Segunda quincena de julio. Madrid, Sevilla, Granada o Salamanca. La foto es la misma: barrios enteros con apenas vecinos en las calles. El pasado verano los residentes de muchas ciudades del interior de la península aprovecharon las semanas de finales de julio para irse de vacaciones, las mismas fechas en las que este año están convocadas las elecciones generales. ¿Afectará la movilidad vacacional a la participación y los resultados electorales?
El siguiente mapa muestra cuánta gente que vive en cada municipio o distrito suele dormir fuera de la provincia en la segunda quincena del mes de julio, según los datos del Ministerio de Transportes analizados por elDiario.es. En marrón, las zonas que se marchan más de vacaciones; en verde, las que menos.
El análisis de los datos diarios de posicionamiento de los teléfonos móviles de los residentes españoles de cada distrito, municipio y agrupación de municipios, que publica el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana y la compañía Nommon permite dibujar qué zonas de España se vaciaron más durante el pasado verano.
Destacan las grandes ciudades, especialmente del interior, pero también otros casos como Barcelona o Bilbao, donde uno de cada diez vecinos se encontraba fuera de su provincia entre el 15 y el 31 de julio de 2022. En cambio, en otras ciudades de las zonas costeras o de los archipiélagos la población residente apenas se redujo durante esas semanas.
Pero no solo la geografía importa: la renta es clave cuando hablamos de movilidad vacacional. El pasado julio en las zonas más ricas se marcharon más residentes que en las más pobres. En los distritos y municipios que suman el 10% de la población con menos ingresos, un 5% de los residentes estaba fuera la segunda quincena de julio de 2022. En cambio, en las zonas que agrupan el 10% de la población más acomodada el porcentaje aumentó hasta el 14%.
¿Significa esto que podemos esperar una mayor caída de la participación en estas zonas? Los politólogos consultados por elDiario.es dudan de esta hipótesis. “La gente que quiere votar y sale de vacaciones va a ir a votar igual. Los que se quedan son los excluidos y los que nunca votan, con lo cual importa bastante poco”, explica Carmen Lumbierres, doctora en Ciencias Políticas de la Universidad Complutense de Madrid.
Los datos de la Encuesta de Condiciones de Vida del INE muestran quién conforma este grupo que se queda en casa en verano: el 64% del grupo más pobre de los encuestados “no puede permitirse ir de vacaciones al menos una semana al año”. Entre los más ricos, la cifra baja hasta el 4%. Lumbierres recuerda que normalmente renta y participación política van de la mano: “La gente que no va a votar es la gente que no se va de vacaciones. Se sienten más desafectos porque no encuentran soluciones en la política”.
“Yo creo que no afectará a nada. Quienes más se moviliza en las elecciones son aquellos que quieren cambio porque son los que se sienten motivados. Y la gente que quiere cambiar ahora es voto de derecha”, añade.
Los registros publicados por el Ministerio de Transportes muestran que los barrios que más se suelen marchar de vacaciones en julio son los más ricos, especialmente en las ciudades del interior. Y los que más se suelen quedar, los más pobres, como se muestra en el siguiente gráfico.
La incógnita de unas elecciones en verano no tiene precedentes en España. El único caso similar fueron las autonómicas en Euskadi y Galicia el 12 de julio de 2020, todavía con fuertes restricciones de movilidad por la pandemia. “Nadie sabe nada y no hay estudios de cómo funciona la participación electoral en verano. Además, todos los estudios se han venido abajo con el nuevo sistema de partidos y con la volatilidad del voto”, afirma la politóloga Carmen Lumbierres.
El voto por correo será clave en estos comicios, ya que las cifras preliminares que se han ido difundiendo señalan un nivel de participación récord por esta vía. “Las solicitudes de voto por correo están siendo históricas. A día de hoy, más de 2 millones. No hay precedente”, apunta Guadalupe Talavera, profesora de Ciencias Políticas de la Universidad Pablo de Olavide.
Una forma de votar a la que acuden más los electores más activos políticamente, según los expertos. “Tienes que tener actitud -ganas de ir a oficina de correos dos veces- o competencias digitales para pedirlo -como un certificado digital-. Una persona no muy participativa o sin competencias digitales ve la opción del voto por correo más alejada”, afirma Talavera.
