Óscar Puente: “La instrucción del juez Peinado es un viaje a ninguna parte, burda, miserable y una nulidad de libro”
Pasen y lean. Con ustedes, el ministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, Óscar Puente (Valladolid, 1968). Seguro que les suena porque es de los más presentes en la esfera pública y en las redes. No se arredra con la oposición ni con aquellos que difunden bulos y “envenenan las conciencias de la gente”. Lo mismo habla de Junts, que del PP o del juez que investiga a la esposa del presidente del Gobierno. Acaba el curso político y pese a que el Gobierno lo despide con dos sonoras derrotas en el Congreso, él no ve riesgo de moción de censura.
Puente cree que la decisión de los de Puigdemont de tumbar la senda de estabilidad responde a una coyuntura que tiene más que ver con la investidura de Salvador Illa que con un futuro entendimiento con los de Feijóo. “Me resultaría muy sorprendente que un partido que está con la amnistía pendiente de implementarse y que tiene enfrente al PP y Vox, que se oponen con uñas y dientes al desarrollo de la misma, se echaran en brazos de Abascal y de Feijóo”, afirma.
Él es partidario de poner límites a la libertad de expresión, una especie de “derecho sacrosanto” que se ha impuesto sobre cualquier otro y que “ha arrumbado el derecho al honor, a la intimidad y a la propia imagen de algunas personas”. No cree que Pedro Sánchez, como sugiere la derecha, tenga que someterse a una cuestión de confianza. Ni porque se complique la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado para 2025, ni porque haya un juez que investiga la actividad profesional de la esposa del presidente. Un procedimiento que, en su opinión, es “una nulidad de libro” que el PP aprovecha para erosionar al Gobierno y que a él le produce “vergüenza” en tanto en cuanto el líder de “un partido democrático como es Feijóo se sirva de la estrategia de Manos Limpias”, una asociación ultraderechista, para socavar al Gobierno de España.
Como ven, ni tiene pelos en la lengua ni teme decir lo que piensa, moleste a quien moleste. No sigue consignas ni argumentarios, lo que en el universo de la política es tan inusual como jugoso para los periodistas. Si hay que elegir, mejor a alguien que hable claro, no circunvale y, además, dé titulares. A Puente le sobran a diario porque llama a las cosas por su nombre, combate con fiereza la desinformación, la injusticia y las formas de las derechas. Y lo hace por igual en su cuenta de X (antes twitter) como ante los micrófonos.
Junts dice que ha llegado el momento de plantarse ante el Gobierno y el martes se plantó y les tumbó la senda de estabilidad presupuestaria. ¿Ha entrado en vía muerta el segundo mandato de Pedro Sánchez?
Cuando uno se planta debe utilizar argumentos más sólidos. Aludir al porcentaje de ejecución presupuestaria es muy pobre. Catalunya es la comunidad autónoma en la que más invierte el Gobierno de España. Los datos que se dan de ejecución son irrelevantes para tomar una decisión de ese tipo. Y, sobre lo segundo, no. No ha entrado en vía muerta por dos razones: vivimos en un momento muy complejo, no solo en España, con un mapa político excesivamente complicado, y eso lleva a que todo cueste mucho. Y estamos en un momento en el que se está negociando una investidura en Catalunya en la que Junts no va a jugar un papel decisivo. Y yo creo que para Junts en este momento es complicado dar un apoyo al Gobierno. Por tanto, es el momento actual, pero no es definitivo.
En todo caso, lo que sí digo es que el Gobierno gobierna con independencia de que Junts apoye o no apoye. El Gobierno sigue gobernando, sigue tomando medidas, sigue tomando decisiones todos los martes. Es decir, el país sigue avanzando y el país crece.
Sin senda de estabilidad, no hay presupuestos y sin presupuestos es difícil gobernar.
Estamos gobernando con un presupuesto prorrogado y gobernando estupendamente porque teníamos un magnífico presupuesto en el año 2023. En fin, yo no veo grandes problemas. Gobernar es tomar decisiones que no todas tienen que ver con leyes, con legislar o con un presupuesto, sino con decisiones del día a día para las que hay presupuesto.
Si los argumentos de Junts, como dice usted no fueron contundentes, ¿cree que la decisión que desde luego fue inesperada para el Gobierno tuvo que ver con el anuncio de la reunión de Pedro Sánchez con Pere Aragonés este miércoles en Barcelona?
Bueno, yo creo que sí. Por eso digo que se vive un momento muy complejo en el que por un lado, a nivel nacional, estás tratando de sacar una senda fiscal y, por otro, para ello requieres del apoyo de un partido que en este momento no está por la labor de investir a Salvador Illa. Por tanto, encajar todas las piezas en un momento como este no es fácil.
¿Que los convergentes hayan sumado sus votos al Partido Popular y a Vox puede ser el principio de una gran amistad que acabe en moción de censura?
