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Opinión - ¡Nos comerán! Por Esther Palomera

Pablo Casado, Enrique Arnaldo, una carrera de Derecho y un puesto en el Constitucional

16 de noviembre de 2021 22:31 h

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Entre todos los juristas conservadores que el PP podía nombrar, ¿por qué este empeño en llevar al polémico Enrique Arnaldo al Tribunal Constitucional? ¿Por qué él, y no cualquier otro que no tuviera tantas manchas en la toga?

Quienes saben de esas negociaciones entre PSOE y PP aseguran que es Pablo Casado, en persona, quien se ha empeñado en que sea Arnaldo el que ascienda al Constitucional. Es una decisión que en gran medida se explica por la amistad que les une, por años de confianza mutua, por una relación muy estrecha que viene de hace más de una década: de los tiempos en los que Casado aún no había terminado la universidad.

En esa historia académica de Casado, tan polémica, Enrique Arnaldo no es un personaje más. Al contrario: aparece sin cesar. Porque el nuevo magistrado del Tribunal Constitucional estuvo muy cerca de todos y cada uno de los pasos que dio Pablo Casado hasta completar su polémico currículum oficial.

Enrique Arnaldo fue una de las personas que introdujo a Pablo Casado en la Cardenal Cisneros, como ha contado quien era el director del centro en aquella época. 

Enrique Arnaldo también era profesor de Derecho en la Cardenal Cisneros, el centro universitario adscrito a la Complutense en el que Casado aprobó 12 asignaturas de Derecho en cuatro meses.

Enrique Arnaldo no era un profesor más en la Cisneros. Tuvo mando en plaza y llegó a formar parte del patronato de este centro –que es privado pero de titularidad pública, de la Comunidad de Madrid–. 

Enrique Arnaldo fue nombrado miembro de ese patronato por Esperanza Aguirre, la misma persona que ascendió a Pablo Casado a la presidencia de las Nuevas Generaciones del PP de Madrid.

Enrique Arnaldo, de forma bastante irregular, también compatibilizaba sus clases en la Cardenal Cisneros con su plaza en la Universidad Rey Juan Carlos, donde recaló Casado tras su paso por la Cisneros. Allí se licenció en Administración y Dirección de Empresas, y también aprobó un máster en derecho. Ese famoso máster, lleno de irregularidades, que el Tribunal Supremo decidió no investigar.

Y Enrique Arnaldo también formaba parte del consejo del Instituto de Derecho Público de la URJC, el centro de los máster fraudulentos, donde le regalaron el famoso título a Cristina Cifuentes. Y también otro máster a Pablo Casado, que aprobó sin ir a clase, sin hacer los exámenes y con unas extrañas convalidaciones que este centro no ofreció a otros alumnos con menos conexiones políticas.

Convalidaciones y conexiones políticas. No es la primera vez que Casado aprueba así.

La llegada de Casado al Cardenal Cisneros

El hoy presidente del PP empezó sus estudios en el ICADE, donde cursó el doble grado de Derecho y Administración de Empresas entre 1999 y 2004. Esta universidad privada, de los jesuitas, es famosa por su dureza: los alumnos que suspenden dos veces una asignatura no pueden continuar

Después de cinco años sin completar la carrera, Casado tuvo que dejar el centro –no está claro si de forma voluntaria u obligado por no aprobar–. Para entonces, ya había entrado en política. En sus primeros años universitarios, promovió una suerte de club de debate donde invitaba a dar conferencias a distintos cargos del Partido Popular. También dirigía una pequeña revista, donde entrevistaba a ministros y demás: un modelo de 'networking' inspirado en el famoso “clan de Becerril”, que encumbró años antes a Alejandro Agag.

Gracias a las relaciones públicas que le permitieron esa revista y esos debates, Casado conoció a quien sería su primer mentor: Alfredo Prada, entonces consejero de Justicia de la Comunidad de Madrid, que en el año 2003 le contrató como asesor de esa consejería. Fue su primer sueldo público: 50.000 euros anuales para un joven estudiante, que compaginaba este trabajo con la universidad.

Tras dejar el ICADE, ya como asesor de la Consejería de Justicia y poco antes de que Esperanza Aguirre le nombrara presidente de las Nuevas Generaciones del PP de Madrid, Casado recurrió a sus contactos políticos para recalar en la Cardenal Cisneros. Allí jugaba en casa. Este centro universitario privado es propiedad de la Comunidad de Madrid, y el Gobierno autonómico es quien pone y quita a sus directores. 