¿En qué barrios de España más gente tendrá que acudir a la Oficina de Correos para poder votar? En los distritos de mayor renta de ciudades como Sevilla, Granada, Madrid o Salamanca, el porcentaje de vecinos que el año pasado estaban de vacaciones en las fechas en que se celebraran las elecciones incluso superó el 20%: más de uno de cada cinco vecinos estuvo fuera de la provincia, de media, durante los últimos quince días de julio.
La brecha de movilidad vacacional por nivel de renta también coincide con una brecha de participación política. Aunque las zonas pobres se van menos de vacaciones, también son los barrios que menos participan en las elecciones. “Hay mayor desafección política en los barrios más pobres. Menos conocimiento. Lo ven más alejado de sus realidades”, añade Talavera. Este fenómeno se agrava en las ciudades más segregadas donde las fronteras invisibles de renta son más grandes.
Y las fronteras de renta suelen coincidir con las brechas en porcentaje de población que se va de casa en verano. En Madrid y Sevilla la desigual distribución de la población hace que, mientras que en los distritos más ricos - Chamberí, Moncloa-Aravaca, Retiro, Salamanca y Chamartín, en Madrid, y Nervión, Casco Antiguo, Los Remedios, Bellavista-La Palmera y Triana, en Sevilla - más del 20% de vecinos se fueron de vacaciones, en los de menor renta - como Usera, Puente-Vallecas y Villaverde, en Madrid, y Cerro-Amate y Macarena Norte en Sevilla - se marcharon alrededor del 12% de los vecinos.
Pero incluso en aquellas ciudades que no ocupan los primeros puestos en la proporción de gente que se fue de vacaciones, las diferencias entre ricos y pobres son obvias. En el acomodado distrito de Sarrià-Sant Gervasi de Barcelona el 13% de vecinos estaban fuera la segunda quincena de julio mientras que en Ciutat Vella, la zona de menor renta, sólo fueron el 6%. En Valencia sucede algo similar: en Pla del Real, el distrito más rico, se fueron de vacaciones en julio casi el 15% de los vecinos. En cambio, en el distrito menos pudiente, Poblats Oest, los que no estaban en casa representaban el 6%.
¿Qué nos dice esto de a quién puede beneficiar las elecciones?
La dirección del voto en las elecciones acostumbra a ir ligada a la renta. Los partidos más conservadores, como PP y Vox a nivel estatal, suelen tener más apoyo en las zonas más ricas de cada ciudad, mientras que los de izquierdas - sobre todo el PSOE a nivel español - recogen un mayor porcentaje de las papeletas en las áreas y barrios de menos ingresos.
Esto se observa, en parte, en el siguiente gráfico, donde se muestra el porcentaje de voto conseguido por cada partido en los municipios y distritos agrupados según su nivel de renta. Cabe recordar, sin embargo, que no en todo el país se vota a los mismos partidos. Algunos de los municipios y distritos más ricos están en Euskadi y Catalunya, donde tiene más fuerza la derecha regional no incluida en estos gráficos.
Habitualmente los barrios más ricos participan más, cosa que suele beneficiar el voto a los partidos del bloque conservador. Además, las expertas no pronostican que la movilidad vacacional pueda hacer peligrar este voto en estos comicios. “El votante de derechas no suele castigar a los suyos, se moviliza para un gobierno que le dé una estabilidad económica”, explica Talavera.
Esta vez hay un factor añadido que favorece a PP y Vox. “Estamos en un ciclo electoral de cambio”, dice Talavera, “hay campañas emocionales que van a movilizar a la derecha y a los indecisos hacia la derecha, como rechazo a la gestión de Pedro Sánchez”.
En cambio, el votante de izquierdas “tiende a abstenerse como castigo, si ve que los partidos no le representan”, añade la politóloga. Lumbierres coincide con este enfoque y explica que “es difícil que haya una gran movilización a favor de la izquierda en los barrios pobres porque se ha roto ese sentimiento de grupo”.
Y un último factor que puede hacer que la gente se quede en casa: el calor. “La temperatura es algo que va a ser preocupante. Habrá mucho tiempo que los colegios van a estar sin gente votando, a mediodía, porque hará demasiado calor”, dice Guadalupe Talavera. ¿Afectará mucho a la movilización electoral? El 23 de julio saldremos de dudas.
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