La portada de mañana
Acceder
Aldama zarandea al PSOE a las puertas de su congreso más descafeinado
Corazonadas en la consulta: “Ves entrar a un paciente y sabes si está bien o mal”
OPINIÓN | Días de ruido y furia, por Enric González

“Es como una secta, te pilla vulnerable”: los fans arrepentidos de Llados que desmontan el discurso del pseudogurú financiero

Raúl Novoa

31 de mayo de 2024 22:25 h

0

“Llados empezó a salirme en TikTok. Me llamaba la atención que estaba fuerte, hacía deporte y tenía pasta”, quien habla es Pedro, pseudónimo del hijo adolescente de Blanca A. Ella se dio cuenta de que el chaval estaba cambiando: se levantaba a las cinco de la mañana, hacía burpees e incluso le escuchó algún comentario clasista y misógino que la puso en alerta. El joven era fan de Amadeo Llados, un supuesto gurú del éxito personal y la libertad financiera que vende “cómo hacerse rico” a base de cursos de 300 euros, vídeos y encuentros regulares online por los que sus “afiliados” –así los llama él– pagan una mensualidad de, mínimo, 50 euros. Además, estos deben encargarse de compartir y replicar su contenido, y conseguir que más gente se afilie para obtener así un 30% de los beneficios derivados de ese nuevo adepto que hará lo propio, generando un efecto cadena.

La mayoría de sus apariciones las hace desde una mansión en Miami y circulando en coches de lujo que, dice, son de su propiedad. Pero su mayor exposición mediática –en redes y eventos presenciales que funcionan como una extensión de su contenido digital, cuya entrada más barata cuesta 1.000 euros– y el consecuente cuestionamiento de su modelo de negocio hace que algunos de estos “afiliados” acaben renunciando a este estilo de vida y se percaten de una posible estafa.

A sus apenas 13 años, Pedro acabó dándose cuenta de que “la gente como Llados son personas con dinero que quieren ganar más”. Pero fue su madre quien lo detectó rápido y pudo hablar con él de una forma razonable. “Hacía comentarios muy raros, como que era un ganador y que iba a ser el primer millonario de la familia. Me pidió libros de autoayuda que promociona en sus redes”, cuenta la madre del joven. Pero todo cambió con una charla: “Entendió que nadie puede hacerse rico pagando tan poco, que es una estafa y que solo dice barbaridades”, opina Blanca A. en conversación telefónica.

Ella se comprometió a ayudar a su hijo a buscar perfiles de monitores de ejercicio en redes sociales con un discurso saludable y alejado del modelo Llados, pero no fue fácil. “Antes de hacerlo estuve pensando tres días cómo abordar el tema. Tenía miedo de que me pudiese ver como a una enemiga”. Y es que, como apunta a este medio la psicóloga especializada en adolescentes Laura Aznar: “La adolescencia es un período superplástico y permeable donde todo entra y todo se escucha. Se busca la identidad propia y la ruptura con lo anterior”.

Hacía comentarios muy raros, como que era un ganador y que iba a ser el primer millonario de la familia. Me pidió libros de autoayuda que promociona en sus redes

Lo difícil es cuando la persona no tiene un círculo que lo apoye. “Menos mal que desperté. Te hacen sentir inferior y que les necesitas. Estaba solo, me estaba aislando. Es una secta. La ida de olla que he tenido en cuatro meses… No tenéis ni idea de cómo una persona se deja llevar por ellos, en dónde puede terminar. Veo vídeos y reacciones que he estado haciendo y no me reconozco, de verdad”, el testimonio es el de Paulo Azpiazu, un joven formado como entrenador personal que acabó contratando los servicios de Llados para mejorar los suyos propios en las redes sociales. Él lo ha contado en una entrevista, pero contactado por este diario ha dicho que prefiere no hacer nuevas declaraciones y remite a los contenidos hechos en el pasado.

“Llevo mucho tiempo haciendo el subnormal. He hecho muchos reels con mensajes de mierda, vacíos, únicamente para ver si se hacía más viral. Es lo que hace todo el mundo en este mundillo de la mentalidad de Llados del 05.00 am. No quiero seguir haciendo esa mierda”, cuenta Inés de Paz, de 19 años, en un vídeo en sus redes. Entrevistada por elDiario.es, de Paz explica que también fue seguidora de uno de los alumnos que difunden la mentalidad de Llados y ahora se arrepiente e intenta crear un contenido en sus redes “de tú a tú”. “Conocía el perfil de Llados desde hace tiempo. Siempre me moló mucho el mundo fitness, pero es cierto que su mundillo de mujeres y fiesta me causaba rechazo. Pero es verdad que volvió a estar en mi móvil cuando lo entrevistaron en un podcast y su disciplina me llamó la atención”, cuenta sobre cómo lo conoció. “A un chaval de 18 años le dices que va a tener un coche lujoso, una casa en Miami y ser rico, pues le llama la atención”, señala.

