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El caso de Aina Clotet y Leticia Dolera: ¿a qué se enfrentan las actrices embarazadas en un rodaje?

“Asumí que la producción de una serie marcadamente feminista y que plantea la dificultad de ser mujer y madre en esta sociedad, consideraría todas las opciones para no excluirme solo por estar embarazada”. Con estas palabras, la actriz Aina Clotet encendía este martes un debate que Leticia Dolera creía haber apagado la semana pasada, cuando los medios se hicieron eco de su rechazo a la autora del comunicado y protagonista frustrada de su nueva serie, Déjate llevar (Movistar +).

La directora defendió que Clotet no encajaba en el personaje de Cris, una mujer que redescubre su sexualidad lejos del matrimonio y que interpreta varias escenas de sexo explícito. Sorprendida por sus palabras, la actriz ha decidido desvelar la razón que adujo Dolera dos días después de confesarle que estaba en su cuarta semana de gestación: que la póliza de seguros que había contratado la productora no cubría los riesgos del embarazo.

Fue al escuchar este motivo cuando Clotet y su representante, Esther Cabrero, comenzaron a luchar en la sombra por este vacío legal en los contratos de las aseguradoras. “Llevamos con esto cinco meses, nuestra intención no era hacerlo público sino pelearlo”, reconoce Cabrero a eldiario.es, que añade que “estos seguros cubren cualquier cosa: hepatitis, accidentes de moto, ictus... excepto complicaciones derivadas de un embarazo”.

“No es un problema de Movistar+, no es un problema de la productora, no es un problema de Leticia Dolera. Es un problema real”, dice eximiendo al equipo de Déjate llevar, “pero hay muchas productoras que deciden arriesgarse, al fin y al cabo un embarazo no es una enfermedad. No tiene por qué pasar nada”. Pidieron asesoramiento y llegaron a una compañía que pedía “unos 30.000 euros al día, no recuerdo la cantidad exacta. Algo inasumible”. Su última baza fue poner el salario de Aina a disposición de la productora como fianza, pero tampoco aceptaron.

Excepciones de las aseguradoras: embarazo

eldiario.es ha contactado con algunas aseguradoras que operan en el sector audiovisual para conocer cómo funcionan esas pólizas de las que habla Clotet. Desde una de ellas confirman que los problemas médicos o bajas que pudieran derivar de un embarazo no estarían cubiertos: “No son condiciones óptimas para rodar, hay ciertas limitaciones. Me extraña que alguna aseguradora, incluso con la cobertura completa, lo cubra”.

Desde otra lo desarrollan más. Su seguro de accidentes contempla varias garantías: dos de ellas, responsabilidad civil y daños de equipos, son obligatorias; el resto, opcionales. Entre estas últimas, la de reparto cubre muerte, secuestro y enfermedades de los actores y actrices y tiene tres excepciones: enfermedades de niños menores de 9 años, accidentes por actividades de riesgo y problemas derivados del embarazo. “No hay muchas compañías que se dediquen al audiovisual y no creo que esté contemplado por ninguna”, comentan también. “A la productora le conviene más rodar las escenas con otra actriz”.

Los responsables de Déjate llevar no han aludido al problema de las aseguradoras al dar su versión. A media tarde de este martes, el coguionista Manuel Burque emitía un comunicado en el que sí hablaba de que el plan de rodaje “que ya de por era un encaje de bolillos” se iba a alterar demasiado si contaban con Aina embarazada, “resultaba imposible adaptarlo a ella”.

Entre esos hándicaps, “obligaba a prescindir de otros actores ya confirmados como Pedro Casablanc” y él mismo “que llevo dos años trabajando a destajo en esta serie”. Días antes, Dolera había dicho que le parecía “técnicamente imposible contar esta historia con una actriz embarazada de 5 y 6 meses”, aunque según Clotet al principio de rodaje hubiese estado de 3 meses y medio.

Actuaron embarazadas y no pasó nada

Aunque Burque y Dolera considerasen “imposible” la opción de que Aina Clotet actuase encinta, la historia de la gran y pequeña pantalla no está de su parte. Fue especialmente sonado el embarazo de cinco meses de la actriz Gal Gadot durante el rodaje de Wonder Woman. Todo un hito en el cine de acción que la consagró una vez más como el fenómeno feminista que fue hace dos años.