No lo creo. Sinceramente, si analizamos el día de ayer [la entrevista tuvo lugar el miércoles y, por tanto, se refiere al martes] hubo muchísimas votaciones y en muchas hubo una coincidencia de lo que se llama la mayoría de la investidura. Hubo un 178 a 171 en algunas votaciones a favor del Gobierno y en la ley de extranjería y en la senda de déficit fue donde se produjo esa mayoría a la inversa.
Creo que Junts seguirá adelante y votará según le convenga en cada momento. Me resultaría muy sorprendente que un partido que está con la amnistía pendiente de implementarse y que tiene enfrente al Partido Popular y Vox, que se oponen con uñas y dientes al desarrollo de la amnistía, se echaran en brazos de Abascal y de Feijóo. Quiero creer que eso no va a suceder.
“La derecha catalana no es la española”
Al fin y al cabo forman parte del mismo bloque ideológico. ¿El Gobierno todavía no se ha enterado de que Junts no es mayoría progresista?
Bueno, con matices. No es lo mismo la derecha catalana. En esto y en otros aspectos tienen coincidencias, claro, pero hay algunas que no y que tienen que ver con la visión de la democracia que tiene la derecha española, que no es coincidente con la de la derecha catalana. No creo que estemos en un escenario en el que las similitudes se impongan a las diferencias, que son muy grandes.
¿No ve entonces una pinza PP-Junts en adelante?
Sinceramente, no la veo. No me cabe en la cabeza.
¿Y el Gobierno tiene un plan B para aprobar esa senda de estabilidad en el corto plazo?
No, no hay plan B porque requiere de una mayoría parlamentaria. El único plan B es encontrar una ocasión más propicia, dialogar y buscar un momento mejor. Yo creo que es el único plan B posible.
¿Quiere decir que el Gobierno no ha negociado lo suficiente con sus socios parlamentarios?
Es una cuestión más de circunstancias. Hay una imagen muy potente que parece presagiar un acuerdo próximo para que haya un gobierno en Catalunya y eso probablemente lo dificulte, por la razón que sea. Tampoco soy yo el estratega de Junts. No sé qué es lo que piensan ellos, pero quizá estén en la clave de que quieren marcar diferencias. Marcar distancias en este momento para no aparecer como avalistas de un gobierno hipotético de Illa.
El caso es que el Gobierno, después del superpleno del martes, se va de vacaciones sin poner la primera piedra para esos presupuestos y con dos derrotas parlamentarias
El Gobierno se va de vacaciones con casi 22 millones de afiliados a la Seguridad Social, con un país que crece cinco veces lo que la media europea, con más dignidad para los trabajadores y trabajadoras y con buenos acuerdos en muchos ámbitos. Ayer licitamos 700 millones de euros de infraestructuras, casi 500 para el corredor Mediterráneo. En fin. El Gobierno está gobernando todos los días y con el mejor aval que puede presentar ante la sociedad, que es crecimiento económico, riqueza y reparto de la riqueza. Un país que avanza.
Somos en este momento un país al que mira todo el mundo y eso es un gran mérito de este Gobierno. Esto no ha pasado por azar. No hemos vivido un contexto de seis años con el viento a favor. Hemos tenido una pandemia que nos paralizó prácticamente la economía durante más de año y medio. Hemos tenido y seguimos teniendo el escenario de la guerra de Ucrania. Tuvimos el problema en La Palma con el volcán. En fin, no se puede decir que sea un Gobierno que lo ha tenido fácil, pero ha tomado buenas decisiones, como la de pelear los fondos europeos y por un modelo energético propio. En fin, decisiones que al final han tenido una traducción para un país que avanza y, luego, decisiones también en materia de solidaridad, como elevar el salario mínimo, la revalorización de las pensiones o dignificar la situación de los trabajadores.
Este es un Gobierno que se va de vacaciones con los deberes hechos y con la misión cumplida. A lo mejor quienes no han hecho los deberes son otros y serán los que tengan que dar explicaciones.
Que Illa sea presidente de la Generalitat, algo que los socialistas esperan para las próximas semanas, ¿es un problema para el Gobierno de Pedro Sánchez?
En absoluto. Que Illa sea presidente de la Generalitat es magnífico para Catalunya y todo lo que sea bueno para Catalunya es bueno para el conjunto de España, y más después de los años de los que venimos. También es bueno para el Gobierno de Sánchez, que ha apostado claramente por poner el reloj de Catalunya en marcha de nuevo.
Por tanto, que Catalunya se encamine hacia una etapa en la que se centre en los problemas reales, en resolver la situación cotidiana y en avanzar es buenísimo porque dejamos atrás unos años de impasse en los que la atención ha estado mucho más centrada en cuestiones que eran imposibles y que, además, han paralizado en muchos aspectos el desarrollo de Catalunya. Por tanto, es buenísimo para este Gobierno que Catalunya eche a andar.
