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Veinte datos que no conocías sobre Uber, la compañía más polémica de la década

Uber salió a Bolsa el pasado mayo, después de diez años de crecimiento acelerado y enormes rondas de financiación. El periodista de The New York Times Mike Isaac publicó en septiembre Super Pumped: The Battle for Uber, un libro en el que cuenta su historia: del nacimiento a la caída de su fundador, Travis Kalanick. Kalanick dejó de ser CEO en 2017 y acaba de salir de la junta directiva y de vender todas las acciones que le quedaban. Estas son algunas curiosidades sobre la empresa y su creador.1. La fiesta de celebración de los 10.000 millones de ingresos costó 25 millones de dólares

Fue en octubre de 2015 en Las Vegas. Como cada vez que se alcanzaba un hito importante, Uber corrió con todos los gastos: compró billetes de avión para los casi cinco mil de empleados que tenía, reservó habitaciones en los hoteles del 'Strip' (la calle principal de la ciudad) y les dio tarjetas Visa para comida y alcohol. En una celebración anterior, la de Miami de 2013, hubo tres normas claras: no lanzar barriles por la ventana, no vomitar en las habitaciones, bajo multa de 200 dólares, y no mantener relaciones sexuales entre empleados, salvo que ambos dijeran explícitamente “¡SÍ! Tendré sexo contigo”.

2. Contrataron a Beyoncé para dar un concierto privado en esa fiesta

También a los dj's Kigo y David Guetta. Beyoncé acudió con su marido, Jay-Z, y cobró seis millones de dólares por la actuación. Lo interesante es cómo eligió la cantante recibirlos: en lugar de dinero, pidió acciones por ese valor. En menos de un año, la compañía duplicó su valoración. No está confirmado qué ha hecho Beyoncé con las acciones, pero de haberlas vendido en mayo, cuando Uber salió a Bolsa a 45 dólares la acción, se habría embolsado 270 millones de dólares.

3. Travis Kalanick estaba tan obsesionado con Amazon que copió los catorce principios de Jeff Bezos, pero al estilo Uber

Los catorce principios de liderazgo de Amazon son los que definen lo que la compañía espera de sus empleados. Suelen estar escritos en las paredes de sus oficinas por todo el mundo. La lista es: obsesión por el cliente, compromiso y propiedad (“los líderes son dueños” de su trabajo), inventa y simplifica, tienes razón casi siempre, aprende y sé curioso, contrata y haz crecer a los mejores, insiste en los estándares más altos, piensa en grande, ten iniciativa, sé frugal, gánate la confianza del resto, profundiza, ten determinación y obtén resultados.

Kalanick siempre imaginó Uber como el siguiente Amazon: el que, además de transportar a gente de un punto a otro, llevaría paquetes y comida optimizando esos viajes. Durante la fiesta en Las Vegas, presentó a los empleados los catorce valores de Uber. Estos son: trabaja rápido y con energía, sé propietario y no inquilino, haz grandes apuestas, vive las ciudades, obsesión por el cliente, dale una vuelta a todo, deja a los constructores construir, haz magia, meritocracia, liderazgo optimista, confrontación por principio, 'super pumped' (súper excitado), mentalidad de campeones, sé tú mismo. En 2017, el nuevo CEO Dara Khowrowshahi reemplazó los catorce principios por otros ocho (no muy diferentes).

4. Uber no fue la primera empresa de Kalanick

En 1998, fundó junto a otros compañeros de carrera Scour, un servicio de intercambio de archivos P2P –como Napster– que terminó en bancarrota por problemas con la industria discográfica. En 2001, montó Red Swoosh, una especie de venganza en la que aplicó sus conocimientos para crear otro servicio de intercambio multimedia, esta vez para empresas. El producto sobrevivió, aunque no llegó a despuntar, y fue vendido por 18 millones de dólares a Akamai Technologies en 2007.

