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IU encara satisfecha el final de la campaña pero con un ojo puesto en Podemos

Meyer, durante un mitin de campaña.

Aitor Riveiro

En el cónclave que eligió en marzo a Willy Meyer como cabeza de lista de IU para las elecciones europeas del próximo domingo, un veterano miembro de la coalición advertía sobre el clima de euforia que reinaba entre los asistentes. Las encuestas apuntaban a un fuerte crecimiento del partido que dirige Cayo Lara y algunos cuadros medios se atrevían a soñar en alto con el anhelado sorpasso al PSOE. “Luego sacaremos seis, que es triplicar lo logrado en 2009, y parecerá un fracaso”. Por aquel entonces, un nuevo movimiento germinaba en los parterres de la izquierda social y política, aunque pocos consideraban entonces a Podemos y a Pablo Iglesias un peligro real.

El vaticinio del dirigente comienza a coger forma. Y esa sensación de desasosiego ha calado en parte de la organización y, contra ella, sus responsables esgrimen los datos. A dos días de los comicios, una de las palabras más repetidas tanto dentro de IU como en otros partidos es “sorpresa”. La alta volatilidad que se desprende de los estudios demoscópicos, fruto de la fuerte bajada del bipartidismo de PP y PSOE y del alto porcentaje de encuestados que han optado por la abstención o que no han decidido aún su voto, invita a los encargados de la campaña a ser prudentes y a no anticipar resultados.

Además, IU ha constatado que ese nuevo actor político capitaneado por Pablo Iglesias figura en todas las quinielas para el Parlamento Europeo.

“A Podemos les están llegando votos del PSOE sobre todo. Incluso, de sectores moderados del PSOE”, asegura el jefe de campaña de IU, Miguel Reneses, al que le llegan informes demoscópicos con periodicidad. El también secretario de Organización de la coalición resta valor a los sondeos que durante buena parte del invierno y del principio de la primavera les situaban muy cerca de los socialistas. “Las encuestas que nos daban esos porcentajes preguntaban por las elecciones generales, no por las europeas. Mucha gente en España considera estos comicios como de segunda categoría”.

La evolución de la participación en las siete convocatorias anteriores apuntala en parte esta tesis: un gran número de votantes que suele ser activo en las elecciones de ámbito nacional, autonómico o local ha optado históricamente por no participar en las europeas. Y en esta ocasión, la abstención puede rondar el 60%.

Reneses insiste en que “es fácil que algunos se quieran dar una alegría en estas elecciones” y recuerda que la circunscripción única favorece la formación de coaliciones electorales poco habituales y la aparición de nuevas opciones que pueden dispersar el voto. Al final, reconoce que parte del voto de IU “se va a otros sitios, pero es minoritario”. “Son opciones legítimas, pero nosotros defendemos nuestra fortaleza: somos la izquierda capaz de confrontar con la troika y el bipartidismo”, zanja.

En cualquier caso, Reneses se muestra satisfecho con el trabajo hecho en las dos últimas semanas: “Hemos conseguido ir de menos a más; el candidato hubiera querido una semana más de campaña”.

El propio Willy Meyer ha recordado en múltiples ocasiones que IU logró en 2009 sólo dos eurodiputados. Y uno de ellos era propiedad de ICV, que engrosa el Grupo de los Verdes Europeos en Estrasburgo. Si este año la papeleta de la Izquierda Plural obtiene seis eurodiputados, cuatro serán propios e irán al Grupo de la Izquierda Unitaria Europea.

Pese a todo, la sensación de incertidumbre ha calado en las múltiples y pequeñas caravanas de campaña que ha puesto en circulación IU. “Todo está muy en el aire”, asegura una dirigente que no concurre a las elecciones pero ha participado en muchos actos en las últimas dos semanas. “Puede haber muchas sorpresas. Venimos de dos y nos irá razonablemente bien. En 2011 [durante la campaña de las elecciones generales] estábamos más convencidos”. En aquella ocasión, IU pasó de dos escaños a 11 y logró recuperar el grupo parlamentario, un elemento clave en la política nacional.

Para esta cargo medio, la irrupción de Podemos también es un enigma. “Hay miedo, porque pueden lograr entrar y ya está o les puede ir muy bien. Es la prueba del algodón, porque si cierto discurso cala, tendrá importancia para el país”. Y recuerda: “No todo el mundo que va a los actos vota”.

Mucho más precavido se muestra el encargado de la prospección electoral de IU, Ramón Luque. “Puede haber terremoto político... o no”. Luque apunta que de su coalición “solo se discute cuánto va a subir” y asegura que “más allá de lo que dicen las encuestas, puede haber sorpresa en función de quién se moviliza” el día de las elecciones.

Luque, secretario de Acción Electoral de IU, alerta sobre la delicada situación de quienes tienen que realizar las encuestas. “No hay experto demoscópico que se atreva a vaticinar y, si les preguntas, te dicen que si pudieran, no harían previsiones” de cara al domingo.

El veterano militante de EUiA, sin embargo, sí adjudica con mucha fiabilidad un eurodiputado a Podemos, sobre todo tras la encuesta del CIS, pero niega que los votos provengan de su lista. “Ese voto no viene de IU, sino de una gran variedad de posiciones: del PSOE, de nuevos votantes, de la abstención, del voto en blanco y del voto abierto ideológicamente”.

Luque remata: “Podemos no es un problema cuantitativo de IU, sino del PSOE”.

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