La guerra de Ucrania lleva a Putin a buscar armamento en Corea del Norte
Tras años votando en favor de las sanciones de la ONU contra Corea del Norte por su programa de armamento nuclear, Rusia acude a su vecino en busca de ayuda. La guerra de Ucrania y la necesidad de buscar armas para recomponer unas reservas agotadas han obligado al Kremlin a replantear su relación con Pionyang.
El posible encuentro entre Vladímir Putin y Kim Jong-un a finales de septiembre en la ciudad oriental rusa de Vladivostok añadiría relevancia geopolítica a las posiciones compartidas que los dos líderes de Estados parias han tenido a lo largo de estos 18 meses de enfrentamientos en Ucrania.
Con las municiones de Rusia agotándose rápidamente, se espera que Putin aproveche los últimos encuentros diplomáticos de alto nivel, entre los que figura la visita a Corea del Norte del ministro de Defensa ruso el pasado mes de julio, para garantizarse el aprovisionamiento de misiles antitanque y proyectiles de artillería norcoreanos.
A cambio, Corea del Norte espera recibir las imprescindibles divisas para seguir financiando el desarrollo de misiles balísticos intercontinentales, su as en la manga en la búsqueda de concesiones y reconocimiento por parte de Estados Unidos como Estado nuclear legítimo.
Pero el acercamiento entre Moscú y Pionyang no es solo un intercambio de armas. El creciente aislamiento ha puesto a Rusia en una nueva y preocupante dirección: la de tratar de levantar un frente unido contra un Occidente “hostil” que incluye a China y, al parecer, también a Corea del Norte y a su ejército de un millón de soldados. Cuando se dio a conocer el posible viaje de Kim a Vladivostok, los medios hablaron de unas posibles maniobras navales conjuntas de Corea del Norte, Rusia y China.
“¿Por qué no? Son nuestros vecinos”, respondió esta semana Shoigu cuando le preguntaron sobre las maniobras. “Hay un viejo dicho ruso: no eliges a tus vecinos y lo mejor es vivir en paz y armonía con ellos”, añadió, según la agencia de noticias rusa Interfax.
La decisión rusa de acudir a Corea del Norte en busca de armamento es señal de una dinámica cambiante en las relaciones entre ambos países. Kim Il-sung, abuelo del actual Kim, fundó Corea del Norte en 1948 con el respaldo de la Unión Soviética. El nuevo país fue asistido por Pekín y por Moscú durante la guerra de Corea (1950-53) y pasó décadas dependiendo en gran medida de la ayuda soviética. El derrumbe de la Unión Soviética contribuyó a la letal hambruna que Corea del Norte sufrió en los años 90, en la que perdieron la vida hasta tres millones de personas.
Durante los primeros años de Kim Jong-un en el poder (tras la muerte en 2011 de su padre, Kim Jong-il), tanto Moscú como Pekín apoyaron las sanciones impuestas por la ONU para forzar al líder norcoreano a abandonar su programa de misiles balísticos y nucleares.
Hubo que esperar hasta el último ensayo nuclear de Corea del Norte, en 2017, para que Kim se dispusiera a enmendar sus lazos. Su primera reunión con Putin tuvo lugar en 2019, después de que el encuentro del líder norcoreano con Donald Trump dejara sin resolver las diferencias sobre el levantamiento de sanciones y se desvanecieran las esperanzas puestas en una solución diplomática al programa norcoreano de armamento nuclear.
En junio de 2023 Kim envió un mensaje público a Putin durante el día nacional de Rusia prometiendo el “pleno apoyo” de su régimen a la invasión de Ucrania y diciendo que “iría de la mano” con el líder ruso en el objetivo compartido de construir “un país poderoso”. Corea del Norte y Rusia son los dos únicos países de la ONU que han reconocido la independencia de las regiones ucranianas reclamadas por Rusia.
“La 'operación militar especial' de Moscú en Ucrania ha creado una nueva realidad geopolítica en la que el Kremlin y Corea del Norte pueden acercarse cada vez más, quizá hasta el punto de resucitar la relación de cuasialianza que rigió durante la Guerra Fría”, escribió Artyom Lukin, profesor de la Universidad Federal del Lejano Oriente en Vladivostok, en un informe publicado por 38 North [una página de Internet especializada en Corea del Norte].
Según John Everard, que entre 2006 y 2008 fue embajador de Reino Unido para Corea del Norte, Putin podría encontrarse frente a un duro negociador si finalmente tiene lugar la reunión de Vladivostok. Pionyang sabe que Moscú está desesperado por municiones, declaró Everard a la BBC. También, que el precio de Corea del Norte sería “exorbitantemente alto”.
La última vez que fue visto en Vladivostok el tren blindado de Kim, hace cuatro años, al líder norcoreano lo recibieron con una ofrenda tradicional de pan y de sal. Debido a la problemática guerra de Putin en Ucrania, en la próxima visita será Kim el que lleve los regalos.
Traducción de Francisco de Zárate
53