El Banco Central Europeo (BCE) ha decidido mantener el requisito de reservas a los bancos en un coeficiente del 1% (aquí está la explicación técnica). Igualmente, la remuneración de estas reservas mínimas que las entidades deben guardar en el Eurosistema —el Banco de España en nuestro caso, y el resto de bancos centrales de cada país del euro: Bundesbank, Banca d'Italia o Banque de France— permanece “sin cambios en el 0%”, apunta la institución en su comunicado. De esta manera, el resto del dinero que los bancos 'aparquen' en los bancos centrales seguirá remunerado según el tipo de interés de la facilidad de depósito (que actualmente está en el 4%), con dinero público.
El BCE ha anunciado los cambios en sus herramientas de política monetaria este miércoles, según lo adelantó su presidenta, Christine Lagarde, en la rueda de prensa posterior su última decisión sobre los tipos de interés oficiales, el pasado jueves.
Estas modificaciones recuerdan que “el principal objetivo del marco operativo [del BCE] es garantizar la implementación efectiva de la política monetaria de acuerdo con las disposiciones del Tratado de la Unión Europea (UE)”. Principalmente, tener controlada la inflación cerca del objetivo teórico del 2%. Además, el comunicado de la institución añade la meta “secundaria” de “apoyar las políticas económicas generales [comunitarias], en particular la transición a una economía verde, sin perjuicio del objetivo principal del BCE de estabilidad de precios”.
El BCE vuelve a omitir cualquier mención concreta al mercado laboral. De hecho, la agresiva estrategia de incrementos de los tipos de interés en esta crisis de inflación para encarecer la financiación y ahogar a las familias (y moderar así las subidas de precios, asfixiando la demanda y la actividad) amenaza el crecimiento económico y la creación de puestos de trabajo. En cambio, la revisión del “marco operativo” del banco central se centra en aspectos técnicos de las herramientas para garantizar la liquidez del sector bancario y continúa beneficiándolo directamente.
Por ejemplo, las propuestas de Sumar en España o de diferentes grupos de presión europeos para elevar el porcentaje de dinero exento de remuneración del total que los bancos aparcan en los bancos centrales han caído en saco rato. “Los bancos de la eurozona están obteniendo sustanciales beneficios extraordinarios libres de riesgo que superan los 140.000 millones de euros al año, simplemente depositando fondos en el Eurosistema”, arranca una carta abierta publicada recientemente por Positive Money EU, una organización sin ánimo de lucro que pelea por un sistema monetario y bancario más justo y equitativo.
Estas ganancias “extraordinarias” rozaron los 10.000 millones para las entidades españolas en 2023, que como explica Sumar son en realidad una transferencia pública. Además, representan una buena parte de sus ganancias récord: 26.000 millones en el caso de los grandes bancos, que también han aprovechado la expansión de sus márgenes por las subidas de tipos y su traslación al euríbor de las hipotecas y al coste de los préstamos en general.
“La importante transferencia desde el erario público a los bancos [por la remuneración del mecanismo de la facilidad de depósito] hace que el Banco de España registre pérdidas en 2023. Estas pérdidas son compensadas con provisiones en su cuenta de resultados, pero recortarán el patrimonio neto del banco. Sin embargo, tanto las pérdidas del año pasado, como las provisiones dotadas en los años precedentes con cargo a los benefcios del regulador han supuesto un substancial recorte de los ingresos públicos por el recore de los dividendos abonados por el Banco de España al Tesoro”, explica Sumar.
Estos dividendos suelen estar en torno a 2.000 millones anuales y en 2023 serán cero. “Pero habrían podido ser mucho mayores en el pasado”, continúa el partido que lidera Yolanda Díaz en este informe.
“Instamos al Consejo de Gobierno [del BCE] a considerar una revisión de las reservas mínimas requeridas”, continúa la misiva de Positive Money. “Es muy preocupante que mientras los bancos reciben un 4% por el dinero que dejan en el Eurosistema, sus clientes reciben una remuneración mínima sobre sus ahorros”, incide esta denuncia pública, que firman expertos como Yuemei Ji, de la University College London; Paul De Grauwe, de la London School of Economics; Sebastian Diessner, de la Leiden University; Andrea Roventini, de la Scuola Superiore Sant’Anna; o Philipp Heimberger, de la Vienna Institute for International Economic Studies.
