El secretismo que rodea a los norcoreanos que combaten junto a Rusia: “Hasta que llegaron, pensé que eran bulos”
Una veintena de soldados de Corea del Norte heridos fueron trasladados al anochecer, la semana pasada, a uno de los principales hospitales de la ciudad rusa de Kursk. Los llevaron a una planta designada para ellos y vigilada por la policía. Solo el personal médico y los traductores podían entrar.
“Por la mañana nos dijeron que nos preparáramos para un tipo especial de paciente”, dice un miembro del personal médico del hospital que atendió a los norcoreanos. “Habíamos oído rumores de que había norcoreanos peleando allí, pero yo no me lo creía, nadie los había visto antes. Hasta que llegaron, yo pensaba que era un bulo”, añadió. En su mayoría, los soldados venían con heridas de metralla, explica.
Otra persona integrante del personal médico cuenta que, sin traductores, la comunicación con los norcoreanos era “imposible”. Algunos parecían “asustados y nerviosos”, añade.
Ambos médicos pidieron hablar sin que se publicaran sus nombres por temor a represalias. La llegada de los pacientes al hospital ha generado una posibilidad de interacción poco frecuente entre la población local de la región de Kursk y los soldados norcoreanos, cuya presencia sigue envuelta en secreto.
Según las autoridades de EEUU y de Corea del Sur, hasta 12.000 soldados norcoreanos han sido desplegados para ayudar a Rusia en la guerra de Ucrania. En su mayor parte, estas fuerzas se han destinado a la contraofensiva organizada por Moscú para recuperar franjas del territorio ruso en la región de Kursk, bajo control ucraniano desde la incursión sorpresa del pasado verano.
Primeras bajas
Rusia no ha reconocido oficialmente el despliegue de soldados norcoreanos. La semana pasada, el presidente Vladímir Putin nombró en su rueda anual de prensa varias unidades activas en los combates de la región de Kursk, haciendo una llamativa omisión en el caso de los norcoreanos.
Según los primeros indicios, las tropas norcoreanas pueden estar sufriendo muchas bajas. Oficiales del Ejército de Corea del Sur comunicaron el lunes que más de 1.000 soldados norcoreanos habían muerto, o resultado heridos, desde su despliegue junto a los soldados rusos. Una cifra que, si se confirma, representa un número terrible de bajas para los soldados norcoreanos a pocas semanas de su llegada. El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, dijo después que las bajas superaban las 3.000.
El Estado Mayor Conjunto de Corea del Sur también ha dicho que Corea del Norte parece estar preparando el despliegue en Rusia de más tropas y equipos. Tanto en Seúl como en Kiev sostienen que Moscú está haciendo todo lo posible para negar la presencia de los soldados norcoreanos en el campo de batalla. Algunas informaciones apuntan a que las tropas norcoreanas han recibido uniformes y documentos de identidad falsos que los hacen pasar como yacutos o como buriatos, dos minorías étnicas de Siberia que participan en la guerra desde el principio y tienen rasgos físicos similares a los de los norcoreanos.
Las fuerzas especiales del Ejército ucraniano publicaron imágenes que, según dijeron, representaban a tres soldados norcoreanos fallecidos con sus documentos. En las fotografías explícitas se podía ver los cuerpos ensangrentados y magullados de los soldados en tres bolsas para cadáveres. De acuerdo con las fuerzas especiales ucranianas, los documentos militares rusos que llevaban eran falsos, con lugares de nacimiento y nombres rusos inventados.
Su llegada pasa desapercibida en Kursk
Aunque llevan desde octubre desplegados en la región de Kursk, la llegada de los norcoreanos ha pasado desapercibida en la ciudad que lleva el mismo nombre, su capital de medio millón de habitantes. Tras entrevistar a un puñado de vecinos, la impresión generalizada es que no hay rastro de soldados norcoreanos. Es posible que Moscú esté ejerciendo un control estricto sobre los movimientos de estas tropas extranjeras, confinándolas en remotos cuarteles militares, lejos de los civiles.
Los detalles sobre su ubicación exacta y sus condiciones de vida siguen siendo una incógnita, pero su presencia se ha convertido en material para la conjetura en los chats de Internet donde los lugareños se preguntan si alguien ha visto, verdaderamente, a norcoreanos por las calles.
