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Aceite de palma: seis preguntas clave para pedir su prohibición

Foto: Pixabay

Jordi Sabaté

No basta con decir “no compro aceite de palma” para evitar que este producto esté presente en nuestro consumo. La OCDE calcula que cada ciudadano europeo consume al año 59,3 kilogramos de aceite de palma, aun cuando el consumo directo de esta grasa no es propio del continente, como si ocurre en cambio en lugares de África y Asia.

El aceite de palma se esconde bajo múltiples formas y denominaciones en numerosos productos no solo de la industria alimentaria sino también de la química, hasta el punto de que uno de cada dos productos del lineal del supermercado lo contiene de una u otra forma. Sin embargo, su consumo no es en absoluto recomendable por diversas razones, tanto de salud como de sostenibilidad medioambiental.

En este artículo se explica qué es el aceite de palma, por qué es tan importante para la industria del consumo doméstico en general y por qué es recomendable rechazar su consumo. También se expone la forma de localizarlo en los distintos productos de supermercado y cómo presionar para que las grandes multinacionales limiten o directamente eliminen su inclusión.

1. ¿Qué es el aceite de palma?

El aceite de palma es la grasa que se obtiene del prensado de la pulpa del fruto de una palmera africana llamada Elaeis guineensis o palma de Guinea. Esta palmera se caracteriza por su rápido crecimiento y el alto rendimiento de su fruto, así como por la agresividad respecto al entorno para captar los recursos. Para entendernos, a nivel mediterráneo se pude equiparar con los pinos, que hacen bosques densos pero pobres en variedad en su interior y en los que el suelo se va degradando.

El aceite de palma se caracteriza por tener un punto de fusión muy alto, siendo un híbrido de grasa y aceite vegetal que a 30 grados centígrados ya es sólido. Se compone de un 50% de ácidos grasos saturados, sobre todo ácido palmítico y ácido esteárico; un 35-40% de ácido oleíco y un 10-15% restante de ácidos graso monoinsaturados.

Precisamente los ácidos grasos saturados, el palmítico y el esteárico, son el principal reclamo de la industria. El primero porque es el mayoritario en el aceite de palma y porque es semisólido a temperatura ambiente y el segundo porque aguanta sólido hasta los 70ºC, lo que permite usarlo en diversas industrias donde la estabilidad a alta temperatura juega un papel importante.

2. ¿En qué industrias se usa el aceite de palma?

El aceite de palma se utiliza en la industria alimentaria gracias a las cualidades sobre todo del ácido palmítico, que es un estabilizante y potente antioxidante, es decir conservante. Se emplea, por ejemplo, mezclado con la harina para hacer pan de molde industrial que dure más tiempo tierno. También se usa para todo tipo de aperitivos de bolsa, como patatas fritas, doritos, cheetos, etc.

También en la fabricación de margarinas y mantecas, que no son más que alimentos en base a aceites de palama. También se añade a algunos productos lácteos como natillas, quesos fundidos infantiles -el petisuis-, todo tipo de bollería industrial y numerosos productos precocinados.

Además, se añade aceite de palma a muchos productos cosméticos, desde lápices de labios a cremas hidratantes, a los jabones de limpieza, por las características tensoactivas del ácido esteárico, y, finalmente, a las velas, donde aumenta el punto de fusión de la cera.

3. ¿Como afecta a la salud?

Como la mayoría de las grasas saturadas con un punto de fusión alto, lo que incluye sobre todo a las lácteas y animales en general, el aceite de palma consumido en exceso supone un potencial riesgo de problemas cardiovasculares, es decir que es aterogénico. Este tipo de grasas, al tener ácidos laúrico, palmítico y mirístico, tienden a precipitar más en torrente sanguíneo y a acumularse en arterias taponándolas.

Además, no son buenos transportadores del colesterol a las células para que se transforme en energía, con lo que aumentan en la sangre el llamado 'colesterol malo' o LDL, y disminuyen el 'bueno' o HDL. Podemos deducir que es el ácido palmítico el que hace a aceite de palma poco recomendable. Pero el principal problema no es tanto su potencial como la falta de control sobre la inclusión de este en numerosos alimentos.