Antes sugería que a Junts le interesa mantener el apoyo a Sánchez porque la amnistía está pendiente de aplicación. ¿No cree que para los de Puigdemont sería más sencillo con un gobierno del Partido Popular, dada la connivencia demostrada en estos años entre el Poder Judicial y la derecha política?
A mí, de entrada, me cuesta mucho creer que la derecha vaya a ser mejor a la hora de aplicar la ley de amnistía cuando se está planteando recurrirla ante el Tribunal Constitucional.
Quienes aplican la ley son los jueces, no los gobiernos.
Ah, bueno, la derecha judicial, digamos. Bueno, depende, habrá de todo en la judicatura a la hora de aplicar la ley de amnistía, ¿no? En todo caso, lo que creo es que a poca memoria que tenga, Junts debe desligar esa conveniencia de lo que ha estado viviendo en estos dos últimos años. En fin, solo hay que repasar las manifestaciones, las permanentes agresiones verbales por parte del Partido Popular hacia todo lo que tuviera que ver con dar este paso en beneficio de la convivencia.
Yo no sé cómo le explicaría Junts a su electorado que prefiere un gobierno formado por gente que hasta hace dos días se manifestaba en la calle para que ellos no tuvieran o no tuvieran la posibilidad del perdón que supone la amnistía. Me cuesta creerlo porque yo creo, sobre todo, en la buena fe y me resulta un poco maquiavélico y mezquino que se puedan manejar ese tipo de escenarios.
PP y Junts no son xenófobos, sino tácticos
Es difícil creer en la buena fe de la política cuando el martes también se rechazó, con los votos de PP y Junts, la reforma de la ley de extranjería que iba a dar solución a la acogida de 6.000 migrantes menores. ¿Si, como dice el PSOE, el Partido Popular es un partido xenófobo, Junts también lo es?
En este tema en concreto me vas a permitir que ponga el foco exclusivamente en el Partido Popular. Tiene un discurso en Canarias, un discurso en Ceuta y en Melilla y otros diferentes en el resto de España. Y eso no puede ser en un partido de Estado. Yo puedo entender que un partido territorial no se sume al juego de la solidaridad, pero lo que no puedo entender es que lo haga el Partido Popular cuando gobierna en comunidades autónomas y en ciudades autónomas en las que se produce la entrada de inmigrantes y en las que sí, ahí sí se puede convertir la inmigración en un problema si no la gestionamos como una oportunidad.
Sinceramente, tengo que decir que se pone de manifiesto la falta de grandeza política del Partido Popular porque un partido que es grande y que ve su país como algo grande –casi 50 millones de habitantes y la cuarta economía del euro– no puede plantear como un problema la llegada de inmigrantes menores. Lo que demuestra es lo pequeño que es el Partido Popular como partido de Estado porque la migración no es un problema, es un desafío. Y una sociedad grande, moderna, que cree en sí misma, hace frente a los desafíos y los convierte en oportunidades, no en problemas.
La migración es un problema si no la gestionamos adecuadamente, si les dejamos a los canarios a su suerte y a la gente de Ceuta y Melilla y a los lugares en los que hoy se convierten en punto de entrada por su ubicación geográfica. Si somos capaces de gestionarla de una manera ordenada, si esos menores que vienen los adaptamos a nuestra sociedad… Vengo de una comunidad autónoma en la que ahora, a día de hoy, casi 20 de cada 100 niños nacidos en Castilla y León son de madres extranjeras. Y aún así sufrimos una auténtica sangría demográfica. ¿Qué sería de Castilla y León sin la migración? La migración es necesaria. Esto es incuestionable. Para un continente envejecido como es la Unión Europea y que tienen problemas en muchos sectores industriales, turísticos, etcétera, necesitamos que lleguen trabajadores a nuestro país.
Lo que no entiendo es el doble rasero a la hora de juzgar la posición del Partido Popular con la de Junts porque, al fin y al cabo, ustedes acordaron la estabilidad de esta legislatura con un socio que se llama Junts y, sin embargo, han acumulado en un año 32 derrotas parlamentarias, en ocasiones por la posición de sus socios.
Hubo un acuerdo de investidura y habrá a lo largo del mandato ocasiones en las que nos apoyen y otras en las que no lo hagan, como sucede en este momento, porque, insisto, la situación es muy compleja. Pero sí es verdad que en este punto concreto se produce eso que hablábamos antes de las coincidencias ideológicas. En este caso, tristemente, hay una coincidencia ideológica entre el Partido Popular, Vox y Junts.
¿Los tres partidos son xenófobos?
Yo creo que en la aversión hacia la inmigración hay distintas razones. Hay un caso de xenofobia muy claro por parte de Vox. Y luego hay partidos que quizá lo que tienen es cierta cobardía a la hora de afrontar el fenómeno migratorio, además de poca altura de miras. Yo no creo que en estos dos casos se trate de xenofobia, sino quizá de tacticismo político. Junts tiene el problema de que le está surgiendo una extrema derecha en Catalunya, básicamente racista y muy similar a Vox, y trata de defenderse por ese flanco, lo mismo que está haciendo el Partido Popular.