Dos personas fueron las embajadoras de Casado en esa universidad; las que intercedieron con el director del centro en esa época, Alberto Pérez de Vargas, para que lo recibiera y le ayudara con las convalidaciones. Una fue Enrique Arnaldo. La otra fue un catedrático de Derecho ya fallecido, y de enorme poder en el mundo universitario cercano al Partido Popular: José Pérez de Vargas.

 A 'Pepe' Pérez de Vargas también le llamaban “el gran elector”. Era una persona clave en la universidad de Madrid. Primero por su amistad con quien fue consejero de Educación del Gobierno autonómico de Gallardón, Gustavo Villapalos –con el que más adelante se enemistó–. Después, por su amistad con Esperanza Aguirre.

Pepe Pérez de Vargas nunca fue formalmente el rector de la Universidad Rey Juan Carlos, aunque tuvo más mando en ese centro que muchos de los que ocuparon ese sillón. Se conformó con presidir el patronato de esa universidad, tan ligada desde su fundación al Partido Popular. “Era el poder en la sombra, quien decidía las cátedras, los nombramientos, los ascensos, los presupuestos…”, recuerda un profesor de la URJC. Fue Pepe Pérez de Vargas el apoyo clave en la candidatura de Pedro González Trevijano como rector de la URJC en 2002. 

Trevijano hoy es magistrado del Tribunal Constitucional, donde llegó en 2013, nombrado por el PP. Es muy amigo de Enrique Arnaldo, desde hace décadas. La exmujer de Enrique Arnaldo, Isabel Benzo, hoy trabaja como letrada del Constitucional, a las órdenes de Trevijano.

Pepe Pérez de Vargas apoyó a Trevijano en su ascenso como rector. Y también fue la persona clave en la designación de Alberto Pérez de Vargas –con el que comparte apellido pero no parentesco– a la dirección de la Cardenal Cisneros. Y en ambos centros, apoyó al joven Pablo Casado, tras caerse del ICADE.

“Conocí a Pablo Casado en el funeral del padre de Pepe Pérez de Vargas”, recuerda Alberto Pérez de Vargas, el entonces director de la Cardenal Cisneros. “Después me pidieron que lo atendiera cuando dejó el ICADE”, asegura a elDiario.es. 

Según la explicación de Alberto Pérez de Vargas –en ese momento director de la Cardenal Cisneros–, Casado fue a verle a su despacho, con estas recomendaciones: “Me contó que si no terminaba la carrera de Derecho, se le acababa la carrera política”.

El entonces director de la Cardenal Cisneros asegura que no hubo “ninguna irregularidad”. “Es habitual que cuando un alumno cambia de un centro a otro pida las convalidaciones”. “Fue muy educado, y me vino con una carpeta con todas las asignaturas que ya había aprobado en el ICADE, pero que no le habían dado por convalidadas”. ¿Cómo pudo aprobar 12 asignaturas en tan poco tiempo? “Probablemente le convalidaron algunas otras asignaturas de manera oficiosa, pero eso ya dependía de los profesores”, asegura Pérez de Vargas.

“Arnaldo y otros profesores le hacían la corte celestial a Pablo Casado”, recuerda Pérez de Vargas, que no obstante insiste en que en todo este proceso “no hubo ninguna irregularidad”. 

Apenas un año más tarde de esas gestiones de Pepe Pérez Vargas y Enrique Arnaldo, Pablo Casado logró una gesta: sacarse 12 asignaturas de Derecho, casi media carrera, en apenas cuatro meses.

Pepe Pérez de Vargas falleció en enero de 2012, tras una inesperada enfermedad. La URJC puso su nombre a una residencia de esta universidad

Pablo Casado acabó Derecho en la Cisneros y más tarde Administración y Dirección de Empresas en la URJC. Además de ese máster del que nunca aprobó un solo examen, engordó su currículum con un “postgrado en Harvard” que resultó ser un cursillo de cuatro días en Aravaca.

Más tarde, Casado llegó a presidente del PP.

Hoy Enrique Arnaldo es magistrado del Constitucional.

Entre todos los juristas conservadores que el PP podía nombrar, ¿por qué este empeño en llevar al polémico Enrique Arnaldo al Tribunal Constitucional? ¿Por qué él, y no cualquier otro que no tuviera tantas manchas en la toga?

Quienes saben de esas negociaciones entre PSOE y PP aseguran que es Pablo Casado, en persona, quien se ha empeñado en que sea Arnaldo el que ascienda al Constitucional. Es una decisión que en gran medida se explica por la amistad que les une, por años de confianza mutua, por una relación muy estrecha que viene de hace más de una década: de los tiempos en los que Casado aún no había terminado la universidad.