Llados empezó como creador de contenido de deporte en YouTube, pero ahora su discurso tiene menos que ver con el deporte y más con un supuesto desarrollo personal y financiero. Lo hace usando discursos simples que buscan mermar la seguridad de quien lo escucha: “Eres un fucking cagado y no tomas acción, cuando lo hagas podrás cambiar tu vida”. “Los insulta como un entrenador que te maltrata y saca lo mejor que hay en ti. Si a una mujer la tratan mal lo que piensan es en abuso, pero Llados recuerda al entrenador deportivo, el no pain no gain”, destaca Elisa García Mingo, socióloga e investigadora que ha publicado diversos estudios sobre la manosfera en la Universidad Complutense de Madrid. 

Llevo mucho tiempo haciendo el subnormal. He hecho muchos 'reels' con mensajes de mierda, vacíos, únicamente para ver si se hacía más viral. Es lo que hace todo el mundo en este mundillo de la mentalidad de Llados del 05.00 am

Su alegato constante es el de tener una “buena vibración”, siempre haciendo deporte. “El mensaje era muy estricto y directo. En mi caso me sentí como que me hablaba directamente a mí. Con muchas cosas de las que habla al respecto de la fiesta y del alcohol me sentía identificada. Con 18 años sí que estuve metida en ese mundo muy de alcohol y fiesta, pero lo he dejado todo”, relata Inés De Paz. “Lo venden como que tienes que tener siempre energía. Así la gente te ve y flipa. Es como una espiral que va llegando a la sociedad”, cuenta por su parte Azpiazu en una entrevista. Sin embargo, no parar de entrenar y dormir poco tiene consecuencias para la salud del cuerpo humano. “El primer mes te empoderas. El segundo y tercer mes acabas agotado. Y es lógico, el ser humano necesita descansar”, añade el joven. 

Este pseudogurú imita los códigos de un predicador, y en su discurso aborda los siete pecados capitales del catolicismo; va contra la soberbia, la avaricia, la lujuria, la ira, la gula, la envidia y la pereza. “Esto es lo más cercano a Dios que vais a estar. El genio ve lo que nadie ve. Yo toco algo y se vuelve en oro. Soy el primer hispanohablante en el mundo en explicar cómo funciona”, destapó de una de sus charlas a sus seguidores Claudia Nicolasa, una psicóloga infiltrada en uno de sus cursos.

Hace apenas dos semanas vimos cómo muchos de sus fieles pagaban miles euros por pasar apenas cuatro horas con él en el Casino de Aranjuez. En el evento, que definió como “masterclass para crear la vida de tus sueños”, además de clases de “educación financiera”, “marca personal” o “espíritu”, parte de la jornada se dedicó a hacer burpees junto a él. Como si de una oración se tratase. La religión del esfuerzo máximo y del proyecto de sí mismo. 

Llados usa el ego o las inseguridad como vía de entrada para captar la atención de sus potenciales seguidores. “Cuando era chaval, tenía el fitness como forma de evadirme de mis problemas. Para mí era una inspiración verlo con su cercanía en YouTube. En la cuarentena estuve muy mal y me ayudó a impulsarme como creador de contenido. Después de la cuarentena empecé a conseguir clientes y me compré el curso de mi primer millón”, explica Azpiazu en una de sus entrevistas sobre cómo llegó a él. “La gente se engancha a Llados como un ludópata. Pasa mucho con las personas obsesivas. Es como una secta. Te pilla en un punto vulnerable, no tienes que tener depresión o tener sobrepeso. Él sabe a quién atrae”, detalla al respecto quien ahora como monitor recuerda siempre en sus publicaciones el ir paso a paso y sin compararse con el resto.

El mensaje era muy estricto y directo. En mi caso me sentí como que me hablaba directamente a mí. Con muchas cosas de las que habla al respecto de la fiesta y del alcohol me sentía identificada

La importancia del círculo que te rodea

Las dos fuentes expertas consultadas en este reportaje coinciden en que el modus operandi de Llados tiene tintes sectarios. Con su discurso crea un “nosotros” y un “ellos”. Juega a tener la verdad absoluta. “Te alejan de tu gente. No te puedes alejar, es como que el entorno que tienes es el único que necesitas. Es como que si sales tienes el peligro de volver a lo malo y te hacen sentirte protegido, aunque luego nunca te pregunten por ti”, relata Azpiazu en otro vídeo. “Incluso casi dejo a mi novia porque cuestionaba lo que estaba haciendo. A mí me ha destruido”.

Llados y los gurús que lo replican tienen un discurso constante sobre lo importante que es escucharlos solo a ellos. Si escuchas a tu círculo estando en su bando, corres el riesgo de volver a “la Matrix”. “Está bien dejar las drogas y los excesos. Yo intento llevar el mensaje de la salud, pero hacerlo como lo hace [Llados], es peligroso. Alejarte de tus amigos no me parece bien. Doy gracias por no haberlo hecho”, dice a este medio Inés De Paz.

