Andrés Calamaro asegura que prefiere el “vértigo de los patriotas y reaccionarios” en lugar de los cuatro principales partidos

El cantautor Andrés Calamaro, icono del rock en Argentina y España, ha publicado una entrada en su página personal de Facebook en la que revela su postura política con respecto a las elecciones del próximo día 28. “Estos cuatro políticos de oficio apenas si ofrecen gestos progresistas, mucho menos ofrecen blindar las instituciones que dan identidad a la cultura”, dijo refiriéndose a los candidatos de PSOE, Unidas Podemos, PP y Ciudadanos que debatieron el pasado martes en Atresmedia.

El músico asegura que los líderes políticos que aparecieron por televisión no hablan de “geografía política, ni mencionan los bancos ni a Bruselas”, algo que no le sirve para decidir a quién destinar el voto de quienes van a “repartirse los presupuestos de las elecciones y la gestión del estado”. Por ello, sostiene que prefiere “el vértigo de los patriotas y reaccionarios, a su manera me representan mas que los moderados”, ya que, “le importa el bien común”.

“Los oráculos me advierten de la posibilidad incómoda, los patriotas que piensan en los obreros y en la gente de trabajo pero sin ademanes progresistas para la platea. Y los oráculos son oráculos, hay que saber interpretar lo que nos dicen”, continúa el compositor en su texto. Además, pone varios ejemplos para apoyar su tesis: “El renunciamiento histórico de Antonio Escohotado, la posición incómoda de Fernando Sánchez Dragó y la voluntad de mi querido artista José Antonio Morante. Para mí hablan más que los debates, donde se tiran los trastos por la cabeza”.

La publicación tampoco ha pasado desapercibida para sus fans, que han respondido sorprendidos ante esta postura. Algunos le han mostrado su apoyo diciendo que es “lo que muchos pensamos y no nos atrevemos a decir por pura cobardía intelectual y comodidad social”. Sin embargo, otros adeptos de Calamaro no parecen compartir la postura del artista: “Decepción será poco para los que creemos en un rock apolítico, pero sobre todo rock revolucionario fabricado para el asalariado y el joven que quiere cambiar el mundo, el joven con una ilusión de progreso para su sociedad en la que se mueve, el joven que no olvida el fascismo asesino y rencoroso que nos puede ofrecer un partido antidemocrático y retrógrado”.