Rusia lanza su cuarto ataque en una semana contra puntos clave en la exportación de grano de Ucrania
Rusia continúa su campaña de bombardeo contra las exportaciones ucranianas de alimentos con un nuevo ataque de drones este jueves a silos de grano y otras infraestructuras de los alrededores del puerto de Izmail, junto al río Danubio. Se trata del cuarto ataque en cinco días.
Según Oleh Kiper, gobernador de la región de Odesa, el ataque de este jueves duró tres horas. Dos camioneros resultaron heridos y varias viviendas sufrieron daños por la onda expansiva, de acuerdo con la información de la fiscalía general. Sin dar mayores detalles, el ejército ucraniano ha comunicado que hay daños en instalaciones agrícolas.
Vladímir Putin lleva tratando de interrumpir las exportaciones de cereales ucranianos desde julio, cuando se retiró de la iniciativa del grano del Mar Negro, un acuerdo en el que habían mediado la ONU y Turquía para asegurar el paso de los barcos con grano de Ucrania.
En una reunión celebrada este lunes en el balneario ruso de Sochi, el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdoğan, no logró convencer a Putin de que retomara el acuerdo. El aumento en los precios mundiales de alimentos que desató el colapso del pacto ha tenido un impacto directo en los suministros de ayuda humanitaria a zonas con riesgo de hambruna.
Rusia está concentrando sus bombardeos en Izmail, el mayor puerto de Ucrania sobre el Danubio, donde se carga el grano en barcos que luego lo transportan por los mares territoriales de Rumania, Bulgaria y Turquía; o hacia el oeste, por vía fluvial, para llevarlo hasta el resto de Europa.
El bombardeo de las instalaciones de cereales se produce mientras el Kremlin critica a Estados Unidos por la decisión de entregar a Ucrania proyectiles de uranio empobrecido, calificada por Moscú de “acto criminal”.
“Es una muestra de la escandalosa indiferencia que siente Washington por las repercusiones medioambientales que genera usar este tipo de municiones en una zona de guerra”, dijo Sergei Ryabkov, viceministro de Asuntos Exteriores de Rusia.
Rusia tiene varias armas de uranio empobrecido en su arsenal. Desde Berlín, la Coalición Internacional para la Prohibición de las Armas de Uranio habla de múltiples informes en los que se dice que Rusia ha usado este tipo de armas en Ucrania. Esos informes no han podido ser confirmados.
Los proyectiles de uranio empobrecido sirven para perforar blindajes. No están prohibidos por el derecho internacional, pero hay preocupaciones por sus efectos sobre la salud. Su radioactividad es menor que la del uranio natural sin refinar y, según el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA), el riesgo radiológico para la población en zonas donde hay uranio empobrecido en el ambiente no es significativo. Pero el OIEA también advierte de un posible riesgo de efectos radiológicos en personas que entran en contacto directo con municiones o fragmentos que incorporen el elemento químico.
El anuncio de la entrega de armas estadounidenses de uranio empobrecido coincidió con el inicio de la visita a Ucrania de Antony Blinken, secretario de Estado de EEUU. En su segundo día de viaje, Blinken visitó este jueves Yahidne, que forma parte de la región septentrional de Chernihiv y fue de las zonas ocupadas por Rusia en las primeras semanas de la guerra.
En Yahidne Blinken visitó el sótano de un colegio donde las fuerzas rusas encerraron durante un mes a decenas de aldeanos. “Este es sólo un edificio... [pero] es una historia que hemos visto una y otra vez”, dijo Blinken.
Blinken también se reunió con el presidente Volodímir Zelenski y con otros altos cargos del Gobierno ucraniano para que le hablaran sobre la marcha de la contraofensiva contra las fuerzas rusas. Hay dirigentes ucranianos molestos por las declaraciones en off the record que han hecho en las últimas semanas altos cargos de EEUU frustrados por la velocidad y las tácticas de la controfensiva.
Para Blinken, la lentitud de la contraofensiva es comprensible. “Los rusos han tenido mucho tiempo en esta oportunidad para preparar la contraofensiva; han colocado miles, decenas de miles, de minas”, dijo en Kiev a la cadena NBC News, de acuerdo con la transcripción de la entrevista.
“Los ucranianos se están abriendo camino frente a otros refuerzos defensivos. Al fin y al cabo, tienen determinación. Tienen un deseo que, en mi opinión, superará cualquier cosa que los rusos les pongan en medio”, añadió.
Mykhailo Podolyak, asesor de Zelenski, confirmó las declaraciones de Blinken. En Kiev habló con el periódico The Guardian y dijo que la contraofensiva empezará a ganar velocidad en cuanto se traspasen las líneas de defensa de Rusia. “No es la misma Rusia del año pasado en Járkov y Jersón, donde huyeron a toda velocidad; ahora han comprendido que tienen que invertir en buenas líneas de defensa... Atravesaremos estas líneas, y en cuanto lo logremos veremos una situación muy diferente”, dijo.
Según Podolyak, el tamaño y la fortificación de las líneas defensivas de Rusia también son un indicador de las reducidas ambiciones bélicas del Kremlin, que no planea grandes ofensivas salvo en unas pocas zonas locales. “No tienen las reservas, ni los recursos ni el deseo de seguir avanzando. Su principal interés es que no se muevan las líneas. No quieren avanzar, pero tampoco quieren permitir la retirada, ya que eso iniciaría el proceso de desintegración del país”, dijo.
Zelenski acometió esta semana un gran reordenamiento político con el cese del ministro de Defensa, Oleksiy Reznikov, que llevaba en el cargo desde antes del estallido de la guerra. Varios escándalos de corrupción habían salpicado al Ministerio en los últimos meses. “Necesitamos más confianza; confianza en las decisiones que se toman, confianza en las adquisiciones que se hacen, confianza en los suministros”, dijo Zelenski el jueves al nuevo ministro, Rustem Umerov.
Con fama de hábil negociador y buenos contactos en Turquía y Oriente Próximo, Umerov dijo que su objetivo era reforzar las alianzas internacionales de Ucrania y desarrollar “asociaciones que hasta podrían ser inesperadas”.
Cerca del frente, en la ciudad oriental de Kostiantynivka comenzaron este jueves los funerales por los 16 muertos durante el ataque del miércoles contra un mercado abarrotado, que causó heridas a otras 32 personas. A Mykola y Natalia Shyrai, un matrimonio fallecido mientras vendía flores en el mercado, los enterraron en un pueblo cercano a Kostiantynivka.
Como dijo Blinken, el ataque ha sido un recordatorio de “lo que los ucranianos viven todos los días”.
Traducción de Francisco de Zárate
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