Pero también en la televisión, Sarah Jessica Parker anunció que esperaba un hijo en la sexta temporada de Sexo en Nueva York y los productores se apañaron para que no forzase un cambio de guion en contra del personaje. Lo mismo que ocurrió con Courtney Cox en Friends, ya que Monica y Chandler eran infértiles, pero disimularon el embarazo de la actriz con planos más cortos y ropas menos ajustadas.

En el caso de la ficción nacional, este martes Toni Acosta salía en defensa de Clotet alegando que en Globomedia la “cuidaron y mimaron” cuando le ocurrió lo mismo en el rodaje de UPA Dance. La productora hace referencia también a Melanie Olivares en Aída y Miryam Gallego en Águila Roja.

“Gallego trabajó súper cuidada por todo el equipo hasta que se tomó su baja por maternidad y luego regresó a la serie sin ningún problema, como cualquier otra mujer embarazada del equipo. No supuso trastorno o gasto económico de más”, cuentan a eldiario.es. En Aída, “Olivares estuvo grabando hasta que ella lo decidió. Se hacían planos menos generales o la ponían detrás de la barra para que no se le viera la tripa”, y aseguran que su contrato “era como el de cualquier compañera. No existía ningún seguro anexo”.

“Si hubiera contrato, estaría ganado”

Chema García, secretario federal de UGT de medios de comunicación y cultura, ve el descarte de mujeres embarazadas como algo “absolutamente discriminatorio”. En el caso de Clotet se daba la circunstancia de que no había un contrato todavía, “pero eso, como en cualquier otra actividad laboral, significa que a una mujer le deniegan un trabajo por estar embarazada”.

En el sector audiovisual, explica, hay una “relación especial” y unas particularidades. Empezando por la “temporalidad” de las producciones, la intermitencia de las obras y que se cotiza por día trabajado: “Al día siguiente de que acabe el rodaje una actriz no está dada de alta. Si está embarazada, y en ese momento pasa a ser de riesgo, tendría seguridad social pero no los beneficios laborales de un trabajador, ni una baja”.

Pero, acogiéndose al convenio [III Convenio del Sector Audiovisual para actores], nunca se puede resolver un contrato por un embarazo. García llama, en cualquier caso, a buscar alternativas. El documento contempla la utilización de dobles, pero solo se mencionan para las escenas de riesgo.

García cree que, en general, los actores y actrices “no tienen conciencia de que son trabajadores y dónde pueden reclamar. De que tienen una serie de derechos y cualquier organización sindical va a intentar ampararlos”. Aina Clotet mencionaba en su comunicado que había consultado con varias organizaciones, pero con ningún sindicato. Berta Ojea, secretaria de igualdad del Sindicato [Unión] de actores y actrices, pone el foco en lo mismo: “Existen derechos, y estamos aquí para llevarlos adelante, con abogados laboralistas”.

Ojea quiere que quede claro que, tanto según el convenio como la propia Ley de Igualdad, no está permitido despedir a una embarazada, ni actriz ni cualquier otra profesional, “aunque que haya regulación no significa que no se cometan injusticias”. Les llegan casos así, como el de Clotet –que cree “peliagudo” por ambas partes– y “si hubiese contrato, estaría ganado. Si no lo tienes, hay que examinar cada caso: hasta dónde llegaba tu compromiso, si ya estabas ensayando y en qué fase. Y sobre eso se actúa”.

Si la situación laboral de las actrices es de por sí inestable, la de una actriz embarazada o que necesite conciliar es aún peor. Por eso en AISGE (Sociedad de Gestión de Artistas e Intérpretes) han diseñado el plan Actúa en familia para sus socias, con el que ofrecen una aportación económica en los últimos meses de gestación y los tres primeros años de crianza. Un bote salvavidas a posteriori que, aunque ayuda, no compensa la inseguridad, la precariedad y el estigma de las que fueron rechazadas por atreverse a ser madres bajo la luz de los focos.