A mi juicio se equivocan porque de esta manera lo único que hacen es dar la razón en parte al discurso xenófobo que hace Vox o que hace Alianza Catalana. Entonces, creo que que deberían asumir un rol más acorde con lo que dicen que son, que son derechas, moderadas, democráticas, europeístas, avanzadas… Esas derechas deberían estar codo con codo con los partidos socialdemócratas en la gestión de la inmigración de una manera inteligente y sensata y no perder de vista en ningún momento que la solidaridad es muy importante.
Antes me decía que no había un plan B para probar la senda de estabilidad, ¿lo tienen para la reforma de la ley de extranjería? Para convalidar un decreto necesitan la misma mayoría que este martes no sumaron en el Congreso de los Diputados.
Vamos a darnos un tiempo. Creo que el Partido Popular tiene que explicar de entrada ahora mismo en Canarias por qué adopta esta posición y que el gobierno canario, el señor Clavijo, debe tomar una decisión. ¿Puede seguir gobernando con un partido que le está diciendo a los canarios ahí os quedáis y vosotros os las arregláis con la llegada de inmigrantes a vuestra tierra?
¿Está sugiriendo la ruptura del Gobierno canario? En Madrid ustedes no tienen la mayoría suficiente, aunque cambiara allí el signo de gobierno.
No es la solución, pero creo que es la consecuencia inmediata más lógica con relación a lo que sucedió ayer [por el martes].
¿Espera que eso pueda ocurrir?
Vamos a verlo. La posición en este momento del presidente de Canarias es muy difícil.
Los bulos inoculan veneno en las conciencias
¿El problema de este gobierno son los bulos o los socios parlamentarios?
Los socios parlamentarios no son en ningún caso un problema. Tienen su propia identidad, responden ante las personas que les han votado y en unas ocasiones estaremos de acuerdo y en otras no. No considero que sean un problema.
Los bulos sí son un problema, no para el Gobierno, sino para nuestra sociedad porque el bulo envenena a la sociedad. Y ojo con lo que está sucediendo, porque ese veneno acaba inoculado en la conciencia de la gente y nos lleva a situaciones muy complicadas.
Y, para combatir esos bulos, ¿por qué el Gobierno no ha sido capaz de ir más allá de lo que propone la Unión Europea respecto a la desinformación?
Bueno, vamos a verlo. Yo creo que el otoño es una oportunidad para empezar. Estamos ya empezando a dialogar con los grupos, buscar soluciones, poner negro sobre blanco y acordar unas medidas detalladas que nos ayuden a luchar contra los bulos. Mejor, incluso si es posible, que lo que nos facilita o nos garantiza la legislación europea.
¿Habrá más medidas además de las ya anunciadas por Pedro Sánchez?
Espero que sí.
¿Se le ocurre alguna? Usted mismo ha sido víctima de algunos bulos.
Mis ideas ahora las estoy trasladando y creo que es importante que se trabaje en varios ámbitos. El derecho al honor en este país está prácticamente abocado a una vía muerta, sobre todo en el caso de los políticos. Esto tiene su explicación: veníamos de 40 años de dictadura en la que la libertad de expresión fue un derecho inexistente, y fuimos a una democracia, en la que se produce ese efecto pendular de vamos a compensar esa falta de derecho a la libertad de expresión de 40 años y convertir la libertad de expresión en una especie de derecho sacrosanto que se impone sobre cualquier otro. Y eso ha arrumbado sobre el derecho al honor, a la intimidad y a la propia imagen de algunas personas.
¿Está planteando poner límites a la libertad de expresión?
Claro, la libertad de expresión, como ninguna libertad, no es ilimitada.
Los límites siempre han estado en el Código Penal
Yo no hablo solo de límites sustantivos. Por ejemplo, a nivel de procedimientos, el de defensa del derecho al honor es ahora mismo ineficaz. O sea, vivimos en un mundo que va muy rápido y cuando uno obtiene un resarcimiento en relación con el derecho al honor, pues han pasado tres, cuatro o cinco años hasta que llega la sentencia. ¿Y qué? ¿De qué sirve si durante el camino te han destrozado completamente? Eso no puede pasar. Creo que tenemos que entrar en los procedimientos.
Hay unos delitos que sobre todo se producen en el ámbito cibernético, en el ámbito informático, para los que tenemos que preparar a nuestros tribunales, igual que llevamos tiempo preparándolos en otras materias que hace 20 años no teníamos, cómo la violencia de género o la igualdad.
El Gobierno no anunció ninguna medida que afectara al ámbito judicial.
Creo que anunció un marco de actuación. Las medidas concretas ahora hay que pactarlas, y negociarlas con los grupos, pero sí anunció un marco no en el que caben este tipo de de medidas.
No a una cuestión de confianza
¿Debería el presidente del Gobierno someterse a una cuestión de confianza tras la falta de apoyos parlamentarios y la judicialización de la actividad profesional de su esposa?
