Quién compone el Frente Popular que ha ganado las elecciones en Francia y cuáles son sus propuestas
En mayo de 1936 salió bien. Y en julio de 2024 ha salido bien también. De acuerdo con el recuento electoral, el nuevo Frente Popular es el bloque con más escaños –182–, por delante del bloque presidencial –168 asientos–, mientras la extrema derecha de Marine Le Pen queda en tercer lugar –143 asientos–.
De los 182 del Nuevo Frente Popular, la Francia Insumisa tiene 71 escaños, mientras que el PS se queda en 61. En tercer lugar de la coalición, los ecologistas tendrán 33 escaños y los comunistas, 9.
Los partidos franceses de izquierdas cerraron el acuerdo a última hora del 13 de junio para crear un nuevo Frente Popular de cara a las elecciones legislativas del 30 de junio y el 7 de julio.
El acuerdo incluía candidaturas únicas en cada una de las circunscripciones electorales del país, así como un programa de gobierno conjunto, “un programa político de ruptura”, y un despliegue de medidas para los primeros 100 días de gobierno y propuestas “concretas y realistas” para que “la vida de los franceses cambie realmente”.
Manuel Bompard, dirigente insumiso, defendió en el debate televisado para las legislativas como prioridad del bloque el aumento del salario mínimo a 1.600 euros netos propuesto por el Nuevo Frente Popular (coalición de partidos de izquierda). “Los franceses han sufrido la mayor caída del poder adquisitivo en 40 años”, afirmó el diputado, que también recordó que la coalición propone la derogación de la última reforma de las pensiones y el avance hacia la vuelta a la jubilación a los 60 años, tras 40 años cotizados.
“A partir de hoy, trabajaremos en toda Francia para ampliar este encuentro”, declaraban los partidos firmantes, que trabajaron por sumar asociaciones, sindicatos, partidos políticos y personalidades en este movimiento político con el objetivo de frenar el auge de la extrema derecha representada por Agrupación Nacional, la formación liderada por Marine Le Pen.
Le Pen había ganado las elecciones europeas del 9 de junio pasado y ganó también la primera vuelta de las legislativas, el pasado 30 de junio. Pero, según los primeros datos, los vencedores este domingo serían los integrantes del Frente Popular. Ahora el pulso está por ver qué grupo, si la Francia Insumisa o el Partido Socialista, es el mayoritario en la Asamblea Nacional como para proponer candidato a primer ministro.
El presidente de la República francesa, Emmanuel Macron, decidió disolver la Asamblea Nacional el domingo 9 de junio tras conocerse la victoria de la ultraderecha en las elecciones europeas a través de los sondeos a pie de urna y sin ni siquiera esperar a los resultados definitivos. Los franceses han acudido a las urnas en primera vuelta el 30 de junio y, en segunda, el 7 de julio en unos comicios en los que la formación de Marine Le Pen partía como favorita, seguida de cerca por esta nueva agrupación de izquierdas.
Entre otros, los partidos que forman el nuevo Frente Popular francés están Los Ecologistas, La Francia Insumisa, el Partido Comunista Francés o el Partido Socialista a los que se han unido otras formaciones como Plaza Pública (PP), Generación-s o la Izquierda Republicana y Socialista (GRS).
El nuevo Frente Popular de 2024 toma el nombre de aquel nacido en la Europa de Entreguerras. La izquierda, ante la perspectiva de una victoria arrolladora de Le Pen, fue un paso más en la candidatura unitaria de 2022, llamada NUPES (Nueva Unión Popular Ecológica y Social), con la que se logró 131 de 577 escaños. Si en aquel momento el candidato a primer ministro era el líder de la Francia Insumisa, Jean-Luc Mélenchon, en esta ocasión, dos años después y bajo el paraguas del Frente Popular, es algo que está pendiente de decidirse, llegado el caso.
En la primera vuelta, el pasado domingo, el Frente Popular logró un 28%, cinco puntos por detrás de Agrupación Nacional (33%), y ha sellado una alianza con el macronismo para retirar dos centenares de candidaturas para agrupar el voto contra los nombres de Marine Le Pen en las diversas circunscripciones.
Y esa alianza republicana marca la derrota de Le Pen. Los conservadores de Les Republicains, de la familia popular europea, no han querido sumarse a esta alianza contra la extrema derecha y han decidido no dar instrucción de voto a sus electores.
Las propuestas
El nuevo Frente Popular francés prometió si gana subir el salario mínimo a 1.600 euros mensuales netos y restablecer el impuesto a las grandes fortunas que suprimió el presidente Emmanuel Macron.
Estas medidas figuran en una lista de 150 propuestas que suponen “una ruptura total con la política de Emmanuel Macron”, según el coordinador nacional de La Francia Insumisa (LFI), Manuel Bompard.
El principal eje del programa de este nuevo Frente Popular son medidas en favor del poder adquisitivo que incluyen, además de aumentar rápidamente el salario mínimo (ahora es de 1.400 euros mensuales netos) e indexar los sueldos con la inflación, el “bloqueo de precios de la alimentación y la energía”.
