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THE GUARDIAN

Los adolescentes migrantes ya no podrán reagruparse con su familia en Reino Unido por el Brexit

Harriet Grant

27 de diciembre de 2021 22:34 h

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“Cuando era niño en Afganistán me encantaba observar cómo mi tío jugaba al ajedrez. Ahora, me he apuntado al club local”. Samir sonríe mientras habla de cómo se ha adaptado a vivir en una localidad del litoral en el sur de Inglaterra: “Soy muy feliz, no necesito mucho más que estar con mi familia, salir a pasear para ver las luces de Navidad. Es muy bonito”.

Llegó a Grecia hace dos años. Tenía 16 años. Durante meses, deambuló solo y aterrorizado por la ciudad portuaria de Patras. Recientemente, Samir pudo hacer un viaje que para la mayoría de solicitantes de asilo es solo un sueño inalcanzable. Se despidió de los amigos que había hecho en un campamento para menores no acompañados -otros adolescentes de Somalia, Irak y Palestina- y viajó de forma segura y legal para reencontrarse con su padre y su hermana en Reino Unido. En su caso, el viaje no fue en camión o en una embarcación precaria: le dieron una tarjeta de embarque que le llevó al aeropuerto de Heathrow.

“Mi hermana vino a buscarme y estaba tan emocionada que quería llevarme directamente a Londres para enseñarme Oxford Street, pero yo estaba demasiado cansado”, cuenta. “Así que fuimos a un restaurante afgano. Fue una sensación muy reconfortante después de tanto tiempo volver a comer comida afgana de verdad”, dice.

Uno de los últimos

A los abogados y activistas que lucharon durante meses para que Samir pudiera reencontrarse con su familia la felicidad del chico les deja una sensación agridulce. Él es uno de los últimos menores extranjeros no acompañados que llegan a Reino Unido bajo las leyes de reagrupación familiar de la Unión Europea. Esta vía se cerró con el Brexit.

“El suyo es uno de los últimos casos”, indica Beth Gardiner-Smith, directora de la organización humanitaria para niños migrantes, Safe Passage. “Tenemos uno o dos niños más que en las próximas semanas llegarán a Reino Unido desde Francia, pero estos son los últimos jóvenes cuyos expedientes han sido tramitados por nuestra oficina griega”, indica.

El Ministerio del Interior de Reino Unido admitió en 2018 que pensaba poner fin a las vías de reagrupación familiar cuando el país abandonara la Unión Europea tras el Brexit, por lo que los abogados y las familias de los menores no acompañados se apresuraron a completar las solicitudes antes de la fecha límite del 31 de diciembre de 2020. Los menores que vieron sus solicitudes aprobadas ya se encuentran en Reino Unido. Ahora la puerta se ha cerrado de golpe.

Cierre de una entrada segura

Para Gardiner-Smith, es doloroso ver cómo se cierra una vía de entrada segura a Reino Unido, en un contexto en el que el trágico coste de los viajes ilegales se hace cada vez más evidente en el canal de la Mancha.

“Todos los esfuerzos que hemos hecho para demostrar que es una vía que funciona han caído en saco roto”, lamenta Gardiner-Smith. “Es muy frustrante. Continúa siendo necesario, los menores no acompañados siguen solicitando nuestro apoyo en Grecia, vemos llegar a muchos jóvenes afganos que tienen familia en Reino Unido”, dice.

“Queremos ayudarles, pero solo contamos con las muy restrictivas normas de inmigración británicas. Los niños no pueden reunirse con sus tíos o hermanos; que suele ser el parentesco más habitual en los expedientes que tramitamos. Incluso reunirse con uno de los progenitores es ahora más complicado”, apunta.

“Vemos cómo los menores se frustran con la vía legal y optan por desaparecer para intentar llegar por su cuenta a Reino Unido”, subraya.

“Fue como volver a nacer”

Safe Passage se creó en 2015, durante la guerra en Siria. El conflicto derivó en una crisis de refugiados y miles de menores no acompañados llegaron a Europa y atravesaron solos países del continente. En Francia, los abogados encontraron menores que vivían solos en el campamento de Calais y lucharon en los tribunales británicos para poderlos reagrupar con sus familias en Reino Unido. Desde entonces, cientos de menores se han reunido de forma segura con tíos, tías y primos en Gran Bretaña.