“El BCE simplemente ha decidido mantener sin cambios las transferencias masivas a los bancos. Los banqueros y sus accionistas están exultantes. Otro año de grandes ganancias por venir a expensas de los contribuyentes”, ha reaccionado este mismo miércoles el economista Paul de Grauwe en la red social X (antes Twitter).
“Como resultado, los hogares comunes no están cosechando los beneficios de los altos tipos de interés fijados por el BCE, al tiempo que soportan los costes de los mayores pagos de intereses sobre sus préstamos e hipotecas”, recalcan desde Positive Money EU. En el siguiente gráfico está reflejado el caso de España.
“En 2012, el BCE redujo su exigencia de reservas mínimas del 2% al 1%, sentando un precedente que subraya la adaptabilidad de las políticas en respuesta al contexto macroeconómico”, detallan los economistas que firman la carta. “En el actual ciclo de ajuste, la institución que preside Christine Lagarde ya ha dado un paso para frenar los ingresos extraordinarios al introducir una remuneración del 0% sobre las reservas mínimas en julio de 2023”, añade. “Pero solo es una pequeña mella en las transferencias extraordinarias que los bancos perciben hoy”.
“Estas circunstancias requieren un aumento rápido y deliberado de las reservas mínimas no remuneradas de los bancos que esté en línea con los objetivos actuales de la política monetaria y que contribuya a un sistema financiero más estable y equitativo en la eurozona”, concluyen.
“Vemos cómo los bancos pueden depositar su liquidez en la facilidad de depósito al 4%, pero en cambio a las familias que ahorran solo se lo remuneran entre el 0,12% y el 1,9%”, lamentó, en la misma línea, Carlos Martín Urriza, portavoz de Economía y Hacienda del grupo parlamentario de Sumar.
¿Qué es la facilidad de depósito?
“La facilidad de depósito es el suelo mecánico de los tipos de interés en general en la eurozona”, resume el profesor Eric Dor. Al elevarla, el BCE incentiva que los bancos encarezcan la financiación (hipotecas, préstamos...) por encima del nivel al que quede fijado este tipo de interés de referencia, para obtener más rentabilidad. “Es costoso para los bancos centrales nacionales del Eurosistema y una fuente indebida de beneficios para los bancos”, considera este experto. “Pero es la herramienta que tiene el BCE”, aclara.
“Ahora cabe preguntarse si era realmente necesario aumentar tanto los tipos de interés de los préstamos bancarios y dañar la demanda agregada [de familias, empresas...], para contrarrestar una inflación impulsada esencialmente por shocks de oferta, un aumento exógeno de los precios de la energía y el incremento de los márgenes de beneficios en algunos sectores. Pero esta es otra cuestión”, finaliza.
1.400 millones para el impuesto al sector
De seguir todo como está planteado hasta el momento, los bancos españoles obtendrán un mayor beneficio en 2024. La banca seguirá pagando el impuesto específico del sector. Este tributo se instauró en 2022 con vistas a gravar el crecimiento extraordinario de los beneficios de los bancos –también de las energéticas–, a finales del año pasado. El real decreto de medidas anticrisis prolongó su vigencia también durante este ejercicio. El sector ha lamentado este gravamen desde el primer momento y, aunque ha modulado el tono contra el Gobierno en las presentaciones de resultados de los últimos días, ha sido crítico con su mantenimiento.
“No tiene sentido hablar de beneficios extraordinarios”, planteó José Ignacio Goirigolzarri, presidente de CaixaBank, en la presentación de sus resultados anuales. “La mejor manera de mejorar el impuesto es eliminarlo”, señaló sobre un hipotético cambio a la baja de este tributo en línea con el que se ha aprobado para las empresas energéticas. El sector planteó durante meses que la implantación del impuesto supondría un freno en la concesión de crédito por parte de los bancos, si bien esto se ha producido fundamentalmente por la subida de los tipos. El propio expresidente de Bankia reconocía que es “imposible saber en este momento cuánto ha afectado el impuesto”.
Con los resultados del pasado ejercicio de estos cinco bancos sobre la mesa, el Estado va a recibir 1.400 millones de euros por el impuesto al sector este 2024. A ello falta por añadir otras entidades que también están afectadas como Unicaja, Kutxabank o Abanca. El gravamen se aplica solo sobre la actividad en España, que generó 38.000 millones de euros en ingresos, un 25% más, y 11.400 millones de beneficio, un 47% más que en 2022.