5. UberX, el servicio en el que cualquiera puede conducir para Uber, es una copia de Lyft

Travis Kalanick creó Uber junto a otro empresario que venía de vender su negocio: Garrett Camp, fundador de una de las primeras plataformas de recomendación de contenido web: StumbleUpon. Camp estaba frustrado por lo difícil que era moverse en San Francisco, tanto en transporte público como en taxi, y tenía la idea de crear una aplicación para encontrar “el mejor taxi” a la que llamó ÜberCab. Por aquel entonces, Kalanick (que había hecho caja con Red Swoosh) se dedicaba a asesorar a emprendedores y a invertir pequeñas cantidades en sus 'startups'. Camp lió a Kalanick para montar la aplicación que tenía en mente. Ninguno de los dos quería dirigirla, pero Kalanick también terminó convencido para hacerlo.

En un principio, Uber –cuyo lema era “el conductor privado de todos”– trabajaba con empresas de limusinas y coches con licencia. Sin embargo, un emprendedor llamado Sunil Paul se dio cuenta de que había una oportunidad en los “viajes P2P”, entre personas a las que sobraban sitios en el coche, como Blablacar. Llamó a su empresa Sidecar y triunfó entre empleados de Facebook. No era la única que hacía lo mismo: Zimride, fundada por un ex-empleado de Lehman Brothers, hacía eso entre campus universitarios. En 2012, Zimride lanzó una app para viajes compartidos urbanos, no interurbanos, que fue un éxito. La app se llamaba Lyft. Zimride cambió el nombre de la compañía en 2013. Lyft es hoy el principal competidor de Uber en Estados Unidos.

Uber, que hasta entonces operaba con coches con licencia, se dedicó a decirle a las autoridades que Lyft incumplía la ley. Tampoco dejó de insinuar que era un clon. Pero el servicio funcionaba y empezaba a ser popular. Dos meses después, Uber lanzó UberX para competir con Lyft.

6. Uber financió teléfonos y coches a sus conductores, como si fuera un banco concediendo hipotecas 'subprime'

Como todo 'marketplace' –plataforma que conecta oferta y demanda– en cada mercado que entra Uber necesita convencer a conductores y pasajeros para que lo usen. Durante años, la empresa no puso límites a los incentivos para captarlos: a los conductores les ofrecía bonus y a los pasajeros, descuentos. Para convencer a conductores firmó un trato con AT&T y compró miles de iPhones que regalaba a conductores. “El acuerdo atrajo a los conductores 'luditas' a la red”, escribe Isaac.

Otra idea fue el programa de préstamo Xchange, dedicado a quienes no tenían dinero para un coche. La empresa daba crédito a cambio de trabajar para ella. Así reclutaron a miles de conductores sin historial crediticio, con alto riesgo de impago. Poco después, hubo un pico de incidentes y descubrieron que la mayoría los provocaban conductores a los que se les había hecho un préstamo. Por otro lado, estos conductores no podían pagar los créditos porque Uber no les daba suficientes ingresos y devolvían los coches en peores condiciones. Aun así, las métricas no dejaron de crecer.

7. Todos los días había cena gratis en la oficina, pero a las 20:15

Como muchas tecnológicas, Uber ofrece a sus empleados ciertos beneficios, como la cena gratis. Hasta 2017, la cena en Uber se servía a las 20:15, lo que obligaba a los trabajadores a hacer varias horas extra si querían disfrutarla. Actualmente, tras la salida de Kalanick, la cena se sirve a las 19.

8. Uber creó un algoritmo para determinar hasta cuánto podía bajar el salario de sus potenciales trabajadores

Entre otras cuestionables prácticas de recursos humanos (el libro está lleno de escenas que van de consumir cocaína entre jefes y empleados a tirar tazas de café por la oficina si algo no salía bien), a alguien se le ocurrió diseñar un algoritmo que determinaba el salario más bajo que los potenciales candidatos aceptarían, para saberlo antes de hacerles una oferta.

9. El canon para los viajes seguros ('Safe Rides Fee') iba íntegramente al margen de la empresa

Tras varios escándalos, Uber implementó un canon de un dólar por viaje para mejorar la seguridad. Según anunció, la recaudación iría a mejorar los procesos de comprobación de conductores, a formarlos, a revisar los vehículos y a desarrollar nuevas características de la app, como un botón para llamar a emergencias directamente.

Lo único que se hizo fue publicar un pequeño vídeo para conductores. Uber recaudó 500 millones de dólares con esta medida.

