El vicepresidente del Gobierno regional, José Ángel Antelo, se vanagloria de que han desaparecido las subvenciones al colectivo LGTBI de los presupuestos, aunque después, desde la Consejería de Política Social han afirmado que esa partida específica se contempla en una genérica de 8,2 millones de euros. Por otra parte, José Ángel Antelo afirmaba de forma reiterada que entre las personas que llegan en pateras vienen terroristas yihadistas y a esto hay que sumarle las afirmaciones del portavoz en la Asamblea Regional de Vox, Rubén Martínez Alpañez, diciendo que los que vienen en pateras lo hacen para delinquir.
Me comentan, además, que Rubén Martínez Alpañez tiene una imagen del Cristo de Monteagudo en la carpeta que porta en la Asamblea Regional. Y, acabamos de conocer que Vox, a través de su portavoz adjunta María José Ruiz Díaz, ha pedido el cierre del campamento de personas migrantes del Hospital Naval de Cartagena y destinarlo a instalaciones con fines sociosanitarios, asociando de nuevo a estas personas con la inseguridad ciudadana.
De nuevo la ultraderecha murciana -como cualquier ultraderecha- no ve personas, ni empatiza, negándose a realizar un mínimo análisis del por qué vienen los migrantes, cuestión que siempre está relacionado con la guerra, la violencia, la pobreza y el saqueo de los recursos naturales de los países de origen. Es el efecto salida y ojalá no tuvieran que abandonar su tierra porque tuvieran condiciones dignas para vivir en sus hogares.
Muchas personas migrantes mueren en el trayecto, tanto en tierra como en el mar. Un trayecto horroroso que solo pueden realizar personas jóvenes, por la extrema dureza, con el objetivo de encontrar un trabajo que les permita vivir y mandar dinero a su familia con el deseo profundo de volver de nuevo a su país. Recuerdo una persona refugiada que nos decía: “Quiero morir en el país que me vio nacer”.
Muchas personas de ultraderecha están vinculadas a un catolicismo muy conservador y a credos evangélicos que también se sienten identificados con planteamientos de la ultraderecha política. Y este planteamiento tan cruel contrasta con el posicionamiento de la Santa Sede, del Vaticano, donde reside el papa Francisco. Hay un choque frontal entre inhumanidad y humanidad, entre ver y sentir a personas con su dignidad o ver no-personas, enemigos o yo que sé.
Por una parte, el papa Francisco, siguiendo la tradición y el magisterio de la Iglesia, no se ha inventado nada, utiliza cuatro verbos en relación a la personas migrantes y refugiadas: acoger, proteger promover e integrar. Para la Iglesia todos somos hermanos y hermanas y, sin ningún ánimo de ironía, los que vienen en pateras son hermanos y hermanas de los que militan en la ultraderecha.
A esto hay que unirle la reciente Declaración ‘Fiducia supplicans’ sobre el sentido pastoral de las bendiciones, donde se recoge que se pueden bendecir a parejas en situaciones irregulares y a parejas del mismo sexo porque Dios reconoce todo lo que hay de bueno en sus vidas. Dios acoge y no rechaza, Dios respeta y no humilla, Dios ama y no desprecia, Dios abraza y no golpea. Esto también se podría aplicar a las personas migrantes y refugiadas. Es curioso, la ultraderecha maldice a las parejas del mismo sexo y Dios los bendice.
¡Ojalá la ultraderecha murciana y la ultraderecha católica y de los evangélicos aprendan, y apredamos, de ese amor misericordioso e infinito de Dios! Sería un buen avance para la humanidad.
El vicepresidente del Gobierno regional, José Ángel Antelo, se vanagloria de que han desaparecido las subvenciones al colectivo LGTBI de los presupuestos, aunque después, desde la Consejería de Política Social han afirmado que esa partida específica se contempla en una genérica de 8,2 millones de euros. Por otra parte, José Ángel Antelo afirmaba de forma reiterada que entre las personas que llegan en pateras vienen terroristas yihadistas y a esto hay que sumarle las afirmaciones del portavoz en la Asamblea Regional de Vox, Rubén Martínez Alpañez, diciendo que los que vienen en pateras lo hacen para delinquir.
Me comentan, además, que Rubén Martínez Alpañez tiene una imagen del Cristo de Monteagudo en la carpeta que porta en la Asamblea Regional. Y, acabamos de conocer que Vox, a través de su portavoz adjunta María José Ruiz Díaz, ha pedido el cierre del campamento de personas migrantes del Hospital Naval de Cartagena y destinarlo a instalaciones con fines sociosanitarios, asociando de nuevo a estas personas con la inseguridad ciudadana.