo que no desenrascabas el filtro y al hacerlo te ha sorprendido un olor desagradable, puedes dejarlo a reomojo media hora con agua caliente, un chorrito de jabón y otro de vinagre de limpìeza para desinfectarlo.
  • Los brazos giratorios del lavavajillas también hay que desmontarlos y limpiarlos. Aunque a priori creas que están limpios, es fácil que los pequeños agujeritos que tienen a lo largo de las aspas se atasquen con restos de alimentos o grasa e impida que circule el agua a través de ellos.

Tan limpio por fuera como por dentro

Una vez tengamos el lavavajillas limpio por dentro, vamos a dejarlo también como nuevo por fuera. Para empezar, hay que prestarle un poco de atención a la junta de la puerta que suele pasar desapercibida y acumula bastante suciedad y moho. Se puede limpiar con una bayeta y para rincones de difícil acceso, un pequeño cepillo. Para limpiar la parte frontal bastará también una bayeta suave y un poco de jabón delicado, salvo que esté panelado con madera y tengamos que usar un producto específico para ese tipo de material.

Para evitar sorpresas desagradables, infórmate bien de qué utensilios puedes meter en el lavavajillas. Aunque cada vez hay más piezas aptas para lavar a máquina, no todas lo son y querer ahorrarte algo más de tiempo y evitar fregar a mano alguna olla o sartén puede costarte un disgusto.

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