Peter Molyneux se defiende y asegura que no volverá a hablar con la prensa

Es una auténtica lástima que un creativo de la talla de Peter Molyneux, famoso por idear joyas como Dungeon Keeper y Black & White, esté siendo noticia durante los últimos años más por sus desvaríos, por sus controvertidas declaraciones y por sus promesas incumplidas, que por los juegos que desarrolla.

Esta misma semana está protagonizando la actualidad después de saberse que Godus, su actual proyecto, bien podría tener que sacrificar no pocos puntos clave prometidos durante su campaña de financiación colectiva en Kickstarter, empezando por su modo multijugador. A esto se le ha sumado el hecho de que Bryan Henderson, ganador del anterior juego de Molyneux, Curiosity, continúe a la espera de su premio por desvelar ese secreto único ‘capaz de cambiar la vida a su único descubridor’ que Molyneux introdujo dentro del cubo de Curiosity. El premio de Henderson no era otra cosa que ser dios en Godus y quedarse con una parte de los beneficios, pero todo parece apuntar a que finalmente no será así.

Toda esta situación ha provocado que no pocos medios y jugadores se tiren al cuello de Molyneux, lo que le ha llevado a tratar de defenderse en una entrevista con el diario The Guardian. El creativo ha reconocido que debido a la ambición del proyecto los tiempos se le han ido de las manos, incumpliendo la promesa de tenerlo listo en nueve meses, por lo que necesitará otros seis o nueve meses más para ofrecer el juego que reclaman aquellos que ya han pagado por él en Kickstarter.

Para no volver a cometer el error de siempre, generar unas expectativas demasiado altas, Molyneux ha asegurado que “la única reacción posible es retirarme. La gente está tan frustrada conmigo que me han amenazado, a mí y a mi familia, y no puedo seguir así […] Creo que lo único que puedo hacer es dejar de hablar con la prensa”.dejar de hablar con la prensa

De ahora en adelante tratará de no compartir con el mundo sus proyectos hasta que no estén en una fase avanzada de desarrollo, con la intención de que todas esas promesas que luego no se cumplen porque “son difíciles a nivel técnico o simplemente porque no encajan” no acaben por mermar aún más su tan denostada imagen.