Para Laura Aznar, psicóloga especializada en adolescentes, si bien es fácil la intrusión de fenómenos como el de Llados en los jóvenes por la modelación de su personalidad, considera esencial el círculo que les rodea. “Cuando accedes a pagar 1.000 euros para hacerte rico a través de un curso es porque no tienes una buena red de apoyo. Lo lógico es que si vas a hacerlo alguien lo cuestione”, señala. “Es habitual que un adolescente dé palos de ciego durante este periodo, pero acaba dándose cuenta si tiene un buen background”.

Para abordarlo, según Aznar, lo primero que hay que hacer es hablar con el adolescente y pedirle explicaciones de por qué lo hace y que él se exprese con libertad. “Creo que es un problema para la gente aislada y con inseguridades. Con cabeza y gente que te ayude lo consigues evitar. En mi entorno ya está muy criticado”, dice al respecto Pedro, que ha conseguido desvincularse del mundo Llados.

Pero el calado del mensaje de Llados y de estos pseudogurús de la libertad financiera no implica que los jóvenes sean más ignorantes. “Son víctimas de un presente sin futuro. Tienen inestabilidad laboral, la vivienda no para de subir, el mundo se va a acabar por el cambio climático… Estos gurús son una respuesta fácil y rápida a sus grandes problemas”, apunta la socióloga García Mingo. La tasa de paro juvenil el pasado mes de abril fue del 26,5% en España, la más alta entre todos los países europeos. Además, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) en España, el salario más común entre los ciudadanos es de 18.502 euros brutos anuales.

Los seguidores de Llados quieren alejarse de ser “fucking mileuristas”, como él los llama. Quieren ser ricos y las redes potencian el mensaje. Pero no potencia salidas colectivas a los problemas, sino individualistas. “Él vende la huida de la crisis del empleo”, continúa. Llados tiene 1,7 millones de seguidores en Instagram y 2,8 en TikTok. “No hay dos millones de personas tontas, hay dos millones de jóvenes sufriendo”, dice la socióloga.

Creo que es un problema para la gente aislada y con inseguridades. Con cabeza y gente que te ayude lo consigues evitar. En mi entorno ya está muy criticado

TikTok y la cámara de eco

Al preguntarle a Pedro cómo encontró a Llados, el joven contesta que le salió en TikTok sin que él lo buscase. “Solo veía sus vídeos y le daba likes. Ahora aprendí que interaccionando con él me salían más”, confiesa. “La mediación algorítmica tiene que ver aquí, al consumir estos contenidos, la experiencia de usuario de TikTok va a seguir mostrándoles estos temas. Es la cámara de eco que repite este contenido. Ya no es solo que sea atractivo o no, es que es lo único que ves”, explica García Mingo. 

En el informe Culpables hasta que se demuestre lo contrario, de la FAD Juventud del Reina Sofía, del que es coautora García Mingo, los adolescentes entrevistados admiten que necesitan empezar a expresar públicamente que lo pasan mal. Para ellos, igual que para Azpiazu, el gimnasio es un lugar de desahogo personal. Aprecian incluso que es una forma extendida de gestionar una ruptura o un rechazo. “El verdadero hombre es el que se construye a sí mismo”, destaca el análisis como idea de los jóvenes en cuanto a su construcción de la masculinidad. “Es el hombre emprendedor, el hombre hecho a sí mismo. Llados es una concentración de los criptobrós y los gurús de la seducción”, apunta la Elisa García Mingo. 

Llados representa una expresión de la ideología individualista. En uno de sus vídeos, ante un alumno que le dice que su ex mujer quiere quedarse la custodia de los hijos, contesta: “Quédate con tus fucking hijos que yo me largo del país, no te necesito. Y lo próximo que sabe de mí es que estoy en un yate de 150 pies de largo con tres colombianas en Ibiza. ¡Yo soy el puto jefe! ¿No véis que sois unos fucking mierdas?!”.

“En el momento en el que el feminismo pide cuidados, estos hombres buscan escapar de sus responsabilidades. Es una ola reaccionaria al movimiento feminista. Es un contenido radicalmente político, pero tintado de crecimiento personal”, apunta. Y cuidado: “No solo va hacia la juventud. Cada vez vemos más hombres de entre 40 y 50 años consumiendo estos contenidos. Llama mucho la atención porque cada vez genera más ruido mediático”, dice la socióloga. Inés de Paz, por su parte, opina: “Desde fuera se puede ver así, como machista, pero yo nunca he recibido esos mensajes de ese estilo. Incluso me apoyaban por ser mujer y estar ahí. Pero lo que dice sobre las mujeres en general no lo comparto y sé que puede serlo”.

Si uno apaga el móvil, los pseudogurús del fitness desaparecen. “El problema es que todos estamos dentro del teléfono. Creo que esto va a traer problemas graves en el futuro”, dice en el citado vídeo Azpiazu .