Sinceramente, no lo creo. Tenemos una situación parlamentaria compleja, fragmentada, lo que deriva en que hay situaciones en las que se ganan votaciones y se pierden votaciones. Este es el Parlamento que tenemos. Pero lo veo menos aún en relación con la judicialización de la vida profesional de la mujer del presidente del Gobierno.
Más allá de la estrategia de la derecha hay un consenso muy amplio en todo el arco parlamentario, que no tiene que ver con PP y Vox. Es una estrategia sin base real ninguna y que, por tanto, no tiene una relación directa con lo que la mujer del presidente del Gobierno haya hecho en su vida profesional, sino que tiene exclusivamente un fin político que es erosionar al presidente del Gobierno: acosarle, llevarle a la desesperación y llevarle a la situación en la que estuvo antes de esos cinco días que se tomó para reflexionar.
Además del PP, también Podemos ha dado por enterrada esta legislatura. Y respecto a la actividad profesional de la mujer del presidente del Gobierno, alguno de sus socios, como el PNV, ha cuestionado algunos comportamientos de Begoña Gómez.
Que el PP y Vox den por muerta la legislatura no es nuevo, sino una estrategia desplegada desde que Pedro Sánchez ganó la moción de censura. ¡Pero si llevamos seis años en una situación para el Partido Popular de interinidad, de provisionalidad! ¡Bendita provisionalidad lo bien que le ha ido a este país en estos seis años!
Pensemos en la alternativa si hubiera gobernado la derecha en este país en estos seis años: en la pandemia no hubiera habido ERTES, la gente se hubiera ido a la calle porque esa era su doctrina y hubiéramos tenido que reconstruir el país desde las cenizas cuando hubiera pasado la pandemia. Y eso no sucedió. En este país el salario mínimo seguiría en 700 y pico euros. Las pensiones habrían subido el 0,25%, no el 8,5% como el año pasado. Eso es lo que le ha sucedido a España en este periodo de interinidad, de provisionalidad en la que nos ha metido el Partido Popular más por deseos que por realidad.
En el caso de Podemos, ellos sabrán la estrategia que siguen. El elector mira, observa y no perdona. Y, hombre, que en este momento Podemos, por el hecho de que haya salido del Gobierno, adopte estrategias que no son constructivas, pues nos retrotraen a las épocas de la división en la izquierda. Que miren a Francia o a otros lugares en los que la izquierda se está uniendo porque la alternativa es muy dañina y nociva. Hay que poner por encima de los intereses, a veces pequeños, una visión un poquito más amplia.
¿Y el PNV? Oiga, que es que la discusión no es en términos estéticos ni éticos, sino en el ámbito penal. No nos engañemos. Si esta discusión no hubiera salido del ámbito ético y estético, cada uno podrá tener su opinión. Yo lo que creo es que en todo este tema se ha inflado un globo sin el más mínimo fundamento. Y, además, es que es un globo que se infla y se desinfla a conveniencia en función de los momentos. Aquí empezamos con el tema de Air Europa y ya se nos ha olvidado. Ya nadie habla de Javier Hidalgo. Oye, toda España ha conocido a Javier Hidalgo. O sea, que entre él y Begoña, urdieron el rescate de Air Europa. ¿Dónde quedó eso? Era gravísimo. Ya no se habla de ello. Luego llegó Barrabés y hasta el monitor de esquí, pero como ese tema ya se ve que no va tampoco a ningún lado porque ya hay dos informes de la Guardia Civil, ahora la Complutense. Esto va por etapas.
A mí lo que se está haciendo me parece tan grosero, tan burdo y tan miserable, que reconducir la discusión a términos éticos o estéticos con lo que estamos viendo me parece totalmente fuera de lugar. O sea, estamos viendo una estrategia de destrucción personal de la familia, del presidente del Gobierno, sin ningún elemento probatorio mínimamente sólido. Eso es lo que es inmoral y muy peligroso para la democracia, porque el mensaje que está mandando la derecha es que está dispuesta a todo con tal de recuperar el poder y que quien desde la izquierda trabaje para que en este país haya más igualdad y para que los poderosos no lo sean tanto, está expuesto a que le hagan en su vida lo que están haciendo con Pedro Sánchez. Y eso me parece terrible para nuestra democracia. Por tanto, hombre, no sé, a mí pues en este caso me parece que hacer ese tipo de afirmaciones es ponerse un poco exquisito con lo que estamos viendo.
¿A qué se refiere?
Estamos hablando de que nos estamos jugando la democracia de este país. Estamos asistiendo a un incumplimiento…
La democracia no estará en juego porque el juez investigue a la esposa del presidente del Gobierno, ¿no?
