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El BCE se obceca en otra subida de los tipos de interés de 0,5 puntos al 3,5% y aumenta el riesgo de crisis bancaria

El Banco Central Europeo (BCE) se ha obcecado en otra subida de los tipos de interés de 0,5 puntos, hasta el 3,5%, pese a que suponga aumentar el riesgo de una crisis bancaria. La institución prioriza su lucha contra la inflación y cumple su compromiso de mantener la agresividad en el incremento del 'precio' oficial del dinero.

En contraposición, para aliviar la incertidumbre existente en el sistema financiero tras la caída del Silicon Valley Bank o los problemas de Credit Suisse, el BCE asegura en su comunicado tras la reunión del consejo de gobierno de este jueves que “está haciendo un atento seguimiento de las actuales tensiones en los mercados y está preparado para responder como resulte necesario para mantener la estabilidad de precios y la estabilidad financiera”.

Además, defiende que el sector bancario de la eurozona tiene “capacidad de resistencia y posiciones de capital y liquidez sólidas”. Pese a ello, abre la puerta a dotar de más liquidez al sistema. “El BCE cuenta con todos los instrumentos de política monetaria necesarios para suministrar apoyo al sistema financiero si fuera necesario y preservar la fluida transmisión de la política monetaria”, reza la nota.

Mantiene la agresividad

“El BCE tiene un martillo en la mano —pensado para machacar la demanda— y todo lo que ve son clavos, pero en esta crisis de inflación de oferta [relacionada con la energía, o con los cuellos de botella en el comercio mundial] habría que apretar tuercas”, lamenta Carlos Martín Urriza, director del gabinete económico de CCOO.

“Se está ofreciendo la solución salvaje a las subidas de precios, pese a que la política monetaria es bastante ineficaz, y encima está provocando problemas de liquidez en el sistema bancario. En el siglo XXI no puede ser que no haya otra solución, de control de los beneficios de las empresas, que están trasladando el aumento de los costes a los precios de venta, elevando los márgenes, y que solo se pueda actuar sobre el 'precio' del dinero”, continúa este experto.

El consejo de gobierno del BCE se enfrentaba este jueves al dilema de cumplir con el compromiso que había adquirido en su reunión de febrero de subir el 'precio' del dinero otros 0,5 puntos o de moderar la agresividad de su lucha contra las subidas de precios y priorizar la estabilidad financiera. De momento, no ha encontrado razones para cambiar de rumbo. Y ha preferido mantener su palabra y no dejar ver grandes incertidumbres.

“Esta es exactamente la razón por la que el compromiso del BCE de otra subida de los tipos de interés para la reunión de este jueves fue una mala idea. Nunca se sabe lo que va a pasar, ni cómo se desarrollarán los acontecimientos. Por lo tanto, [las decisiones de la institución] deben basarse en los datos y ser prudentes, en lugar de mantener compromisos agresivos innecesarios”, resumía antes de la reunión Philipp Heimberger, economista del Vienna Institute for International Economic Studies.

Al menos, en este ocasión, la presidenta del BCE, Christine Lagarde, ha evitado adoptar otro compromiso respecto a los tipos en los próximos meses. “No es posible en este momento”, ha dicho en la rueda de prensa posterior a la reunión del consejo de gobierno.

La gran paradoja es que no han sido ni la asfixia de las familias hipotecadas, ni la recesión económica, ni el aumento del desempleo que persiguen los bancos centrales con sus políticas las que han abierto este debate. Han sido, de nuevo, los bancos.

Las turbulencias en las bolsas y los mercados de deuda de los últimos días, tras la caída del Silicon Valley Bank y del Signature Bank en Estados Unidos, han sido el primer aviso serio de las consecuencias de la verticalidad de las subidas de los tipos de interés de los bancos centrales. En julio, el BCE todavía mantenía el 'precio' del dinero en el 0%.

El aumento de tres puntos y medio de estos tipos de interés de referencia [la Reserva Federal de Estados Unidos ha sido todavía más agresiva] en menos de un año ha incrementado los tipos de interés de todos las clases de deuda en los mercados financieros. Y eso significa que en general las carteras de deuda de los bancos, aseguradoras o fondos de inversión han perdido mucho valor de golpe.

En el mercado de deuda, las compras suben el precio y bajan el tipo de interés. Y al revés: las ventas bajan el precio y suben el tipo de interés. Esto es lo que viene ocurriendo masivamente en los últimos meses por las decisiones de los bancos centrales.

Esta situación del mercado es precisamente lo que ha detonado la crisis en Silicon Valley Bank y lo que amenaza con hacer descarrilar a otras entidades, al generar tensiones de liquidez. En Europa, el miedo que han causado los problemas del banco suizo Credit Suisse le han llevado a pedir 50.700 millones de euros de liquidez al banco central de su país.

Más vigilancia

Lo que sí ha admitido Christine Lagarde es que a partir de ahora la institución vigilará de cerca las tensiones el sistema financiero, y que las previsiones de crecimiento económico y de inflación que ha publicado este mismo jueves prácticamente son inservibles porque no incluyen las turbulencias de los últimos días.

Irremediablemente, esta última subida de los tipos de interés recuerda a los grandes errores que cometió el BCE con incrementos similares en 2008, justo antes de la Gran Crisis Financiera, y después en 2011, en plena crisis de deuda.