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La oposición turca pone a Erdogan contra las cuerdas tras 20 años en el poder

“Yo no soy el candidato, todos lo somos”. Así terminó su discurso Kemal KılıçdaroÄŸlu, líder del Partido Republicano del Pueblo de Turquía, tras ser elegido por seis partidos de la oposición para enfrentarse al presidente Recep Tayyip Erdogan en las elecciones presidenciales que se celebrarán el próximo 14 de mayo. La llamada ‘Mesa de los Seis’ plantea el mayor desafío al poder de Erdogan tras dos décadas de liderazgo y las encuestas de precampaña sugieren que la victoria de KılıçdaroÄŸlu es posible.

“Estas son probablemente una de las elecciones más trascendentes de la historia de Turquía”, dice a elDiario.es Eduard Soler, investigador del think tank CIDOB y especializado en Turquía. “Una parte muy significativa de la oposición piensa que es la última oportunidad de corregir el tiro y salvar la democracia turca. Para Erdogan, sin embargo, esta es la culminación de su carrera política y se juega mucho en cuanto a su legado. La sensación en ambas partes es que hay mucho más en juego que antes”, añade.

La unión de la oposición no fue fácil y estuvo al borde de la ruptura hasta el último segundo. Meral AkÅŸener, líder del IYI Parti, el segundo más fuerte de la coalición, se retiró el jueves pasado de la ‘Mesa de los Seis’ porque no estaba de acuerdo con la elección de KılıçdaroÄŸlu. Este lunes, la coalición opositora celebraba su reunión final, pero antes de convertirse en la ‘Mesa de los Cinco’ y perder buena parte de sus posibilidades, los líderes opositores retrasaron el encuentro unas horas y lanzaron su último intento por recuperar a AkÅŸener. La líder del IYI Parti había roto con el resto porque apostaba por el alcalde de Estambul, Ekrem Ä°mamoÄŸlu, o el de Ankara, Mansur YavaÅŸ –ambos del CHP– como candidatos. Estos acudieron a su oficina a reunirse con ella y a intentar convencerla de la candidatura de KılıçdaroÄŸlu, lo que al final acabó pasando a cambio de que, en caso de ganar, el líder opositor nombre vicepresidente a los dos alcaldes (junto a los otros cinco líderes de los partidos que forman la coalición, incluida la propia AkÅŸener).

“Aunque Ä°mamoÄŸlu y YavaÅŸ obtuvieron mejores resultados en las encuestas, tenían sus desventajas”, dice a elDiario.es Ilke Toygur, profesora en la Universidad Carlos III de Madrid e investigadora senior del think tank CSIS Europe Program. “El primero tiene una causa judicial abierta contra él, por lo que podría acabar expulsado de la política y el segundo es un nacionalista duro que no podría movilizar el voto kurdo. Y necesitan todos los votos”, añade.

Los dos alcaldes dieron un duro golpe a Erdogan en las municipales de 2019, ya que ambas ciudades llevaban en poder del AKP del presidente o sus predecesores desde 1994. La propia carrera política de Erdogan arrancó como alcalde de Estambul en 1994. Fue durante su mandato en la ciudad cuando pronunció la famosa frase: “La democracia es como un tranvía”, cuando llegas a tu parada, te bajas. En 2015 el presidente sufrió otro duro golpe al perder la mayoría absoluta en el Parlamento (la recuperó ese mismo año en una repetición electoral). “Erdogan ha sobrevivido mucho”, dice la experta.

“No son elecciones justas”

“La oposición ganaría si las elecciones fueran libres y justas, pero no lo son. Los medios de comunicación están controlados por el Gobierno y los recursos estatales también se utilizan a su favor”, dice Toygur. “Hay casos judiciales falsos contra políticos de la oposición, incluida la posibilidad de cerrar el HDP, el segundo mayor partido de la oposición en el Parlamento. Aunque no haya fraude electoral a la hora de votar, estas cuestiones son lo suficientemente graves como para que no haya igualdad de condiciones, pero eso no significa que no las vayan a ganar”, añade. En la misma línea se expresa Soler: “Si gana la oposición, lo hace a pesar de las circunstancias”. 