Depende. Depende de cómo lo haga. Depende de con qué herramientas. Depende de con qué fundamentos. Es decir, si perseguir a la familia del presidente del Gobierno por tierra, mar y aire se convierte en algo de lo que se puede echar mano, porque lo otro no funciona... ¿Por qué están en esta estrategia? Porque la economía va muy bien, a pesar de que ellos han anunciado el apocalipsis, porque el Gobierno gobierna, porque reparte, porque avanza... Claro, es que a un gobierno que gobierna así, pues, está claro que no son capaces de hacerle oposición porque el Gobierno no se termina, por mucho que confundan los deseos con la realidad, ni se va a terminar. Este gobierno va a acabar su mandato. Iremos a elecciones en el año 2027. Que pierdan toda esperanza porque esa es una decisión del presidente del Gobierno, no del señor Feijóo.
El señor Feijóo cree que tiene en su mano decisiones que no le corresponden. Esa desesperación de vivir en una espiral en el que crees que el que está enfrente es un usurpador, que el poder no le corresponde, que está en una situación precaria o de provisionalidad, te lleva a echar mano de todo y eso es lo que estamos viendo. Estamos asistiendo a un incumplimiento del pacto de la Transición clamoroso porque la derecha asumió entonces unas obligaciones que no está cumpliendo.
Explíquese.
La izquierda asumió que no se hiciera justicia con los crímenes del franquismo y hay muchos criminales del franquismo que no fueron juzgados ni condenados. Asumimos que había que pasar página. Y hubo una Ley de Amnistía (la de 1977) que algunos han olvidado, y que creen que era para los rojos. No, esa Ley de Amnistía fue, en parte, para condonar los crímenes que se cometieron durante el franquismo. Nosotros cumplimos con el pacto. Y, además, lo estamos defendiendo. Cumplimos con el pacto de renunciar a nuestra esencia republicana y asumimos que España podía ser una monarquía parlamentaria.
El PP no ha cumplido la parte fundamental que asumió en ese pacto, que es que el poder no le pertenece por derecho, que el poder cambia de manos en función de los votos de los ciudadanos y que hay que respetarlo. Y ese pacto lo está incumpliendo de manera clamorosa, porque es evidente que no está utilizando la violencia, pero está utilizando resortes inadmisibles.
A mí me da vergüenza que un líder de un partido democrático como es Feijóo se sirva de la estrategia de Manos Limpias para socavar al Gobierno de España. Me parece vergonzoso y me parece muy pobre. Pero vamos, insisto que pierdan toda esperanza. El Gobierno va a seguir gobernando y vamos a gobernar hasta que la legislatura se agote o hasta que el presidente del Gobierno considere que debe ponerle fin. No cuando el señor Feijóo diga.
Si Mariano Rajoy debió dimitir cuando fue llamado a declarar como testigo en el caso Gürtel, ¿por qué Pedro Sánchez no tiene que aplicar en 2024 esa doctrina que él mismo explicitó en 2017?
Las comparaciones son odiosas, pero es que en este caso lo son más. La complejidad de los procedimientos judiciales es tal que no se pueden comparar situaciones. Mariano Rajoy compareció como testigo en tramas de corrupción generalizadas en su partido, que sorprendentemente nunca llegaron a él. ¿Cómo es posible? ¿Alguien se ha hecho esa pregunta alguna vez? ¿Cómo es posible que Mariano Rajoy declarara como testigo en la trama Gürtel? O sea, ¿el presidente del Partido Popular no sabía lo que hacía su contable? ¿M. Rajoy no coincidía con la figura del presidente del Gobierno? ¡Fue una suerte tremenda! ¿No sabía lo que se movía bajo sus pies en su partido? ¿No era responsable de al menos las decisiones que se tomaban? Lo lógico es que se hubiera marchado. Pero es que, además, en sus comparecencias como testigo se producen en momentos procesales en los que en la causa hay un una catarata de pruebas de la existencia de la corrupción, incluida la declaración de su propio contable.
¿Qué pruebas hay en el caso de Begoña Gómez? ¿Por qué se llama al presidente a declarar en esta fase procesal? ¿Qué pruebas existen? No hay pruebas. En el caso de Air Europa ya le han dicho al juez que nada. En el caso de Barrabés ha declarado Barrabés y ahora le llaman a declarar como investigado. Y eso ya de entrada es una nulidad de libro. No hay por donde cogerlo. Pongamos las cosas en su justo término. Es que al presidente del Gobierno se le está pidiendo que declare en calidad de testigo en una causa que está muchos más forzada. No hay ningún jurista serio en este país que defienda en rigor la investigación que se está siguiendo en relación con Begoña Gómez. No lo hay.
Para que la mujer del César además de honrada, lo parezca, ¿hay que regular la figura de la esposa del presidente del Gobierno?
No sé si hace falta una regulación, pero insisto, es que son planos de discusión distintos. Me niego, como consecuencia de esta cacería, a entrar en ese plano. Si eso es lo que se hubiera planteado, es decir, si no se hubieran dado los pasos que se han dado, pues a lo mejor podríamos tener esa discusión y sería hasta bueno y lógico tenerla.
