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19J: A la caza de los indecisos

15 de junio de 2022 22:26 h

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Las campañas electorales comienzan y finalizan con la vista puesta en los votantes que no tienen decidido su voto. Aquellos que, dos semanas antes de la cita con las urnas, responden en los sondeos con un “no sabe todavía” a la pregunta de a qué partido tienen pensado votar. Y aquellos que responden lo mismo pocos días antes de que tenga lugar la votación, cuando la campaña electoral entra en su recta final.

Estos electores, a los que denominamos indecisos, son considerados un grupo clave en toda antesala electoral. Primero porque, en función de lo numerosos que sean y de lo reñidos que estén unos comicios, son ellos los que, con la decisión que finalmente tomen, pueden acabar decantando los resultados electorales.

En segundo lugar, porque constituyen un preciado caladero de votos para todos los candidatos que se presentan a unas elecciones, y al que suelen recurrir en los últimos actos de campaña para conseguir los objetivos fijados por sus estrategas electorales. Y, en tercer lugar, porque estos votantes, junto a los que declaran su intención de abstenerse, siempre suscitan un gran interés mediático, en tanto que de ellos parece depender el desenlace de una convocatoria electoral. Cuantos más indecisos hay, más abiertas e inciertas parecen unas elecciones. Y, por ende, mayor importancia parece tener la campaña electoral.

Además, el interés por el electorado indeciso ha crecido en los últimos años marcados, por un lado, por el incremento de la oferta política, con el auge, desde 2015, de nuevos partidos competitivos. Y, por otro, por una alta volatilidad en las preferencias de los electores que está ligada a la pérdida de lealtades partidistas y a la conformación de un elector más promiscuo y libre de ataduras. En el tránsito del bipartidismo al multipartidismo, muchos votantes han pasado de decidir su voto con mucha antelación a retrasar su decisión cada vez más. Con más candidaturas entre las que elegir, el elector puede tener más dudas sobre qué hacer o incluso cambiar de opinión varias veces antes de acudir a votar.

El pasado 3 de junio comenzó oficialmente la campaña de las elecciones autonómicas de Andalucía. Unas semanas antes, el CIS realizó una encuesta en la que preguntó a los electores andaluces, de forma general, en qué momento suelen decidir su voto. Apenas la mitad (52,1%) de los encuestados afirmó que lo suele decidir antes de la campaña electoral. De la otra mitad, un 7,1% señaló que suele decidirlo al comienzo de la campaña, otro 21,5% en la última semana de campaña, un 5,6% en el día anterior a la votación y cerca de un 10%, el mismo día de las elecciones.

Esas respuestas, inevitablemente, contribuían a poner aún más el foco sobre los indecisos del 19J. También lo ha hecho el propio contexto de estos comicios con: una amplia oferta de candidaturas (hasta 6 con opciones de lograr representación en el Parlamento andaluz); un partido, Ciudadanos, en descomposición por la fuga de sus votantes; otro partido, PP, que, aprovechando sus buenas expectativas demoscópicas, ha pedido el voto (útil) a los electores de otras fuerzas políticas para impedir que Vox entre en la Junta de Andalucía; y con una izquierda que se ha presentado más fragmentada que en los comicios regionales anteriores, al concurrir los partidos a la izquierda del PSOE en dos candidaturas (Por Andalucía y Adelante Andalucía), en lugar de una.

Todos estos elementos contextuales son, aparentemente, propicios para que se registre un elevado número de indecisos y se produzca un significativo trasvase de votantes entre unos partidos y otros. Por ello, cabe plantearse ahora, cuando la campaña electoral andaluza está llegando a su fin, en qué medida ha sido así y qué movimientos se han producido durante estas dos últimas semanas. Cuestiones a las que podemos tratar de dar respuesta con los datos del CIS.

Encontramos que la cifra de indecisos que registró el CIS antes de que comenzara la campaña electoral, a través de una encuesta realizada entre el 17 y el 28 de mayo, ascendía a un 20%. Un porcentaje nada desdeñable, pero sensiblemente menor al 26,6% de indecisos que registró este organismo hace más de tres años y medio, en la antesala de la campaña de las elecciones andaluzas de 2018. Por otra parte, una vez ya iniciada la campaña, el CIS volvió a preguntar, los pasados días 6 y 7 de junio, a los electores andaluces por su intención de voto. Y descendió al 18% el porcentaje de los que manifestaban tener dudas sobre a quién votar.

¿En qué electorados se han concentrado los indecisos? Antes de la campaña electoral, Ciudadanos era el partido cuyos electores (los que le habían votado en 2018) se mostraban más indecisos (22%). Y, por el contrario, los votantes de Vox (con un 7% de indecisos) y del PP (con un 10%), los que menos. Entre los electores que votaron en 2018 a la candidatura Adelante Andalucía, el porcentaje de indecisos ascendía a un 19%, al igual que en el caso de los votantes del PSOE.

La tendencia en la primera semana de campaña fue que los electores de todos estos partidos, salvo en el caso de Adelante Andalucía, parecían estar menos indecisos. ¿Pero hacia dónde ha ido su voto? Salvo en el caso de Adelante Andalucía, que realmente no es comparable con los otros partidos porque ahora se presenta bajo dos marcas electorales, los partidos han visto cómo, con la campaña, ha aumentado ligeramente su porcentaje de votantes fieles (aquellos que les votaron en 2018 y tienen pensado volver a hacerlo el próximo domingo).

Aunque, lógicamente, hay notables diferencias en el grado de fidelidad de los diferentes electorados. Así, y pese a haber resultado más persuasivo durante la campaña, Ciudadanos solo consigue retener a un 17% de los electores que le votaron en 2018. Una cifra que contrasta con el 76% de tasa de fidelidad de los votantes del PP. Un partido al que, además, tiene la intención de votar la mitad de los electores que optaron por Ciudadanos en 2018 y otro 30% de los que se decantaron por Vox entonces. Un trasvase de votos hacia el PP que, en ambos casos, ha ido en aumento en los primeros días de campaña. Algo que, por el contrario, no encontramos que haya ocurrido en el electorado del PSOE, a pesar de los llamamientos del candidato popular, Juanma Moreno, al voto útil. Y es que si antes de la campaña electoral casi un 11% de los votantes que optaron por el PSOE en 2018 declaraban su intención de votar al PP, en la primera semana de campaña, ese porcentaje era del 9,2%

Pero ¿estará cambiando algo en la recta final de la campaña electoral? No lo sabemos con datos públicos, pues en los cinco días previos a unas elecciones está prohibida la difusión de sondeos. Nos quedamos, de este modo, con la duda de conocer cuál es el porcentaje de indecisos con el que terminará la campaña electoral andaluza. Y así seguirá siendo en próximas convocatorias electorales, mientras la ley electoral no sea reformada.

Las campañas electorales comienzan y finalizan con la vista puesta en los votantes que no tienen decidido su voto. Aquellos que, dos semanas antes de la cita con las urnas, responden en los sondeos con un “no sabe todavía” a la pregunta de a qué partido tienen pensado votar. Y aquellos que responden lo mismo pocos días antes de que tenga lugar la votación, cuando la campaña electoral entra en su recta final.

Estos electores, a los que denominamos indecisos, son considerados un grupo clave en toda antesala electoral. Primero porque, en función de lo numerosos que sean y de lo reñidos que estén unos comicios, son ellos los que, con la decisión que finalmente tomen, pueden acabar decantando los resultados electorales.