El impacto de los terremotos del pasado 6 de febrero, que han dejado más de 44.000 fallecidos solo en Turquía –otros miles en Siria–, también será importante. En 1999, otro gran terremoto provocó la muerte de cerca de 19.000 personas y, según el analista Soner Cagaptay, director del programa de Turquía en el Washington Institute for Near East Policy, el desastre expuso las limitaciones del contrato social entre la gente y el Gobierno. Ahora, Cagaptay sostiene que el terremoto de febrero puede tener un efecto similar, lo que sería devastador para Erdogan.

“Erdogan ha perdido un poco la oportunidad de aparecer como ese líder unificador tras una catástrofe natural de estas características como ha pasado en otras ocasiones en la historia”, dice Soler. “Desde muy temprano utilizó la situación para atacar a la oposición y a las voces discordantes. El terremoto no ha sido unificador, sino que ha acentuado la polarización y ha introducido dinámicas nuevas dentro de la oposición, acelerando ese sentimiento de vulnerabilidad que tiene Erdogan desde 2015”, añade.

El papel fundamental del partido prokurdo

El partido progresista prokurdo HDP será fundamental para expulsar a Erdogan de la presidencia, según los analistas. Sin embargo, el HDP, tercera fuerza parlamentaria, no forma parte de la 'Mesa de los Seis'. “No puede entrar porque la coalición saltaría por los aires porque incluye fuerzas nacionalistas”, explica Soler. “El resultado óptimo para la oposición sería que obtuviesen representación parlamentaria en las generales y que en las presidenciales no presentasen candidato” para no desviar el voto, añade. El analista explica que una de las fortalezas de KılıçdaroÄŸlu es precisamente poder atraer el voto kurdo.

“Hemos dicho que apoyaremos al candidato [de la oposición] si se llega a un consenso fruto de negociaciones directas”, ha afirmado Mthat Sancar, copresidente de la formación kurda, que se enfrenta a una posible clausura en los tribunales por supuestos vínculos con la milicia PKK, considerada organización terrorista. “Si no, la opción es clara: presentaremos a nuestro propio candidato”. Aksener, cuyo partido es uno de los más hostiles de la Mesa de los Seis hacia el HDP, ha señalado que, aunque ella no va a entablar ninguna conversación, no se opone a que lo hagan otras formaciones.

Quién es Kılıçdaroğlu 

KılıçdaroÄŸlu lleva 13 años dirigiendo el CHP (Partido Republicano del Pueblo), el principal partido de la oposición y la formación creada por el fundador de la patria Mustafá Kemal Atatürk. Entró por primera vez en el Parlamento como diputado en 2002, año en que el recién creado AKP de Erdogan ganó con una aplastante mayoría absoluta. Desde entonces, su partido ha perdido todas las elecciones generales contra Erdogan.

El candidato opositor ha ayudado a transformar el CHP del estricto secularismo de Atatürk a posiciones más flexibles. Una política representativa de este viraje fue abandonar la oposición del partido a que las mujeres llevaran velo en las universidades y oficinas públicas. En 2014 incluso estableció una alianza electoral con la formación ultra Partido de Acción Nacionalista (MHP), que durante los años de violencia callejera de los 70 era uno de los grandes enemigos del CHP. Ambas formaciones eligieron como candidato a Ekmeleddin Ihsanoglu, un nacionalista que llevaba 10 años como secretario general de la Organización de Cooperación Islámica.

KılıçdaroÄŸlu proviene de una familia aleví, un grupo étnico-religioso turco que ha estado tradicionalmente perseguido. Inició su carrera como funcionario y fue fichado por el CHP tras escribir un informe sobre cómo evitar la corrupción, según informa Middle East Eye. En el Parlamento se hizo conocido desde el principio por revelar casos de corrupción. 

“Los grupos más pequeños le ven como una persona que si es presidente tendrá mayor predisposición a compartir poder y virar a un sistema más parlamentario”, sostiene Soler. Toygru coincide: “Es percibido como un buen candidato a presidente de transición. Si gana la oposición, trabajará para restablecer el sistema parlamentario en Turquía, por lo que el presidente tendrá un papel unificador simbólico”. En 2017, tras un referéndum constitucional, Erdogan concluyó la transformación del país hacia un sistema presidencialista que ahora la 'Mesa de los Seis' quiere revertir.

“La oposición tiene más opciones que en otras elecciones, pero nunca antes han sido tan desequilibradas por el control del Estado. Se dan en unas condiciones más difíciles y con un Erdogan que se siente más vulnerable y, por tanto, no se sabe qué podría hacer para mantenerse en el poder”, concluye Soler.