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El Gobierno cierra el expediente de los terrenos de la cárcel de Carabanchel sin declararlo Lugar de Memoria Democrática

Luis de la Cruz

Madrid —
5 de septiembre de 2024 01:01 h

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Los terrenos de la antigua cárcel de Carabanchel no serán declarados, de momento, Lugar de Memoria Democrática. Así quedó certificado el pasado 23 de agosto, día en que la Plataforma por un Centro de Memoria de la Cárcel de Carabanchel, que presentó en noviembre de 2022 la petición para que recibiera esta calificación, recibió notificación de que el expediente se daba por caducado.

Durante el pasado mes de agosto la Dirección General de Memoria Democrática (dependiente de la Secretaría de Estado de igual nombre) comunicó a distintas entidades y colectivos promotores de Lugares de Memoria Democrática que los expedientes han caducado por haber transcurrido un año “sin que se haya completado el procedimiento”. Entre los expedientes a los que les cayó la lotería y que verán cortada su vida administrativa están los de los terrenos de la cárcel de Carabanchel y la antigua Dirección General de Seguridad (DGS), en la Puerta del Sol.

Desde la Plataforma muestran estupor ante la comunicación, que tildan de “burocrática” y “poco empática”. Según explican, las solicitudes presentadas no han recibido ninguna contestación por parte de la administración por lo que difícilmente podrían haber llegado las propuestas a buen término. Añaden que, de haber incoado el expediente de oficio la administración, no tendrían que haber presentado ellos la petición.

 Lugar de Memoria Democrática es una figura instaurada por la Ley de Memoria Democrática de octubre de 2022, que viene a dotar de territorialidad la memoria histórica. Según cita el texto legislativo, la figura ayuda a poner de relieve socialmente espacios o inmuebles en los que “se han desarrollado sucesos de singular relevancia por su significación histórica, simbólica o por su repercusión en la memoria colectiva, vinculados a la memoria democrática, la lucha de la ciudadanía española por sus derechos y libertades, la memoria de las mujeres, así como con la represión y violencia sobre la población como consecuencia de la resistencia al golpe de Estado de julio de 1936, la Guerra, la Dictadura, el exilio y la lucha por la recuperación y profundización de los valores democráticos.”

La propia ley prevé dos formas de iniciar los trámites para que un sitio se convierta en LMD, similares a las de otras figuras de protección patrimonial al uso como las de Bien de Interés Cultural.  La iniciativa puede partir de la propia administración (en concreto de la Dirección General de Memoria Democrática) o de la propia sociedad civil. Este último fue el caso de los terrenos de la antigua cárcel, cuyo expediente se inició a petición de la Plataforma por el Centro de Memoria de la Cárcel de Carabanchel. A diferencia de otras calificaciones, la declaración no tiene incidencia sobre el uso que se le dé al suelo, solo reconoce simbólicamente su importancia y hace obligatorio “garantizar su perdurabilidad, identificación, explicación y señalización adecuada”

Hasta el momento, en el Inventario de Memoria Democrática, accesible desde la página web del Ministerio de la Presidencia, figura en la ciudad de Madrid solamente el Panteón de España (que solía conocerse como de hombres ilustres). En la comunidad autónoma encontramos también el Valle de Cualgamuros (o de los Caídos). Desde la Plataforma por el Centro de Memoria de la Cárcel de Carabanchel llaman la atención sobre que no hay, salvo este, LDM relativos a la dictadura franquista y a la transición. Paradójicamente, el texto legal nombra estos periodos explícitamente entre los potenciales receptores de la calificación.

El origen del movimiento memorialista por la memoria de la cárcel de Carabanchel es muy anterior a Ley de Memoria Democrática, e incluso a la de Memoria Histórica de 2007. Hunde sus raíces en el cierre del penal en 1998 y la aparición de la plataforma Salvemos Carabanchel. Desde entonces, el muy activo movimiento vecinal de Carabanchel y el proyecto memorialista, formado en gran medida por antiguos presos, han caminado de la mano, reclamando un centro de memoria in situ compatible con el uso de los terrenos de la antigua cárcel en provecho del barrio.

El derribo de la cárcel en 2008, que se produjo bajo gobierno socialista y a pesar de la existencia de un informe favorable para su declaración como Bien de Interés Cultural, fue otro de los jalones en el recorrido del  movimiento, que no ha parado de reivindicar la instalación de un centro de memoria en el lugar desde entonces, con un completo argumentario documental cuya última versión data de este mismo año.

Los continuos vaivenes del Centro de Memoria

El fin último de la Plataforma es la instalación del Centro de la Memoria en los terrenos donde estuvo la cárcel. Durante la anterior legislatura las cosas parecían, por fin, avanzar en la buena dirección. El gobierno hizo pública la intención de instalar un Centro de Memoria en una de las parcelas del ámbito urbanístico pertenecientes al Ministerio de Interior. Las conversaciones entre la Plataforma -que ya había trabajado mucho en el tema- la Secretaría de Estado y el propio Ministerio de Interior fueron fluidas. Sin embargo, con la vorágine electoral y el cambio de gobierno el diálogo se apagó y no se ha vuelto a reanudar.

A finales de 2023 se aprobó el proyecto urbanístico de los terrenos, paralizado durante dos décadas. Serán 640 viviendas – el 34% de ellas protegidas–, un espacio de formación para la Policía junto a las instalaciones de la comisaría y Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de Aluche, instalaciones de oficinas y un hospital, largamente reclamado por el vecindario.

Volvió entonces a producirse un baile de declaraciones a propósito del Centro de Memoria. El mes de marzo el ministro de Política Territorial y Memoria Democrática, Ángel Víctor Torres, anunció la creación de un Centro Museo de la Memoria Democrática en el centro de Madrid. No es un proyecto excluyente con el de Carabanchel, pero, hasta entonces, el de la cárcel es el que había estado en el debate público. Solo un mes después, la posibilidad de que se abriera en Carabanchel reapareció súbitamente a pesar de que en las primeras informaciones sobre el plan urbanístico no había sido mencionado. Fue en un largo hilo de X (twitter) del portavoz de Urbanismo del PSOE en Madrid a propósito del Plan Parcial de la Cárcel de Carabanchel, en el que adelantaba que se había reservado espacio para el proyecto. Desde entonces, no ha habido novedades al respecto.

Carabanchel albergó desde los años cuarenta miles de presos políticos, comunes y, en algunas épocas, mujeres (en el psiquiátrico, situado en el actual CIE, donde estuvo el módulo de madres). Algunas de las personas que pasaron por sus celdas siguen empeñados, desde que cerrara sus puertas el 11 de septiembre de 1998, en que el viento no se lleve la memoria del lugar como la piqueta hizo con sus muros. El gobierno, por el momento, parece haber decidido que no urge darle al espacio, que pronto habrá de cambiar radicalmente su fisonomía, el reconocimiento oficial que la ley le permite.