El Parlamento Europeo analizará si el eurodiputado ultra Luis 'Alvise' Pérez infringió las normas con su señalamiento a la exministra Irene Montero durante un debate en el pleno de Estrasburgo. La presidencia de la Eurocámara ha recibido una queja en la que se reclama que los servicios jurídicos estudien si el representante de Se Acabó la Fiesta difundió odio con su interpelación a la parlamentaria de Podemos.
“¿Su política de reducción de mujeres maltratadas se basa en matarlas usted misma con sus políticas o en regularizar a millones de africanos para que acaben ellos mismos con ellas?”, preguntó Alvise durante su intervención. En aquel momento, el rumano Nicolae Stefanuta, que ejercía de presidente en ese momento, reprochó al orador que interrogara a una compañera de hemiciclo saltándose el procedimiento, que sólo permite el intercambio bilateral entre parlamentarios en determinadas ocasiones (cuando se solicita específicamente y la otra persona lo acepta).
“Si no tiene ninguna consecuencia la guerra sucia de jueces y poder mediático ni la violencia política, ¿a quién le sorprende que un racista y machista eche la gota que colma un vaso que los otros llenan cada día? A los fascistas se les para con más derechos y más democracia”, respondió al día siguiente Montero a través de la red social X (antes Twitter): “Es precisamente porque se normaliza y permite la violencia política que luego cualquier fascista se permite dar un paso más”.
Montero, no obstante, dejó estar el asunto y no presentó ninguna queja formal ante los servicios del Parlamento Europeo. En todo caso, el asunto ha llegado por otra vía, según han indicado fuentes parlamentarias, y se analizará si Alvise se saltó las normas, que prohíben el “lenguaje ofensivo” por parte de los diputados.
“Al valorarse si el lenguaje utilizado por un diputado en un debate parlamentario es ofensivo o no, deberán tenerse en cuenta, entre otros elementos, las intenciones identificables del orador, la percepción de la intervención por el público, la medida en que daña a la dignidad y reputación del Parlamento, y la libertad de expresión del diputado en cuestión. A modo de ejemplo, el lenguaje difamatorio, el «discurso del odio» y la incitación a la discriminación sobre la base, en particular, de cualquiera de las razones mencionadas en el artículo 21 de la Carta de los Derechos Fundamentales, constituirían normalmente casos de «lenguaje ofensivo» en el sentido del presente artículo”, recoge la normativa de la Eurocámara.
La vulneración de esas reglas lleva aparejada una sanción, que va desde un apercibimiento en público hasta la suspensión de las dietas por unos días.