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La familia de diez personas desahuciada en Mallorca: “Sentimos una frustración enorme”

De izquierda a derecha: Diago Santiago Moreno, Trinidad Cortés Rodríguez, Ramona Santiago Moreno y Juan Santiago Moreno.

Angy Galvín / Francisco Ubilla

Mallorca —
7 de octubre de 2022 22:37 h

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La familia Santiago Moreno, compuesta por diez miembros, fue desahuciada este jueves de una finca en Llucmajor (Mallorca) donde residían desde hace cinco años. Este caso de desahucio se ve agravado por el hecho, según la plataforma Stop Desahucios, de que seis de los miembros de la unidad familiar tienen diferentes tipos de discapacidad reconocida -entre el 65 y el 95% en el caso de cinco personas de mediana edad, a los cuales se añade un menor de edad con un 36% de discapacidad-.

“Vimos la casa vacía, abandonada y hecha polvo. Nos metimos todos ahí en un mes de diciembre de hace cinco años. Estábamos en la calle desde hacía tres o cuatro meses y recuerdo que aquel día hacía mucho frío”. Habla Juan, miembro de la familia desahuciada, quien insiste a elDiario.es en la idea de que la finca estaba abandonada en el momento en que él y el resto deciden ocuparla.

“Todo lo hemos hecho nosotros en esa casa...”, lamenta Trinidad, también desahuciada. “Nos encontramos la casa abierta, no abrimos nada. Estaba quemada, hecha polvo. Hemos tenido que arreglar los grifos del agua, las puertas, el suelo... Todo. No tiene contador, no hay nada enganchado ni mucho menos”, comenta Juan. “Pasamos más de dos meses limpiándola y quitando basura. Esa casa antes era el picadero del pueblo”, añade el hombre. “Lo único que sé es que han ganado, porque se han quedado con la casa como nueva. Siento una frustración enorme”, afirma.

Plagas y falta de luz

Las condiciones dentro de la finca, según la familia, eran complicadas por las plagas de ratones y cucarachas y porque en ocasiones no había agua ni luz. Según la familia y Stop Desahucios, estuvieron sin agua durante más de un año. “Teníamos que ir con los carritos esos del Mercadona, por ahí que le llaman 'La Piqueta', una fuente de agua pública, y de ahí nos veníamos. Una hora para allá y otra hora de vuelta”, comenta Juan. “Con eso nos duchábamos y nos hacíamos de comer”, explica Trinidad.

“'¡No están haciendo nada!”, reclama, enfurecida, Ramona, quien critica las “mentiras” de las administraciones: “Están diciendo que nos han dado casa, mentira. Que la hemos rechazado, mentira. Que tenemos un montón de dinero, mentira. Yo lo que quiero es una casa estable, que la pueda pagar. Es lo único que pido, no pido dinero. Están diciendo en el Ayuntamiento que nos han ayudado. ¡Mentira! Que lo demuestren. Yo tengo papeles, que me lo demuestren ellos con papeles. A nosotros nos han dejado tirados”.

“No conocemos un caso más grave”

Esta plataforma afirma que, teniendo en cuenta la delicada situación de esta familia, no conocen “un caso más grave de desahucio en todo el Estado Español y probablemente de Europa”. Ellos han acompañado a la familia durante cuatro años para asesorarles desde que estaban a punto de sufrir su tercer lanzamiento. Según la plataforma, desde entonces han fallecido tres miembros de la familia: dos en los últimos meses y el tercero, Angelino, dos días antes del tercer desalojo, programado para el 3 de diciembre de 2018.

El desahucio de la familia Santiago Moreno se produjo entre fuertes medidas de seguridad, lo cual no impidió que se vivieran situaciones de tensión. Una veintena de agentes de la Guardia Civil se personaron en la finca durante el lanzamiento de la familia, instado por Abanca -que rechaza hacer declaraciones a elDiario.es- a instancias del juzgado número 13 de Palma.

La familia fue arropada por numerosas personas, y, tras ser desalojada, se trasladó con sus enseres y mascotas hacia la plaza de España de Llucmajor. “Los hemos tenido que poner a cubierto bajo la terraza de una casa privada. Ha empezado a llover y no tienen ningún otro sitio antes de decidir adónde ir y qué hacer”, afirmó este jueves Joan Segura, miembro de Stop Desahucios, en declaraciones a elDiario.es.

Sin consenso entre familia y autoridades

El problema es que la familia Santiago Moreno, a pesar de su situación, no tiene la puntuación suficiente para acceder a una vivienda social en estos momentos. La Conselleria de Movilidad y Vivienda del Govern defiende que ha atendido a los afectados y que están inscritos en el Registro de Demandantes de Vivienda Protegida -de hecho constan en las listas de adjudicación de viviendas vacantes-, pero que hay otras familias con mayor puntuación por encima de ellos.

También añaden que este martes fueron atendidos por el trabajador social del Instituto Balear de Vivienda (Ibavi), que les derivó al Institut Mallorquí d'Afers Socials (IMAS), que cuenta con viviendas cedidas del Ibavi para poder hacer frente a situaciones de emergencia.

Por su parte, el regidor de Servicios Sociales del Ajuntament de Llucmajor afirma que estas personas “han sido atendidas en todo momento por los Servicios Sociales y se les ha tramitado las ayudas que cobran”. “Tanto el IMAS como nosotros o el IBAVI hemos trabajado para ofrecerles tres pisos que han rechazado. Han dicho que no a todas las soluciones que hemos puesto sobre la mesa. Tienen ingresos que superan mi nomina de enfermero”, comentó al periódico Última Hora.

“Desde hace cuatro años se ha trabajado conjuntamente para reconocerles el grado de dependencia, entregarles otro tipo de vivienda y reorientarlos, pero la familia solicita un tipo de alojamiento que tanto el Ajuntament de Llucmajor como las otras entidades no tienen capacidad de ofrecer”, añadió.

Para la plataforma Stop Desahucios, esta baja puntuación a la hora de recibir una vivienda se debe a “la normativa del Instituto Balear de Vivienda en cuanto a la antigüedad del empadronamiento, entre otros motivos”. También critica que el Ibavi, que depende de la Conselleria de Movilidad y Vivienda, “todavía no haya ofrecido una alternativa” a la familia. Cuatro miembros se encuentran este viernes acampados en la plaza de España de Llucmajor y otros seis han sido acogidos por personas cercanas al caso.

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