El PP se prepara para un largo verano de negociaciones. La dirección nacional ya asume que la investidura de Isabel Díaz Ayuso puede retrasarse a septiembre y el paso que están tomando las negociaciones respaldan el augurio. A menos de 24 horas de que se cierre la ronda de consultas, la candidata del PP no tiene asegurados los apoyos para ser investida presidenta. El motivo: Vox está presionando hasta el último momento y avanza que se desmarcará del bloque votando en contra si Ciudadanos no accede a firmar un “programa único” sellado por los tres partidos. “No vamos a ir a una situación de trileros con un programa por un lado y otro por otro”, ha advertido Rocío Monasterio.
En las horas clave, la aritmética se vuelve en contra del PP y hace casi imposible que el presidente de la Asamblea de Madrid, Juan Trinidad, proponga a Díaz Ayuso como presidenciable este martes. Hay otro escollo que dificulta este escenario: Ángel Gabilondo (PSOE), el candidato más votado el 26M, reúne más escaños a su favor que PP y Ciudadanos porque Más Madrid y Unidas Podemos han confirmado que apoyarán su candidatura en el pleno.
Ahora es Trinidad quien debe decidir qué hacer. A Ciudadanos, con estos números, le faltan argumentos para proponer a Díaz Ayuso. Ni reúne mayoría absoluta ni tampoco es la candidata más apoyada. Por otro lado, los intereses del partido de Rivera hacen pensar que Trinidad tampoco enviará a Gabilondo a un pleno de investidura justificando que él no tiene, del mismo modo, garantizados los apoyos de una mayoría absoluta de la cámara. La suma de PSOE, Más Madrid y Unidas Podemos alcanza los 64 diputados y la mayoría absoluta está en 67.
Ciudadanos mantiene, de momento, la puerta cerrada a Vox desde el pasado miércoles y el partido de extrema derecha confirma que no ha habido contactos desde “el famoso café a escondidas” que reunió a Aguado y Monasterio en un hotel para cerrar un acuerdo para la Mesa. Las condiciones radicales exigidas por Vox son incompatibles con la postura de los de Rivera, que no quieren mancharse las manos sellando en un documento un pacto con la extrema derecha, pese a que ya lo han hecho en Andalucía para sacar adelante los presupuestos.
Un pleno sin candidato para poner en marcha el reloj
Los de Rivera siguen renegando de un pacto conjunto y ponen la pelota sobre el tejado de la formación de extrema derecha: “Vamos a intentar que Vox no bloquee la investidura. Si alguien bloquea el acuerdo, tendrá que responder ante los ciudadanos”, ha advertido el secretario general de Ciudadanos, José Manuel Villegas. El partido no sopesa abrir la puerta a un acuerdo con el PSOE si se frustra el pacto de las tres derechas y estaría dispuesto a ir a nuevas elecciones. “Entonces se abrirían otros escenarios como la repetición electoral”, apuntan fuentes autorizadas de Ciudadanos.
Así que, ante la falta de mayorías claras y de acuerdo entre las derechas, el presidente de la Asamblea de Madrid podría optar por una tercera vía inédita en la Comunidad de Madrid: una investidura sin candidato a quien investir. El nuevo reglamento, aprobado este año, contempla la posibilidad de convocar un pleno desierto en el que cada partido fije su postura. A partir de su celebración el tiempo corre igual que si se hubiese presentado un candidato o candidata. Es decir, se mantiene el 11 de septiembre como fecha límite antes de convocar de nuevo elecciones. Unidas Podemos ya ha avanzado, tras reunirse con Trinidad, que no están de acuerdo en que “haya una investidura sin candidato teniendo una persona que se quiere presentar”. “Eso sería una estafa a los madrileños”, opina Isa Serra.
Las próximas horas serán determinantes. El PP se afana en lograr un acuerdo in extremis con contactos telefónicos y presenciales a dos bandas –la reunión de este lunes con Ciudadanos ha durado varias horas– que ejerzan como pegamento de las posturas de sus socios potenciales. La ronda de contactos convocada por Trinidad finaliza este martes a las 17.00 horas con el encuentro con Ángel Gabilondo. Antes habrán pasado por su despacho los candidatos de Más Madrid, Ciudadanos y PP.
Los conservadores están centrados, por un lado, en cerrar un pacto programático y de puestos de Gobierno con Ciudadanos. Para ello tienen dos grupos separados de negociación: el primero avanza bien mientras el segundo, el que tiene que ver con los sillones, está generando encontronazos por el reparto de consejerías. Las dos partes dan por hecho que la vicepresidencia será para Ciudadanos y barajan presentar el acuerdo, si finalmente se cierra, en la tarde del martes después de la investidura en Murcia. Aquí, Vox también está manteniendo la presión hasta el último momento: el PP aún no tiene garantías de que Fernando López Miras, que ha dado su discurso como candidato a la investidura este lunes, salga de la Asamblea de Murcia como presidente de la región.
Por otro lado, el PP busca sellar otro pacto con Vox para mostrar su disposición a llegar a acuerdos. Según la extrema derecha, con el PP el acuerdo está “muy avanzado” y se ha modificado “seis veces”. Rocío Monasterio asegura que ya han sellado los capítulos de “bajada de impuestos” y de “desmontar chiringuitos”. Más problemas está dando, según Vox, lo referente a “la libertad educativa”, lenguaje que utiliza la formación de Abascal para exigir la derogación de parte de las leyes LGTBI y de Identidad de Género; y el recorte de la atención sanitaria a los migrantes sin papeles.
La alternativa de convocar un pleno sin candidato, si finalmente es la escogida por Juan Trinidad, dibuja un horizonte de largas negociaciones y un verano con un Gobierno de la Comunidad de Madrid en suspenso. El PP ya está preparado para este escenario. En unas horas se despeja la duda de si habrá o no candidato a la Puerta del Sol antes de verano.