La experiencia es un grado: la generación que lo aprovecha todo tiene las claves para reciclar
España presume de ser uno de los países con la esperanza de vida más alta del mundo. Tanto es así que, según los datos más recientes, nuestro país ocupa el tercer puesto a nivel global, únicamente superado por Japón y Suiza, pese a la caída provocada por los estragos de la covid. En total, el 19,8% de la población cuenta con más de 65 años o, lo que es lo mismo, más de nueve millones de personas superan esa edad, tal y como indican las cifras del Instituto Nacional de Estadística (INE).
El potencial de esta franja demográfica no para de crecer y cada vez es más tenida en cuenta por diferentes sectores, industrias y actividades, hasta el punto de hablar de Silver economy —o Economía de plata—, en alusión al color que luce el cabello de las personas mayores. Su experiencia, poder adquisitivo y elevado número poblacional convierten a los veteranos en un conjunto social con una influencia creciente en la toma de decisiones, incluso en aquellas que atañen a la preservación de la naturaleza.
Conscientes de estas posibilidades, desde algunas organizaciones ambientales se ha comenzado a aprovechar este valor añadido para concienciar de la necesidad de preservar el entorno natural. Una de ellas es Ecoembes, que lanzó en 2017 el programa Terceros en edad, primeros en reciclar, cuyo objetivo es que el grupo más curtido de la sociedad se convierta en embajador del primordial proceso de separación de residuos. Con la reciente celebración del Día de las Personas Mayores, la entidad ha hecho balance de un proyecto que está obteniendo resultados positivos.
En total, más de 350.000 personas han participado hasta el momento en la iniciativa, gracias a su implantación en 264 centros de día y residencias de cinco comunidades autónomas. Las actividades y dinámicas desarrolladas abarcan desde encuentros intergeneracionales, hasta ejercicios lúdicos, talleres o salidas programadas, siempre con el fin de acercar el reciclaje, a la vez que se empodera en materia de consumo responsable y economía circular también en la senectud.
El reciclaje en primera persona
“Todo comenzó con una presentación bastante práctica que realizaron desde Ecoembes para concienciar sobre esta materia”, recuerda Ana María Gracia, directora de Hogar Valdefierro de Zaragoza. “Además de exponer los conceptos generales y detallar cómo se debe proceder en el día a día, igualmente nos proporcionaron carteles y papeleras específicas para llevar a cabo la separación de desechos en nuestras instalaciones”. Desde su punto de vista, este compromiso de los mayores es “fundamental” porque “la información se transmite de igual a igual y, de hecho, son ellos mismos los que indagan, se cuentan curiosidades sobre el reciclaje, se aconsejan y solucionan sus propias dudas”, matiza.
Ana María de la Concepción y Joaquín Mata son dos usuarios del Centro Zona Sur de Logroño que se han convertido en auténticos embajadores del tema. “Primero nos enseñaron a reciclar correctamente y luego hemos sido nosotros los que se lo transmitimos a los más jóvenes”, aseguran. Joaquín reconoce haberse sorprendido “muchísimo” en la visita que realizaron a una planta de selección de residuos: “Me llamó la atención ver cómo cada tipo de residuo va a un lugar diferente; esto me hizo ponerme las pilas y ahora me implico tanto que hasta mis hijos están impresionados”, confiesa. Por su parte, Ana María, subraya que lo hace “por el medioambiente” y admite que el cambio climático ya es una realidad: “Ahora no están tan claras las estaciones del año. Antes, el otoño era otoño y el verano era verano. Ya no es así”, se lamenta.
El grado de involucración de los usuarios es muy elevado. “En nuestro caso, la participación asciende al 76,5% de los internos. Solo aquellos con mayores dificultades y limitaciones no han podido participar”, especifica Adelina Vegas, directora de la residencia San Pancracio de Carreño, en Asturias, quien asimismo se congratula de la llegada de este programa porque fue un contenido “muy interesante” durante el aislamiento provocado por la pandemia. Algunos mayores de este centro apuntan que “antiguamente, hace décadas, no desaprovechábamos nada en las casas” y no dan crédito “a cómo, en la actualidad, estamos terminando con el planeta”. Adelina señala que “toman como referencia su época de juventud, ya que no existía la cultura del usar y tirar” y por eso “se alarman cuando ven los desperdicios que generamos en la actualidad”.
Desde Ecoembes se muestran satisfechos con el resultado del programa, a pesar de las limitaciones derivadas de la pandemia. “La cultura del reciclaje y el medio ambiente es inclusiva, por eso hemos querido acercarla a los mayores, diseñando propuestas enfocadas al envejecimiento activo, la participación y, sobre todo, la conversación intergeneracional”, explica Begoña de Benito, directora de Relaciones Externas y RSC de Ecoembes. En este sentido, la organización continuará desarrollando este programa para ampliar los buenos datos que presenta España: según la entidad, en 2020 se reciclaron casi un millón y medio de toneladas de envases, lo que permitió evitar la emisión de 1,67 millones de toneladas de CO2 a la atmósfera.