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Ciudadanos censura el acta de su tenso Consejo General para que no recoja ninguna de las intervenciones críticas

La gestora de Ciudadanos

Carmen Moraga

Fue la reunión más tensa de Ciudadanos. Una sucesión de intervenciones muy críticas con la dirección del partido, de las que quedaron numerosas pruebas en forma de grabaciones que reprodujeron distintos medios de comunicación, entre ellos, eldiario.es.

Nada de eso ha quedado recogido en el acta oficial del partido, que describe lo ocurrido el pasado 30 de noviembre en el máximo órgano entre asambleas como un plácido encuentro de militantes en el que se nombró a la gestora que ha asumido transitoriamente la dirección del partido hasta la V Asamblea General de marzo.

La bronca interna que se suscitó después de que los consejeros comprobaran que el presidente del Consejo General, Manuel García Bofill, traía ya la lista elaborada con los nombres que iban a integrar la gestora, sin posibilidad de debatirla previamente a su votación, ocupó mucho espacio en los medios de comunicación. Aquella mañana tomaron la palabra 17 dirigentes. La mayoría, con intervenciones muy duras. En el documento oficial que detalla lo que pasó entre esas cuatro paredes no figura ninguna de ellas. Según el acta, a la que ha tenido acceso eldiario.es, “ninguno de ellos manifestó que deseaba que su intervención constase en el acta”.

El vicepresidente de la Junta de Castilla y León, Francisco Igea, llegó a exclamar en ese órgano: “Hoy he vivido algo bochornoso en este Consejo General. Ha habido primero una votación y luego el turno de intervenciones. Es asombroso. Esto no es democrático”.

Otro de los intervinientes, el asturiano Ignacio Prendes lamentó: “Un partido que no da explicaciones a sus afiliados, ni hace un análisis de los resultados, ni asume responsabilidades pierde el favor de los votantes y de los afiliados”

Uno de los consejeros murcianos, José Luis Martínez, trazó un diagnóstico todavía más demoledor: “Nos hemos estrellado y nadie habla de lo que ha pasado. Los militantes esperaban algo y no lo he visto. Hay que votar en urnas y siempre después de un debate. Esto que ha pasado no me gusta. Yo no he votado nada. Este no es el camino y así vamos a la desaparición”.

De todas esas duras intervenciones no hay ni rastro en el acta sobre aquel Consejo General, que será previsiblemente aprobada el próximo sábado, 21 de diciembre, en la nueva reunión que hay convocada de este órgano de dirección del partido -el máximo entre Asambleas-, para presentar el reglamento precongresual de cara a la celebración de las primarias a la presidencia del partido y del congreso extraordinario de marzo.

El acta sí se extiende con bastante lujo de detalle en la intervención de Bofill, presidente tanto del Consejo como ahora de la Gestora, que repartió un largo catálogo de elogios hacia Albert Rivera.

Nada más arrancar su intervención, Bofill aludió “a los inicios de Cs y a todo el esfuerzo desarrollado por Rivera para conseguir situar el partido donde está en la actualidad”, mientras llamaba a sus compañeros a “ser conscientes y acoger el legado que deja y dignos sucesores del mismo”.

Siguiendo lo recogido en el acta, Bofill luego “relata y explica a los presentes la dignidad” con que supo dimitir el líder “y hacerse a un lado” y “le agradece públicamente tanto a él como a todas las personas que tuvo a su alrededor, dándoles las gracias por haber servido a España en la forma que lo hicieron”.

En los papeles oficiales de Ciudadanos se destacan esos piropos a Rivera por su despedida: “Asumió en primera persona la responsabilidad del mal resultado electoral y nos dejó su legado para poder dirigir esta nave que es Ciudadanos”. “Ahora se debe convocar y celebrar un Congreso en el partido, en el que se produzca la apertura de un diálogo y un debate democrático en el seno del partido”. “Si Cs fracasa, todo el trabajo desarrollado por Rivera durante todo este tiempo habrá sido inútil”, recoge el acta que advirtió Bofill, que invitó a los asistentes a “saber bien cuáles son los pasos a seguir”. “Sólo seremos útiles desde un partido sólido y unido”, concluye.

El presidente de la nueva gestora recordó entonces a los presentes “que hay un código disciplinario por cuyo cumplimiento se debe velar y que todo el que ha ingresado en Cs debe conocerlo y respetarlo”. Y aprovechó “para hacer un repaso de todo el recorrido realizado por el partido durante todo este tiempo y sus 13 años de trayectoria” mostrando, de nuevo, “su gratitud” hacia Rivera y solicitando a todos “un fuerte aplauso de agradecimiento hacia su persona, por su legado y por permitir continuar con este proyecto”. Un agradecimiento que “hace a todos los miembros que han formado parte de la Ejecutiva y a los que han trabajado en este proyecto hasta la fecha por el placer, gusto y satisfacción de servir a España”.

El documento oficial cita la aprobación “del Reglamento de la Gestora por asentimiento de todos los consejeros presentes”. Seguidamente, en el papel Bofill aclara que se han seleccionado a los miembros de la Gestora en base a los estatutos indicando que “se debe mantener la continuidad en las funciones de las personas designadas, respetando las decisiones personales, quienes quieran o quienes no quieran continuar durante esta transición de gestión interna”.

Solventado este punto, se otorga el turno de palabra a 17 consejeros que piden hacer uso de la misma, “sin que ninguno de ellos manifieste que desea que su intervención conste en el acta”. Con esas comillas se obvia la tormenta de críticas que tuvieron lugar en esa cita, la primera importante, tras la debacle del partido que se dejó 40 diputados y 2,6 millones de votos el 10 de noviembre.

“No habiendo ningún Consejero que quiera hacer uso de la palabra y no habiendo más asuntos a tratar” –prosigue el documento– Bofill “aprovecha la ocasión para recomendar a todos los Consejeros e invitados presentes la lectura del Reglamento del Consejo General a fin de conocer el funcionamiento del mismo y evitar, en la medida de lo posible, que se produzcan, en lo sucesivo, situaciones incómodas por el desconocimiento del funcionamiento del mismo”.

Dirigentes críticos consultados por esta redacción aseguran que nunca llegaron a señalar si querían que se omitieran o no sus intervenciones en el acta. “Yo, personalmente, ni dije que se omitiera ni que constaran en acta mis palabras”, afirma uno de los que tomaron la palabra en aquella tumultuosa reunión.

Los responsables de cotejar que el acta recoja con fidelidad lo ocurrido en las reuniones internas son el presidente del Consejo General, el propio Bofill, y el secretario primero, David Heredia.

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