Aquellos, los que les enterraron en vida
Sostiene Manuel Chaves que este miércoles recibió una llamada de Pedro Sánchez para felicitarle por la decisión del Constitucional. Sostiene José Antonio Griñán que en su teléfono no hay rastro de mensaje o llamada alguna del presidente del Gobierno.
Sostiene Chaves que siempre ha sentido el calor de sus compañeros y el amparo del PSOE, aunque es conocida la frase que él mismo le dijo a Griñán el día que Susana Díaz afirmó que “todos los que estén imputados deberán dejar sus escaños” y que “todos es todos”. Los ERE estaban entonces en plena eclosión y, después de aquellas palabras de quien fue ungida por el propio Griñán presidenta de la Junta de Andalucía en contra de la opinión de muchos, ambos dejaron sus escaños en el Congreso y el Senado: “Susana nos ha matado, es como si nos hubiese clavado un cuchillo”, fueron sus palabras sobre quien ya entonces maniobraba para destronar a Pedro Sánchez del liderato socialista y pretendía así dar una lección de una pureza que nunca tuvo.
En junio de 2016, un año después y antes incluso de que se dictase auto de procesamiento, los dos ex presidentes de Andalucía comunicaron por escrito al PSOE andaluz su renuncia voluntaria a la militancia del partido que también ambos habían presidido. El desgarro fue mayúsculo, pero se adelantaron a cualquier medida discipiniaria que pudiera tomar el PSOE en aplicación de su código ético, que en el punto 5.2 establece que “cualquier cargo público u orgánico al que se le abra juicio oral por un procedimiento penal dimitirá de su cargo en el mismo momento en el que se le dé traslado del auto de apertura del mismo y solicitará la baja voluntaria”.
Uno y otro han vivido de manera muy distinta el sufrimiento de una década de señalamiento público, las 152 sesiones que duró el juicio, la sentencia de la Audiencia Provincial de Sevilla, la ratificación del Supremo y ahora la reciente decisión del Tribunal Constitucional de anular parcialmente las condenas. Chaves mantuvo siempre su agenda social intacta, no ha dejado de asistir a actos públicos y ha mantenido contacto con sus compañeros de partido. Este jueves compareció en público para reivindicarse, denunciar que el caso de los ERE “fue una operación con ropaje judicial montada por el PP” y para ponerse “a disposición del PSOE” y volver a “trabajar para el partido”
Griñán, hoy enfermo de cáncer y refugiado en su familia, ha vivido enclaustrado, sólo ha recibido llamadas de los amigos más íntimos y ha guardado un silencio sepulcral que sólo quebró para la presentación de Cuando ya nada se espera (Galaxia Gutenberg). Aquél fue el título del libro que escribió, durante cinco años, para escudriñar el pasado, reivindicar la política y encontrar algo de alivio.
“No es que crea en mi inocencia, es que sé de mi inocencia”, declaró entonces aunque sintiera que su vida había acabado. Quizá antes del fallo judicial, su corazón ya había dejado de latir, aunque se declarara vivo y, por tanto, “con esperanza”. Como los versos de Celaya que inspiraron el título de sus memorias:
“cuando ya nada se espera personalmente exaltante,
mas se palpita y se sigue más acá de la conciencia,
fieramente existiendo, ciegamente afirmando,
como un pulso que golpea las tinieblas,
cuando se miran de frente
los vertiginosos ojos claros de la muerte,
se dicen las verdades:
las bárbaras, terribles, amorosas crueldades“.
A través de aquel ensayo sintió la necesidad de expresar a su hijo mayor el sufrimiento padecido, pero también de defender que los principios, la política y la democracia merecen la pena, a pesar de todas sus veleidades. Porque sigue siendo un hombre bueno, un hombre íntegro, un hombre honesto. Y porque sigue creyendo en la moderación y no acumula rencor, ni siquiera hacia quienes también desde el PSOE le señalaron públicamente y le abandonaron por necesidades del guión político. Su generosidad, como la de Chaves, es infinita incluso para aquellos que les enterraron en vida y hoy se lamentan en los los platós de las televisiones del dolor acumulado que ellos mismos también provocaron.
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