10. A Kalanick no le gustaba nada la idea de las propinas para conductores

“Durante años, los jefes suplicaron a Kalanick que les dejara desarrollar una función para dar propinas a los conductores. Era un pequeño gesto que haría ganar a la empresa enteros con sus conductores. Además, Lyft lo tenía”, describe Isaac. “Pero Kalanick seguía en contra. Creía que Uber funcionaba tan bien porque la experiencia de pago no tenía fricción. Un pasajero podía salir del vehículo sin pensar en el dinero. Añadir una función de propinas requeriría abrir la app de nuevo, sin necesidad, según Kalanick. Nunca entendió, o nunca le preocupó, cuánto mejoraría la vida de los conductores esta función”. Finalmente, la incluyeron en 2019.

11. Uber colaboró con la Policía de Nueva York y la ayudó a pillar a delincuentes

El equipo de tecnología detectó cómo en Brooklyn varios ladrones usaban números de tarjeta robados en la Dark Web para traficar con droga y prostitutas usando coches de Uber. Cuando el dueño de la tarjeta denunciaba el cargo, el banco hacía la devolución, de forma que a los ladrones les salía gratis. Uber monitorizó a los delincuentes durante meses, programó un modelo que analizaba el comportamiento para detectar fraude y colaboró con la policía para frenarlos.

12. Uber creó Hell, un programa para espiar a sus conductores y saber si también conducían para Lyft

A Uber le interesaba saber si sus conductores trabajaban para otros y, en ese caso, quitárselos. ¿Cómo lo hacía? Según publicó en exclusiva The Information, los empleados de Uber se abrían cuentas de Lyft que mostraban los vehículos a su alrededor. Con cada cuenta monitorizaban hasta ocho coches. Esa información pasaba a Uber, se almacenaba en una base de datos y permitía ver la localización de los coches de la competencia.

Por un lado, Uber podía enviar a coches a zonas donde faltara Lyft. Por otro, observando patrones, podía detectar cuáles de esos coches también trabajaban para ellos y ofrecerles mejores tarifas para que les eligieran en lugar de a Lyft.

13. Kalanick se enfadó mucho cuando Google presentó su coche autónomo y terminó comprando su propia 'startup' de camiones autónomos: Otto

Google Ventures, el brazo inversor de Google, invirtió 258 millones de dólares en Uber en 2013. Por eso, cuando el cofundador de Google, Sergey Brin, presentó su proyecto de coche autónomo (que llevaba años investigando) en una conferencia en 2014, Travis Kalanick montó en cólera y consideró que Google empezaba a ser un enemigo que le quería destruir. Al fin y al cabo, si Google podía crear un servicio de viajes compartidos sin tener que pagar a conductores, Uber ya no tenía mucho que hacer.

El ingeniero Anthony Levandowski trabajó en el proyecto de coche autónomo de Google. En 2016, sintiéndose infravalorado y sin posibilidad de lanzar su proyecto dentro de la empresa, se fue para montar su compañía de camiones autónomos. Se llevó a varios Googlers consigo. Como todos eran ricos, no necesitaron inversión externa y fundaron Otto. Pocos meses después, Uber compró Otto por 680 millones: una buena forma de devolvérsela a Google.

Levandowski entró a trabajar en Uber. Google lo acusó en 2017 de haberse descargado casi 10GB de documentación que contenía secretos comerciales antes de fundar Otto. Uber lo despidió al no cooperar en una investigación interna.

14. “Tits on Travis” (tetas pagadas por Travis) era la frase con la que describían los trabajadores los gastos en prostitutas

Además de las drogas, era habitual entre ejecutivos de varias oficinas acudir a clubs de striptease con sus contactos y cargarlos a la cuenta de la empresa como “entretenimiento para clientes” o “desarrollo de negocio”. Denominaban a estos gastos “tits on Travis”, por Kalanick.

15. Greyball, el software empleado para detectar a las autoridades e impedir que cogieran Uber, procede de 'greying', de “oscurecer” vehículos ante sus ojos

Allá donde va, Uber se enfrenta a taxistas y autoridades para imponer su modelo de negocio, que en muchos países es ilegal. Para evitar que los funcionarios o cualquier otro sospechoso de investigar y denunciar sus prácticas se subiera a un Uber, el equipo desarrolló una herramienta que les permitía destacar u ocultar determinados coches a su alrededor. ¿Cómo saber quiénes eran estos sospechosos? De varias maneras: creaban perímetros alrededor de las comisarías y observaban qué usuarios abrían y cerraban constantemente la app en esa zona, además de revisar los datos personales de los usuarios (números de teléfono, tarjetas de crédito o direcciones) para verificar si eran policías. Cuando el responsable de la ciudad detectaba a una autoridad, le ponía una especie de tick y la app dejaba de mostrarle coches de UberX.