Si tenemos en cuenta que de media cada europeo consume menos de un litro de aceite de oliva pero casi 60 de aceite de palma, nos haremos una idea de que el consumo involuntario de ácido palmítico es casi desbocado. Es muy difícil adivinar en qué productos de consumo normal se encuentra y por lo tanto la gran mayoría de nosotros vemos aumentado el riesgo de problemas cardiovasculares por este consumo inconsciente.

4. ¿Cómo afecta al medio ambiente?

El problema del aceite de palma es el mismo que el del aceite de soja: constituyen las dos variedades vegetales más plantadas del mundo, casi siempre en enormes extensiones de explotación intensiva y especialmente en la zona de los trópicos o subtrópicos. Desde Estados Unidos a Indonesia, pasando por Brasil o Camerún, vastas extensiones de terreno se ven sometidas a este monocultivo que además es sumamente agresivo con el suelo.

Adicionalmente a los problemas que provoca en el suelo, está el que su hábitat ideal sea la zona de los trópicos, donde están las grandes extensiones de bosques vírgenes, hoy en peligro de extinción por culpa de los incendios provocados para plantar aceite de palma. Especialmente sangrante es el caso de Malasia e Indonesia, que concentra el 85% de la producción mundial. 

Durante los últimos treinta años, han desaparecido más del 80% de los bosques de la isla de Borneo, con la exterminación casi sistemática de numerosas especies animales y vegetales, sobre todo los orangutanes, que mueren quemados. Casos igual de dramáticos se están dando en las selvas de Sudamérica y África.

5. ¿Se hace algo para frenar la expansión de la palma?

Dada la extensión de su uso y la agresividad del árbol con el medio, es complicado frenar la extensión de las plantaciones de palma, ya que además de tener gran rendimiento es una grasa muy versátil -se pude usar para muchas cosas- y barata. Desde hace una década existe la Mesa Redonda para el Aceite de Palma Sostenible que reúne a organizaciones protectoras de la naturaleza y empresas que lo emplean pero quieren asegurarse de que se obtiene de cultivos sostenibles.

La Mesa lanzó en su momento una certificación llamada RSPO para las empresas que atendieran al protocolo diseñado, pero este ha sido repetidas veces criticado por las asociaciones de afectados, generalmente agricultores locales y otras personas a los que las plantaciones de palma ha desplazado de sus hogares. Se considera que el protocolo exige poco control sobre las plantaciones y que estas, por otro lado, difícilmente pueden ser sostenibles.

Además se critica que se permita la venta de certificaciones por parte de productores sostenibles a otros que no lo son, que conseguirían así el sello Greenpalm. Con el dinero pagado se supone que se fomentarán las plantaciones sostenibles, pero los críticos han insistido en que Greenpalm es un sistema similar a la compra de cupos de emisión de C02 por parte de los países más contaminantes a otros menos, que ha resultado un desastre.

Además, no todas las empresas están adscritas al compromiso RSPO. Por ejemplo, Herakles, un productor norteamericano, se ha salido del RSPO para poder plantar palma en un entorno de parques naturales en el norte de Camerún. No es la única empresa que viene y va al compromiso según le interesa: Pepsico presenta una actitud similar respecto a quién compra los suministros de aceite de palma.

6. ¿Qué podemos hacer para evitar el consumo de aceite de palma?

Para rematar, está la verdad final de que el aceite de palma debe consumirse en cantidades muy limitadas y el que provenga de cultivos sostenibles no cambia esta realidad respecto a nuestras arterias. En este sentido, algunos nutricionistas comienzan a señalar que es conveniente caminar hacia la eliminación de este tipo de grasas de los alimentos de producción industrial. 

Estas son varias estrategias para quitarnos de en medio el aceite de palma:

  • Evitar los productos de lineales de supermercado: es la principal fuente de productos con ácido palmítico. Si optamos por productos a granel, naturales, de pequeño comercio, no preparados, etc., reduciremos mucho nuestro consumo de aceite de palma. De todos modos hay supermercados con un fuerte compromiso conla eliminación del aceite de palma o por lo menos con sus cultivo sostenible. En esta lista la OCU explica la actitud de las diferentes marcas respecto al tema.
  • Leer las etiquetas de los productos: si no podemos evitar los supermercados, por lo menos tenemos el derecho a escoger productos libres del aceite de palma. En este y este enlace se explica cómo distinguir esta grasa bajo los distintos nombres con que se camufla.
  • Informar y concienciar a nuestros familiares y amigos sobre este problema.

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