¿Quién y por qué ordenó envenenar al exespía ruso Skripal?
La principal pregunta sobre el supuesto envenenamiento de Sergei Skripal es el momento en el que se produce. Skripal había pasado varios años en una cárcel rusa tras ser condenado por espionaje y probablemente había sido interrogado exhaustivamente por sus antiguos jefes. Si los servicios de seguridad rusos hubiesen querido que Skripal sufriese un 'accidente' durante aquellos años, habría sido muy fácil organizarlo.
[La Policía británica confirmó el miércoles por la tarde que Sergei Skripal y su hija fueron envenenados de “forma deliberada” con un “agente nervioso”.]
El intento de asesinato del pasado domingo en Salisbury, parece querer mandar un mensaje. Las teorías que sugieren que podría tratarse de una estratagema para ganar votos –llega tan solo dos semanas antes de las elecciones presidenciales que seguramente gane Putin– no parecen convincentes. Muchos rusos son patriotas y han comprado el discurso agresivo del Kremlin en política exterior, pero es poco probable que el asesinato de un exespía del que pocos habían oído hablar despierte pasiones populares.
Más probablemente sea una estrategia de disuasión con el objetivo de recordar a otros agentes rusos del riesgo potencial de trabajar para los servicios de inteligencia extranjeros. Cada año, altos cargos de seguridad rusos comentan que la CIA y otras agencias occidentales intentan reclutar a rusos. Parte de esto es propaganda para consumo interno, pero no hay duda de que hay agencias de espionaje occidentales activas en Rusia.
El pasado enero, dos miembros de la ciberseguridad rusa fueron arrestados y acusados de colaborar con la CIA en un caso que algunos relacionan con el supuesto hackeo de las elecciones de Estados Unidos. Los británicos también han estado activos en Rusia y su actividad quedó expuesta en el memorable escándalo de la “roca espía”, en el que se utilizaba una falsa piedra para pasar mensajes a la inteligencia británica.
Aunque hay menos razones ideológicas que en el periodo soviético para que los espías rusos se conviertan en traidores, las agencias occidentales pueden ofrecer incentivos económicos. Los fiscales sugirieron durante el juicio que Skripal fue reclutado por dinero, según medios rusos. Muchos agentes que trabajan en organismos con superiores corruptos se pueden ver tentados a conspirar con extranjeros amistosos que ofrecen dinero a cambio de secretos.
Como tal, el asesinato público de un traidor podría ser una advertencia a los agentes más jóvenes para que no sigan el mismo camino. Rusia ha dejado claro a menudo que los traidores se enfrentarán a un final difícil de una u otra forma. Hubo amenazas públicas contra el agente del servicio de inteligencia exterior SVR que traicionó a los agentes durmientes rusos intercambiados por Skripal y otros en 2010.
“Sabemos quién es y dónde está”, afirmó una fuente de alto rango del Kremlin al periódico Kommersant. “No lo dudes, ya se ha enviado a un Mercader a por él”. Ramón Mercader fue el asesino al que el KGB ordenó matar a Leon Trotsky en México en 1940.
Es inusual, sin embargo, atacar a espías una vez han sido intercambiados. Una posible razón es que Skripal fuese castigado por haber seguido teniendo relación con la inteligencia británica, o por la sospecha de que tuviera esos contactos.
“Mi presunción es que si los rusos estuvieron detrás de esto, y parece verosímil, es porque entonces dieron por sentado que Skripal no estaba retirado, sino que seguía trabajando para los británicos u otras agencias de inteligencia occidentales”, señala Mark Galeotti, analista de seguridad y experto en Rusia. “Eso fue probablemente lo que inclinó la balanza en el caso Litvinenko”.
Muchos de los ataques a rusos en el extranjero se deben a la guerra de intereses financieros y no necesariamente vienen del Kremlin, como el tiroteo al banquero German Gorbuntsov en Londres en 2012 y el asesinato del diputado ruso Denis Voronenkov en Kiev el año pasado.
Aun así, el ataque contra Skripal pertenece probablemente al tipo de golpes organizados y aprobados por el Estado ruso. Y dadas las largas secuelas políticas del asesinato de Alexander Litvinenko, es poco probable que las agencias de inteligencia se hayan arriesgado a llevar a cabo semejante maniobra sin una autorización expresa al más alto nivel.
Traducido por Javier Biosca Azcoiti