El adiós de Chill Mafia, gamberros con chándal, txapela y música provocativa: “El grupo se acaba, pero la cuadrilla sigue”
Tres años más tarde de irrumpir en el panorama musical de Euskal Herria, el colectivo artístico navarro Chill Mafia anuncia su retirada con la publicación de Agur eta ohore x allá va la despedida, una mixtape de nueve temas que unen los ritmos urbanos, el folklore y las letras provocativas que les caracterizan. Nuevos temas a su carrera en la que estos jóvenes de barrio se hicieron un hueco en la música con chándal y txapela en los que entrechocan rap, dub, reggae, punk y reguetón mezclando referentes de generaciones distintas como Xabier Lete, Erramun Martikorena, Cicatriz y hasta Doraemon. Junto con el nuevo disco, habrá una última gira en la que visitarán ciudades como Vitoria, Logroño, Errenteria, Bilbao, Pamplona, Madrid y Barcelona, donde la banda dirá adiós.
Algunos de los integrantes ya han comenzado su camino en solitario, como Ben Yart, quien explica que puede que ello haya acelerado el proceso del fin de Chill Mafia. “El grupo se ha disuelto porque ya no nos motiva a ninguno y todos nos culpamos a todos de no estar motivados con el proyecto”, reconoce tras confesar que se enteró del fin de la banda por los medios de comunicación. “Vi que había salido el disco en Spotify a la noche y me dije '¿Sacamos disco hoy?' y al día siguiente leí en las noticias que nos habíamos disuelto. Algo me sonaba de que ya no íbamos a hacer más giras, pero llevábamos dos años diciendo que serían las últimas fechas. Me quedé loco, la verdad, pero no en plan mal ni decepcionado ni ninguna mierda, sino que yo igual en el grupo de WhatsApp no he estado muy atento. Tengo mi proyecto y me vuelve loco y en el grupo ya no estaba motivado casi nadie. Al principio sí que llevaba los dos proyectos a la vez y estaba muy bien”, sostiene.
Sobre su proyecto personal, recientemente Natalia Álvarez, la directora del Centro Cultural Contemporáneo Conde Duque de Madrid afirmaba en una entrevista que eras “el Benito Pérez Galdós de nuestro tiempo”. Sobre estas declaraciones, el cantante confiesa que no sabe “muy bien nada de Benito, pero seguramente sea un crack si han dicho eso”. Algunas de las canciones y declaraciones de la banda han llegado a suscitar polémica, pero Ben Yart afirma que la gente que les critica “no les escucha”. “Quienes nos critican no nos escuchan, así que no importa. Tendríamos que tener más cuidado en Twitter, pero no lo tenemos. Alguna vez incluso hemos llegado a escribir cosas para que nos insulten. Lo hemos buscado porque si quieres comprobar que eres libre, primero debes ver si eres capaz de decir algo que te asegure que te van a criticar. Es como la rebeldía de un niño que se pinta el pelo de verde para demostrarse a sí mismo que le da igual lo que piensen los demás. En realidad está pensando en lo que piensan los demás. Eso sí que lo hemos hecho, hemos escrito cosas para joder”, reconoce.
Para el navarro haber formado parte de Chill Mafia le supone “un orgullo muy grande, con momentos muy divertidos, con tablas en el escenario y con mucho rencor a todos los del grupo, pero también amor”. “Con mucho rencor, pero luego me he acordado del amor, que conste en acta. Justo lo acabamos de dejar, pero con el tiempo seguro que el rencor se disipará. Además tengo muy mala memoria, olvido pero no perdono. Les quiero mucho a todos, pero han sido muchas horas juntos en la furgoneta y todo”, señala.
Cuando Suneo y Golda, otros dos integrantes del grupo, escuchan las declaraciones de Ben Yart, se les escapa una risa cómplice. “Probablemente sea verdad que se ha enterado por las noticias, pero no estamos de acuerdo cuando dice que hay rencor. Rencor no es la palabra que utilizaríamos. Es verdad que ha habido conflictos, principalmente por la convivencia, porque nos conocemos de hace muchos años y no llevábamos bien llevar esa relación a una dinámica de trabajo”, detalla Suneo, a lo que Golda reconoce que sentían “presión” por tener que componer siguiendo el camino “gamberro” de Chill Mafia. “Teníamos que tener unos objetivos concretos y ahora que se ha acabado estamos mucho mejor, nos sentimos libres y estamos haciendo más música que nunca, pero para nosotros”, confiesa Golda. Eso sí, los dos coinciden en que “la cuadrilla sigue unida y nunca perderá su esencia”.
Ahora que Chill Mafia llega a su fin, Suneo quiere que el público les recuerde como lo que fueron: “unos gamberros que revolucionaron el panorama musical”. Ben Yart sostiene, por su parte, que el mejor recuerdo que pueden dejar en la gente es la fuerza del grupo. “Lo divertido es que te recuerden con fuerza. Algunos te podrán recordar con mucho cariño, otros con odio y las dos cosas hacen verdadera ilusión. Lo que hemos tenido es fuerza, un significado muy potente”, concluye.
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