Pero el problema es que esa discusión se produce como consecuencia de una denuncia de Manos Limpias, con unos recortes de prensa, de un procedimiento que va variando en función de la desaparición de los indicios. Es una investigación prospectiva de libro. A uno no le pueden llevar al juzgado y decir 'investigue usted sobre ese señor'. ¿Sobre qué en concreto? 'Sobre todo'. 'Busque usted todo lo que haya podido hacer a ver si encuentra algún delito'. Eso no puede ser. A alguien le tienen que llevar al juzgado de lo Penal con una acusación concreta. Cuando se ve que no tiene base, uno no puede llegar y decir 'pues ahora bifurcamos'. ¿Qué tiene que ver la Complutense con Barrabés y con Air Europa? La única relación que hay entre esos tres asuntos es que está la mujer del presidente. ¿Pero dónde está la conexión? No la hay. No existe.
Lo que parece que no se va a poder evitar es que Peinado tome declaración al presidente del Gobierno. La duda es si va a ser por escrito o va a poder grabar como pretende.
El Gobierno hoy [por este miércoles] ha presentado un escrito. Es una reacción lógica para decir al juez: 'Oiga, yo voy a declarar como la ley dice que debo declarar, que es por escrito'. ¿Por qué? Porque si lo que se va a preguntar no tiene que ver con su condición de presidente del Gobierno el tipo delictivo que se ha elegido no tiene sentido. ¿O él influye como Pedro Sánchez? ¿O sea, si hay tráfico de influencias, es como Pedro Sánchez el hombre o es Pedro Sánchez el presidente? ¿Parece claro, no? Si es Pedro Sánchez el presidente tiene que declarar por escrito si quiere.
Y hay otra doble circunstancia que es que concurre sobre una causa que afecta a su mujer y, por tanto, está amparado por la ley a no declarar si no quiere. Es un viaje a ninguna parte, como muchos de los que está emprendiendo el señor Peinado. Tiene un propósito claro que es entrar en la Moncloa y grabar al presidente del Gobierno declarando en una causa penal, aunque sea en condición de testigo. Eso es lo que pretende el juez instructor y es una más de las muchas que estamos viendo que nos llevan a la conclusión de que la instrucción no está siendo una instrucción imparcial ni rigurosa.
Si la instrucción del juez Peinado, como ha dicho el Ministro de Justicia, es una persecución cruel e inhumana y es más una causa política que judicial, ¿por qué no se ha presentado una querella por prevaricación?
Esa es una respuesta que yo no puedo dar. Eso hay que preguntárselo a él.
¿Usted la hubiera presentado?
Bueno, lo que yo hubiera hecho o no forma parte de mi carácter y mi personalidad. Cada uno tiene el suyo. Pero lo que sí digo es que una querella en este momento no paralizaría la situación. Fíjate así qué fácil sería apartar a los jueces de las causas. Eso no sirve en nuestro procedimiento, afortunadamente. Pero que nadie descarte nada. En fin, las vías están.
¿Qué quiere decir?
Que lo pueden hacer. Es decir, tiempo al tiempo. Vamos a dar tiempo al tiempo.
Con un Consejo General del Poder Judicial renovado, ¿Peinado hubiera escapado de un expediente disciplinario?
Vamos a ver qué se produce con el tiempo. Pero yo no creo que sea una cuestión del Consejo General del Poder Judicial. Este es un discurso muy de Podemos.
Supongo que cuando un juez se extralimita, hay mecanismos para pararle.
La memoria es muy frágil. Pero yo recuerdo el caso de nuestro candidato en Galicia, de José Ramón Gómez Besteiro. Estuvo siete años bloqueado y cinco años declarado el secreto de sumario. A esa jueza la expedientó el Consejo General del Poder Judicial. El problema es cuáles fueron las consecuencias. Pues, muy livianas. Fue una especie de exilio. La mandaron a otro juzgado. ¿A hacer qué? ¿Lo mismo que había estado haciendo en el juzgado de Lugo?
En fin, yo creo que en este aspecto probablemente haya que tomar decisiones porque la Justicia es algo muy serio que afecta a la esencia de la vida de las personas. Y cuando hay extralimitaciones de ese calibre, pues las consecuencias quizá deberían ser otras. Siete años tuvo a Besteiro en el congelador con imputaciones que luego se archivaron. Es que ni siquiera llegaron a juicio. ¿Es esto factible? ¿Es esto lógico? Pues este caso tiene algunos ingredientes muy similares.
Ayer se cumplió un año de las últimas elecciones. ¿Usted cree que no se recuerda un momento político más polarizado al actual? ¿Cómo y por qué hemos llegado hasta aquí?
La raíz última es la concepción patrimonialista del poder que tiene la derecha. Cuando la derecha está en el poder, se baja el diapasón de la crispación enormemente porque la izquierda acepta los resultados. La derecha asume las riendas del país porque le corresponde. Bueno, ahí obviamente hay crisis, hay circunstancias, pero no hay un cuestionamiento de la legitimidad del que gobierna.
