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España solo tiene que refinanciar más cara un 15% de la deuda pública este 2022

La vicepresidenta económica, Nadia Calviño, en rueda de prensa tras la octava reunión del Consejo asesor de economía, este lunes.

Daniel Yebra

5 de julio de 2022 14:18 h

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La vicepresidenta primera y ministra de Economía, Nadia Calviño, defendió en el Consejo de Ministros de este martes que las extraordinarias condiciones de financiación de los últimos años han permitido al Tesoro Público alargar el vencimiento medio de la deuda —por encima de los 8 años— y protegerla de las subidas de los tipos de interés oficiales que iniciará este mes el Banco Central Europeo (BCE), desde el mínimo histórico del 0%, para dejar de alimentar la inflación desbocada.

Tras años de deuda barata, España solo tiene que refinanciar más cara un 15% de toda la deuda pública en circulación este 2022. Eso sí, desde este 1 de julio, lo tiene que hacer sin el apoyo del BCE —o al menos con un apoyo inferior—, así como ocurre con la emisión de deuda nueva, después de años en los que el Tesoro ha conseguido reducir los costes a mínimos históricos, gracias precisamente a los programas de compra de deuda de la institución que preside Christine Lagarde.

Unas herramientas para favorecer la recuperación económica que finalizaron en junio y que ahora el propio BCE intenta reinventar para no ahogar a los países más sobreendeudados de la eurozona, entre los que se encuentran Italia y España, sin seguir dando de comer al monstruo de la inflación. Y con el riesgo, lamentablemente, de provocar una recesión si el endurecimiento de las condiciones de financiación —también de préstamos y de hipotecas— profundiza en el frenazo que ya sufre la actividad económica y en los problemas que atraviesan las familias por las subidas de precios y la incertidumbre por la invasión rusa de Ucrania.



El esfuerzo realizado por el Tesoro para extender la vida media de la deuda ha permitido anclar durante más tiempo los bajos tipos de interés en la cartera y reducir el porcentaje de deuda que vence en los próximos años, resultado de una gestión prudente que coloca al Tesoro en buenas condiciones frente a la normalización de la política monetaria”, explica Nadia Calviño.

Coste en mínimos históricos

“El Tesoro Público mantuvo durante el pasado año su buen acceso a los mercados de capitales y su capacidad de financiar en buenas condiciones el gasto adicional derivado de la respuesta a la pandemia y sus efectos, tanto de la Administración Central como de las comunidades autónomas”, continúa la ministra.

Estas buenas condiciones permitieron que en 2021 el Tesoro se financiara a los menores costes de su historia, con un coste de la deuda emitida durante el año que se situó por primera vez en negativo, -0,04%, y con un coste del conjunto de la deuda que continuó reduciéndose hasta el 1,64% (ver gráfico).



“En 2022 las condiciones de financiación están cambiando por la progresiva normalización de la política monetaria que está llevando a cabo el Banco Central Europeo”, admite Nadia Calviño.

“En este contexto de incremento de las rentabilidades soberanas que se está produciendo en Europa, el Tesoro Público mantiene una estrategia de financiación prudente, flexible y equilibrada que le permite mantener un acceso sólido a los mercados de capitales y una fuerte demanda por parte de los inversores. Como prueba de ello, a 30 de junio ya se ha cubierto un 61% de toda la financiación a medio y largo plazo prevista en 2022 y se ha mantenido la tendencia descendente del coste medio de la cartera, que se sitúa actualmente en el 1,59%, inferior al de cierre de 2021”, añade.

Esto ha permitido que la carga financiera de la deuda española sobre el PIB y sobre los ingresos se haya venido reduciendo de forma continuada desde 2013, que alcanzó sus máximos históricos (ver gráfico).



A cierre de 2021, el coste de los intereses de la deuda española sobre el PIB se redujo al 2,15%, un nivel similar al que estábamos a principios de 2011, siendo el máximo el 3,6%, que se alcanzó en 2013. Asimismo, el coste de los intereses de la deuda sobre los ingresos bajó hasta el 5%, un nivel similar al que estábamos a principios de 2009, con un máximo del 9,2%, alcanzado en 2013.Gracias a la extensión de la vida media de la deuda y la política prudente de financiación del Tesoro, los intereses que paga España por su deuda como porcentaje del PIB se mantendrán en niveles contenidos y que garantizan la sostenibilidad de la deuda.



“Asimismo, el firme compromiso del Gobierno con la responsabilidad fiscal y la senda ya iniciada en 2021 de reducción del déficit y la deuda pública sobre PIB, que se prolongará en los próximos años, permitirá seguir apuntalando dicha sostenibilidad de nuestras cuentas públicas”, concluye la vicepresidenta económica.

Dinero del norte al sur

El BCE clasificará a los países de la eurozona como donantes (Alemania, Países Bajos y Francia), neutrales y receptores (España, Italia, Portugal y Grecia) como punto de partida de la nueva era sin programas de compra de bonos, que finalizó oficialmente el jueves 30 de junio, tras haber garantizado la demanda de la deuda pública de la región durante años, incluso en los peores momentos de la pandemia.

Según este esquema, que adelantó en exclusiva Reuters la semana pasada, desde el 1 de julio, compra deuda de “estos receptores” con los ingresos de los vencimientos de los bonos de “los donantes” que ha ido adquiriendo desde 2015, para evitar que se endurezcan mucho más las condiciones de financiación de los primeros. Es decir, para impedir que suban las primas de riesgo —el diferencial entre el interés que se exige al bono de referencia de España, Italia o Portugal y el de Alemania, que se considera el socio mejor pagador y más disciplinado fiscalmente—.

De esta manera transferirá el dinero que ha creado en este tiempo de norte a sur —por supuesto, también comprará deuda de estos últimos con los vencimientos de sus propios bonos—, y cumplirá con su objetivo de endurecer las condiciones de financiación de forma generalizada para dejar de alimentar la inflación desbocada sin perjudicar a España, Italia, Portugal y Grecia, los países más sobreendeudados y más golpeados por la crisis de la COVID. Sería la herramienta antifragmentación que el propio BCE había adelantado en las últimas semanas, y que ha relajado al prima de riesgo en los últimos, desde los 140 puntos básicos del 14 de junio hasta cerca de los 100.

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