También el restablecimiento del Impuesto sobre las Fortunas (ISF) que Macron suprimió al comienzo de su primer mandato en 2017 para atraer inversores y evitar la salida de ricos que se domicilian en el extranjero para pagar menos impuestos.
En esa misma línea, la coalición de izquierdas suprimirá la llamada 'Flat Tax', que permite a los que reciben rendimientos de capital aplicarse un tipo fijo y no progresivo.
Si llega al Gobierno, el Frente Popular anulará “en los quince primeros días” la polémica reforma de las pensiones de Macron, que retrasa la edad mínima de jubilación de 62 a 64 años y también la reforma del seguro de paro, que endurece las condiciones para poder cobrar el subsidio y que debería entrar en vigor a partir de este mismo verano.
Otra de las medidas estrella prometida por la izquierda sería “una verdadera gratuidad de la escuela”, que incluiría el comedor, el transporte y el material escolar.
Espíritu antifascista de 1936
El primer Frente Popular se creó en Francia en 1935. Era un momento histórico en el que se fundaba el partido fascista francés, proliferaban las ligas ultras, y ya se había producido una intentona golpista de derechas en París –la conocida como crisis de febrero de 1934–.
Era un tiempo en el que Benito Mussolini llevaba en el poder en Italia desde 1922; Adolf Hitler había accedido a la cancillería alemana en 1933; y en España se avecinaba el golpe franquista que derivó en una Guerra Civil de tres años (1936-1939) y en una dictadura de cuatro décadas (1939-1975).
En Francia también había fascistas, como se vio en febrero de 1934. De hecho, al poco de iniciada la Segunda Guerra Mundial se creó un Gobierno colaboracionista con el III Reich, en Vichy, a cargo del mariscal Philippe Pétain –integrante de Gobiernos franceses en el pasado–, a imagen y semejanza del régimen hitleriano.
Pero en aquel mayo de 1936, en el que la izquierda se presentó unida a las elecciones legislativas y operó eficazmente la retirada táctica en la segunda vuelta, el Frente Popular –que había comenzado a gestarse un año antes, en mayo de 1935– logró una victoria arrolladora en las urnas, con más del 50% de los votos, lo que permitió formar Gobierno en junio de 1936 con el socialista Léon Blum como primer ministro (386 escaños de 608).
La constitución del Gobierno de izquierdas amplio –en el que no participó el PCF– vino seguida de los llamados acuerdos de Matignon que, empujados por la movilización social y laboral, fue más allá del vago programa electoral del Frente Popular para comprometer una serie de medidas de profundo impacto social.
Entre otras cosas, los acuerdos de Matignon introducen los derechos sindicales y prevén un aumento salarial de entre el 7% y el 15%, según el sector –alrededor del 12% en toda Francia–; las primeras vacaciones pagadas (dos semanas) y la semana laboral se redujo de 48 a 40 horas.
Para los obreros y empleados que se iban de vacaciones, se crearon billetes de tren con un 40% de descuento; se aprobó una ley sobre la jubilación de los mineros y otra sobre los subsidios de desempleo. Además, se adopta una política de nacionalización en las industrias aérea y armamentística, y después en los ferrocarriles (se crea la SNCF en 1937); y, si bien no se nacionaliza la Banque de France, se refuerza la tutela del Estado. Así mismo, se crea una oficina nacional interprofesional de los grandes cultivos para sostener los precios pagados a los agricultores, duramente afectados por la crisis.
La vida del Frente Popular no fue muy larga, eso sí, asediada por las presiones internas y externas. Navegó oficialmente en la neutralidad durante la Guerra Civil española, lo que de facto suponía dejar hacer a Franco y abandonar a su suerte a la República.
Blum dejó el gobierno al cabo de un año, en junio de 1937, para regresar unos meses en 1938, ya en vísperas de la Segunda Guerra Mundial, a cuya finalización llegó a ser fugazmente presidente de la República francesa (diciembre 1946- enero 1947).
La clave reside en el cambio de posición política en la III Internacional –la comunista–, que pasa de no acordar con la socialdemocracia a una apuesta por la unidad popular en defensa de las democracias asediadas por el fascismo a mediados de los años 30, y que cristaliza en la idea del Frente Popular, como explica Santos Juliá en Europa en crisis, 1919-1939.
Si el primer acercamiento oficial entre el PCF y los socialistas franceses (SFIO) para la unidad de acción fue en junio de 1934; en julio de ese mismo año el Comité Central del PCE propone a la dirección del PSOE la firma de idéntico pacto al que se discutía al otro lado de los Pirineos. La estrategia del Frente Popular la ratifica la III Internacional en su VII Congreso, en diciembre de 1935 –seis meses después de haberse formado en Francia–, al tiempo que se firma un acuerdo bilateral franco-ruso, síntoma del giro de Stalin al frente de la URSS, también.
Han pasado 88 años desde 1936, y un nuevo Frente Popular francés se encuentra ante la misma tarea que entonces: parar a la extrema derecha. Las encuestas y los pronósticos anunciaban una misión más complicada. Pero, como en 1936, el Frente Popular ha frenado a la extrema derecha en 2024.
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