Algunos habitantes de Kursk también cuestionan la idea de que los rusos necesiten a los norcoreanos para recuperar su territorio. “No creo que los norcoreanos existan, nuestro Ejército es lo suficientemente fuerte sin ellos”, dice a The Guardian un vecino de Kursk. Al parecer, algunos de los soldados norcoreanos heridos son conducidos a hospitales en las afueras de Moscú, evitando los más pequeños que hay cerca del campo de batalla.
El pasado miércoles, el servicio de seguridad de Ucrania publicó los detalles de una conversación que había interceptado entre un soldado ruso y su esposa, enfermera en un hospital cercano a Moscú cuyo nombre no fue difundido. En la grabación, que no ha sido verificada de forma independiente, la mujer explica que unos 200 norcoreanos heridos habían llegado para recibir tratamiento. “Estos coreanos son de élite o algo así, les hemos reservado unas malditas salas solo para ellos, ¿qué pasa, son una clase privilegiada?”, se escucha decir a la enfermera. “Bueno, son 'importados'”, responde el marido.
Según los servicios de espionaje de Corea del Sur, la mayoría de los norcoreanos en combate pertenece a las Storm Corps, una unidad de élite con la “moral alta” pero sin “conocimientos sobre la guerra contemporánea”.
Guardar la última bala
Los analistas militares han cuestionado desde el principio la conveniencia de desplegar en terreno desconocido a soldados de un ejército con barreras lingüísticas y sin experiencia de guerra desde los años 50. Según testimonios de desertores publicados por la cadena BBC, los soldados norcoreanos están mal alimentados y desnutridos de manera sistemática, incluso dentro de unidades de élite como las Storm Corps.
La ONG surcoreana Database Center for North Korean Human Rights (NKDB), que lucha por el respeto a los derechos humanos en Corea del Norte, afirmó esta semana que muchos de los soldados norcoreanos cuyas imágenes han sido grabadas parecen ser jóvenes, lo que plantea dudas sobre su experiencia militar. El diputado surcoreano Lee Seong-kweun cree que el elevado número de bajas entre soldados norcoreanos puede atribuirse al “entorno desconocido del campo de batalla, donde las fuerzas norcoreanas están siendo utilizadas para el asalto como unidades prescindibles de primera línea, y a su falta de capacidad para neutralizar los ataques con drones”.
Los analistas creen que las tropas norcoreanas han sido especialmente vulnerables ante varios tipos de drones ucranianos, devenidos en una de las características definitorias de la guerra moderna. Vídeos difundidos por las fuerzas ucranianas muestran drones volando en círculos sobre unos soldados norcoreanos que tratan de escapar en un descampado de Kurshchina, en la región de Kursk.
En un clip borroso que circula por los canales rusos de Telegram a favor de la guerra, un soldado norcoreano habla con un soldado ruso sobre la experiencia de ser perseguido por los drones ucranianos. “Los drones no paraban de llegar”, se oye gritar en coreano al soldado. “Disparé tres veces con esto”, añade levantando tres dedos y señalando su arma.
Aunque los norcoreanos no tengan ni voz ni voto para decidir si participan o no en la contienda, algunos desertores sostienen que a muchos no les falta motivación. “Si el partido quiere que vayas, vas”, dijo el exsoldado norcoreano Ryu Seonghyun, que desertó en 2019, durante una mesa redonda organizada hace poco por la ONG NKDB. Pero, Seonghyun añadió que muchos soldados también lo ven como una oportunidad para “cambiar su suerte” y experimentar la vida en un país nuevo, lejos de las duras condiciones de su hogar.
Corea del Sur ha dicho este viernes que Ucrania ha hecho prisionero por primera vez a un soldado norcoreano que luchaba para Rusia. En las imágenes que circulan por Internet se puede ver al soldado, demacrado y gravemente herido, detenido mientras se encontraba en ese estado calamitoso. Seúl ha anunciado más tarde que el soldado ha fallecido por las heridas sufridas.
Entregarse vivo nunca se consideró una opción en el Ejército de Corea del Norte, dicen algunos exsoldados de Pionyang. “En el Ejército, nunca entiendes que también está la posibilidad de convertirte en prisionero de guerra”, dijo Seonghyun, recordando una famosa canción militar titulada Guarda la última bala en la que los soldados son conminados a reservar el último proyectil para terminar con su propia vida. “Pase lo que pase, no puedes ser un prisionero”, dijo.
Traducción de Francisco de Zárate
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