Mohamed es otro de los menores que llegó a Reino Unido antes de que se cerrara esta vía legal. Ahora vive en las Midlands y esta semana celebra su mayoría de edad con su tía, después de unos años difíciles en los que el Ministerio del Interior británico le denegó la solicitud de reagrupación familiar en tres ocasiones. “Me encanta Inglaterra: es muy segura y organizada. Estuve viviendo durante años en un campamento de refugiados en Irán después de que mi familia huyera de los talibanes en Afganistán. Irán quería devolvernos a Afganistán, pero optamos por vivir clandestinamente”, explica. 

“Me fui por mi cuenta y llegué a Grecia, que era un lugar terrible para los refugiados. Conocí a un trabajador social que me dijo que había un grupo llamado Safe Passage [que] me ayudaría”, cuenta Mohamed.

“Lo hicieron: contactaron con mi tía y la asesoraron, encontramos un abogado y, después de denegarme la solicitud en tres ocasiones, finalmente conseguí la documentación que necesitaba. Fue increíble viajar a Reino Unido en avión, fue como volver a nacer. Estoy muy agradecido”, dice el joven.

“Ojalá pudiera ayudar a los amigos que se quedaron viviendo en tiendas de campaña en Grecia. Algunos llevan allí muchos años y tienen mucho miedo”, indica. Como muchos de los menores que solicitaron un visado de reagrupación familiar, su solicitud sufrió múltiples retrasos ya que el Ministerio del Interior le pedía más y más pruebas. “Me rechazaron tres veces, no me creían porque me faltaban documentos e información”, explica. “Estaba muy triste”, añade. “No podía concentrarme en nada, mi tía estaba en Reino Unido y yo solo en Lesbos y Atenas, pero unos amigos me ayudaron a conseguir dinero para que un abogado me hiciera una prueba de ADN. Y por fin estoy aquí”, cuenta Mohamed.

Futuro sombrío

Incluso cuando las familias tenían abierta esta vía legal, los menores que finalmente que obtuvieron el derecho a permanecer en el marco del proceso de reagrupación de la UE se enfrentaron a considerables retrasos. En los casos expuestos por The Guardian, los menores se quedaron viviendo solos en condiciones peligrosas a pesar de tener pleno derecho de estar en Reino Unido. Sin esta vía, el futuro de los menores no acompañados atrapados en Europa es sombrío.

Mientras Samir celebra estar con su hermana, sus pensamientos están con la gente que dejó atrás. Hay más de 2.000 menores no acompañados viviendo en Grecia, muchos de ellos sin un lugar seguro donde quedarse. “Pensé que era pequeño para viajar solo”, dice. “Pero cuando llegué a Grecia había muchos niños y algunos eran mucho más pequeños que yo. Los primeros seis meses no tenía donde quedarme, me daba mucho miedo”.

“Cuando conseguí una plaza en un centro de acogida para menores, conocí a un niño pequeño, de solo 13 años. Tenía familia en Reino Unido, dos tíos, pero nadie con él. Estuve un año y cinco meses en el campamento y cada vez que un nuevo chico se reunía con su familia y se marchaba -a Holanda, a Alemania- este chico lloraba. Cuando me fui, lloró. Ojalá alguien pudiera ayudarle”.

El padre de Samir está ahora en Afganistán, tratando desesperadamente de conseguir el permiso para traer a su mujer y a sus otros hijos a Reino Unido. Aunque ahora es ciudadano británico, le resulta difícil conseguir un permiso para que viajen.

Grecia, tierra hostil

Gardiner-Smith explica que su equipo está tratando de ayudar a los menores no acompañados que lidian con una situación cada vez más hostil en Grecia. “El Gobierno griego introdujo una legislación hostil, similar a la que el Gobierno de Reino Unido está tratando de aprobar. Si llegas al país desde Turquía, se deniegan la mayoría de las solicitudes”. Aunque este criterio no rige para menores de 15 años, muchos de nuestros menores no acompañados tienen entre 15 y 17 años, y a ellos sí se les deniega apoyo.

Teme que el proyecto de ley de inmigración que se está tramitando en el parlamento griego empeore la situación de los menores en el país y está trabajando junto a un grupo de políticos que la apoyan, con el objetivo de conseguir el aumento de los supuestos para conseguir la reagrupación familiar.

“Habrá dos niveles de solicitantes de asilo y los que llegaron de forma irregular se verán privados del derecho a la reagrupación familiar”, afirma Gardiner-Smith.

“Sabemos lo que esto significa en la práctica: significa más personas que se suben a pequeñas embarcaciones para intentar reunirse con sus familias en Reino Unido”, apunta.

Traducción de Emma Reverter.