En el caso nuestro, ese cuestionamiento se produce desde la victoria de 2004 de Zapatero. Bueno, yo diría más, se produce desde la victoria de 1993 de Felipe González. Recordamos esos tres años que vivimos del 93 al 96, que fueron absolutamente insufribles. Después, la victoria de Zapatero y hoy, en 2024, es la tónica general. Cuando, además, la derecha, lejos de construir una alternativa y un proyecto de país que sea reconocible, utiliza todos los resortes que tiene, mediáticos, económicos e incluso judiciales, para intentar socavar al que está en el gobierno.
Me sorprende que el Partido Popular no sea consciente del daño para la democracia que esto supone. Porque, claro, hay gente en medios de comunicación pintando al presidente del Gobierno y a algunos de los ministros como demonios con cuernos y con rabo. Al final, esto a lo único que conduce es a un deterioro enorme del propio sistema que tendremos que pagar todos al final.
El Partido Popular no se va a librar. ¿O qué? ¿Piensa que Se Acabó la Fiesta va a dejarles al margen? No, ya les está poniendo en el disparadero con métodos absolutamente inadmisibles. Entonces, esto a mí me parece, por parte del Partido Popular, una profunda irresponsabilidad. Uno tiene que llegar al poder con un poco más de fair play. No puede ser que valga absolutamente todo.
Tres cuestiones que tienen que ver con su cartera y acabamos. ¿Qué soluciones hay para los retrasos en las Cercanías que se han triplicado en los últimos diez años y no hay un sólo día en el que no haya incidencias?
Vayamos al diagnóstico. ¿Hay incidencias en Cercanías? Sí. ¿Nuestra red ferroviaria tanto de Cercanías como de media distancia y de alta velocidad, es una red que tiene unos índices de incidencias superiores a los de los países de nuestro entorno?. No. Somos el sexto país de la Unión Europea –no lo digo yo, sino la propia UE– con mejor tasa de puntualidad. Pero es que los cinco países que nos superan son muy pequeñitos, tienen una red ferroviaria muy pequeñita. Si nos comparamos con Francia, Alemania o Italia nuestro servicio ferroviario es mucho mejor, es muy superior en tasa de puntualidad.
Dicho esto, es verdad que en Cercanías Madrid se están incrementando los incidentes en la última década. ¿Por qué? Sobre todo porque venimos de una época en la que no se invirtió un céntimo. Desde 2008 no entra un tren de Cercanías nuevo en nuestro país y han pasado 16 años. Desde 2010 hasta la llegada de los 106 de Talgo en estos últimos días hemos estado 14 años sin incorporar un solo tren de larga distancia o de media distancia a nuestra flota. Todo ello unido a que tenemos una red ferroviaria que necesita renovarse, con sistemas de seguridad obsoletos que tenemos que mejorar y con mejora de la propia infraestructura, nos lleva a una situación en la que estamos haciendo frente.
Hemos hecho la mayor compra de trenes de la historia de Renfe, 500 trenes, que va a empezar a dar sus frutos porque están empezando a llegar. En Cercanías en Madrid o en Rodalies Catalunya, estamos haciendo una inversión enorme en estaciones, túneles y nuevas vías y eso lo estamos haciendo coexistir con la prestación del servicio.
Vamos a pasar un tiempo de problemas, de incidencias, pero son coyunturales Y los beneficios serán definitivos, es decir, tendremos una red renovada, una flota renovada, mejores estaciones, más modernas, con más capacidad, con mejor accesibilidad y por tanto, cuando este periodo pase tendremos un mejor servicio. Pero como dicen por ahí, no se pueden hacer tortillas sin romper huevos, y lamentablemente estamos en ese momento.
Sin comentarios sobre la OPA húngara a Talgo
¿Hay alguna novedad respecto al conflicto de Ouigo por los precios bajos en los billetes?
No, es un tema que está en manos de Renfe y que están analizando sus servicios jurídicos. Seguirá los cauces que ellos tienen determinados y ya está.
También hemos conocido una carta de Talgo al Gobierno que dice que el bloqueo de la OPA húngara va a causar graves problemas financieros y de viabilidad a la empresa.
En este tema me vas a permitir que no haga ningún tipo de declaración. Es un tema tremendamente delicado. Cuando llegue el momento, que llegará, algún día hablaremos largo y tendido.
Pues es raro que usted no quiera hacer declaración sobre algo.
Se han puesto en mi boca palabras que yo no he dicho y reto a cualquiera a que busque dónde están esas palabras mías. En esto tengo que ser forzosamente prudente porque es un tema muy delicado. Es un tema muy complejo, con muchas aristas y cuando llegue el momento hablaremos, porque de este tema yo creo que va a haber mucho que hablar, pero no es el momento. Ahora lo lógico es que las decisiones se tomen con el máximo rigor, con todo el fundamento posible y que se trabaje con discreción y reserva. Porque insisto, son temas desde todos los puntos de vista muy delicados.
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