La primera vez que Londres revocó la licencia a Uber fue por el uso de Greyball.

16. #deleteUber fue una campaña iniciada por un tuitero que costó a Uber más de medio millón de usuarios

En enero de 2017, hubo en varios aeropuertos estadounidenses protestas en contra de la Orden Ejecutiva 13769 de Donald Trump, por la que se ordenaba a refugiados y otros visitantes musulmanes regresar a sus países. Grupos de taxistas se pusieron en huelga para no llevar ni recoger gente al aeropuerto en solidaridad. Eso significaba que los precios de Uber iban a subir (por el famoso 'surge pricing', que va en función de la demanda). Como la reputación de la compañía ya estaba tocada, se decidió no aplicar el precio dinámico e informar a través de Twitter.

@Bro_Pair lo interpretó como un boicot a la huelga y llamó a borrar la aplicación bajo el hashtag #deleteUber, que se viralizó. En pocos días, más de medio millón de personas habían eliminado la app y todas las curvas de crecimiento se estancaron.

17. Cada acción de Kalanick valía por diez votos ('supervoting shares')

Así el fundador y CEO acumulaba mayor poder de decisión. Las estructuras de acciones de doble clase –en las que algunas acciones tienen más derecho a voto que otras– se han popularizado entre las tecnológicas en la última década para permitir que sus fundadores retengan el control, incluso al salir a Bolsa. Ha sucedido en Dropbox, en Lyft o en Snapchat (Snap) que incluso vendió acciones sin derecho a voto. Sin embargo, antes de salir a Bolsa, Uber reformó su estructura de votación para volver a la fórmula tradicional de una acción, un voto.

18. Arianna Huffington tuvo un “rol maternal” cuando murió la madre de Travis Kalanick en un accidente

La madre del ex-CEO de Uber murió en un accidente de barco en mayo de 2017, mientras estaba de vacaciones con su marido en Fresno (California). Tenía 71 años. Sus padres eran uno de los pocos apoyos de Kalanick, que en ese momento ya estaba envuelto en escándalos relativos a Uber. 'Super Dumped' explica que el empresario llamó a Arianna Huffington, que había entrado en el consejo de administración tiempo atrás, y que ella diría más tarde que cuidó y se preocupó de Kalanick en el momento más oscuro de su vida.

“Hubo quien dijo que ella asumió un papel materno, cuidándolo en ausencia de su madre real. Sin embargo, ejecutivos cercanos no pudieron evitar sentir que Huffington estaba controlando la situación para acercarse a Kalanick”.

19. Levandowski fundó otra 'startup' y su propia religión, dedicada a la Inteligencia Artificial

Tras la demanda de Waymo, la filial de coche autónomo de Google, Levandowski cayó en desgracia y fundó otra 'startup' de camiones autónomos, Pronto.ai. También una religión cuyo dios es una inteligencia artificial y cuya iglesia se llama Way Of The Future Church (WOTF). El pasado mes de agosto, el polifacético ingeniero fue acusado por un juez de robar secretos comerciales. Se enfrenta a diez años de prisión y una multa de 250.000 euros, motivo por el cual Pronto.ai lo sustituyó como CEO.

20. Para reducir 200.000 dólares de gasto anual, Uber dejó de celebrar los aniversarios laborales con globos de helio

Este detalle lo conocimos en agosto y no aparece en el libro. Uber solía celebrar los aniversarios de sus empleados –conocidos como “Uberversary”– dejando globos de helio en su escritorio. La gracia costaba 200.000 dólares al año. Las últimas cuentas trimestrales de la empresa reflejaban pérdidas de cinco mil millones, así que se promovió una campaña entre empleados llamada #FindTheMoney para que dieran ideas sobre cómo ahorrar. Esta fue una de ellas.

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