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Las direcciones del PCE y del PCM chocan por el resultado del 28A y la entrada de Unidas Podemos en el Gobierno

Los resultados de las elecciones generales del 28 de abril han avivado las diferencias entre la dirección del PCE y del partido en Madrid (PCM). La estrategia de unos y otros han sido divergentes y solo un golpe de mano de la dirección estatal comunista y de IU logró que la coalición y Podemos firmaran un acuerdo electoral para las autonómicas de Madrid. La campaña del 28A había calmado un conflicto que, de momento, permanece soterrado a la espera de los comicios del 26 de mayo.

Ambas direcciones políticas han aprobado sendos informes, a los que ha tenido acceso eldiario.es, que apuntan a un choque tanto por la relación con Unidas Podemos como por la intención de los de Pablo Iglesias de entrar en un Gobierno de coalición con el PSOE.

El PCE reunió el pasado lunes a su Comisión Política, el órgano intermedio de dirección. En un largo informe se congratula por el resultado del 28A y lo califica de “moderadamente positivo” al permitir cumplir “dos de los objetivos principales” que se había marcado el partido. Primero, “evitar una posible mayoría de gobierno de las tres derechas”. Segundo, impedir “que la ultraderecha franquista tenga un peso determinante en el Congreso”.

“La derecha ha sido derrotada por la movilización de la clase trabajadora”, apunta el informe del partido que dirige Enrique Santiago, que destaca cómo se ha evitado uno de los principales temores de las organizaciones de izquierdas ante lo ocurrido en otros países de Europa. “Por ahora, el voto de la extrema derecha no se alimenta de voto obrero”, concluye.

El PCE, con todo, reconoce la abrupta caída de votos y diputados de Unidas Podemos, 1,5 millones de papeletas y 29 escaños, donde se integra a través de IU. En opinión de los comunistas españoles, entre los motivos principales estaría la “permanente conflictividad interna” de Podemos y la “evidente falta de experiencia en la gestión” de estos conflictos por parte de una organización que, dice, adolece de “cierta inmadurez”. También señala a la ruptura de los acuerdos con los aliados regionales y a las propias crisis internas, con mención expresa a la ruptura de EUiA y al surgimiento de Actúa).

Diferencias sobre Unidas Podemos

El Comité Regional del PCM, sin embargo, hace un análisis mucho más duro con el resultado de las elecciones generales. En otro informe, este del pasado miércoles, asegura que “el espacio electoral de la izquierda se ha achicado y cotiza a la baja elección tras elección”. Por eso, dice, la dirección madrileña, “no comparte la euforia que se ha detectado” pese a la pérdida de 29 escaños.

En el ámbito madrileño, recuerda el PCM, se han obtenido “los mismos resultados que la IU de 1996, con Julio Anguita”. Entonces, como ahora, se han logrado seis escaños. La diferencia, como señala también el PCE en su informe previo, es que la presencia total de Unidas Podemos en el Congreso “prácticamente dobla el mejor resultado del PCE y de IU”, que fue precisamente en ese 1996 en el que el PP de José María Aznar alcanzó el Gobierno.

En el PCM que lidera Álvaro Aguilera creen que “las falsas expectativas sobre Vox” fueron las que frenaron “la hemorragia de voto” y y no al revés, como apunta el PCE. El Comité Regional apunta a que “el actual modelo de unidad de agotará con el fin del ciclo electoral” y reclama “iniciar un debate trascendental para la reconfiguración de la izquierda en los próximos cuatro años”.

Pero ni el PCE ni la dirección federal de IU renuncia a la alianza estratégica con Podemos. En una reciente entrevista con eldiario.es lo defendió Alberto Garzón: “La unidad política [con Podemos] no solo es necesaria, sino que es irreversible e irrevocable”.

Una tesis que defiende el principal partido de IU en su informe del 5 de mayo. Aunque también apuntan a repensar el espacio político, en ningún momento pone en duda su pervivencia. “Deberemos incrementar nuestra influencia y la de IU en el espacio Unidas Podemos y en el futuro espacio que resulte de la reestructuración de la izquierda trasformadora que debemos impulsar a partir de junio”. Para el PCE, el 28A demuestra que “la unidad ha sido premiada por los electores”.

El PCM, así como parte de IU Madrid, han sido muy beligerantes con la alianza electoral con Podemos. En la región, solo en el último momento y tras muchas presiones de las direcciones estatales se logró un acuerdo endeble que deberá ser revisado tras el 26M.

En su informe, los comunistas madrileños aseguran: “La actitud de la dirección federal de IU y del Comité Central del PCE en las negociaciones regionales de Madrid (que ahora mismo nos abstenemos de calificar) ha generado cierta desmotivación entre la militancia de partido e IU”. E insisten después: “Entendemos que es precisa una profunda autocrítica al respecto por parte de los aparatos federal y central de IU y el PCE”.

El PCM zanja: “La unidad con Podemos es cada vez más artificial y menos creíble por abajo, lo que contrasta con el entusiasmo (esperamos que impostado) de los dirigentes estatales en presentarlo como algo irreversible”.

¿Gobierno de coalición o apoyo externo?

Otro de los puntos de discordia es la gestión que debe hacer Unidas Podemos del resultado del 28A y, en concreto, qué hacer con los 42 diputados obtenidos.

En el PCE reconocen una “correlación de fuerzas desfavorable” para que una “opción rupturista” se imponga a otras “opción restauradora o reformista”. “Se trata por tanto de evitar en primera instancia un posible acuerdo entre el PSOE y C's”, añade. Y zanja: “Nuestra tarea es garantizar al menos que no se produzca un cierre en clave autoritaria o en clave reformista”.

El partido que lidera Enrique Santiago apunta a dos opciones: el Gobierno de coalición que quiere Podemos o el apoyo programático desde el Congreso. “Para tener éxito en la conformación de un gobierno de izquierdas, o para garantizar que a consecuencia de acuerdos parlamentarios el gobierno del Estado haga políticas de izquierdas, es necesario un movimiento popular organizado en la calle que exija dicho gobierno de izquierdas, los vigile si llegara a formarse y le exija que las políticas que realice sean de izquierdas”, señala el PCE.

La organización asegura que “cuando la izquierda transformadora alcanza acuerdos de gobierno con la socialdemocracia, es esta última la que suele rentabilizar electoralmente el giro social y a la izquierda de las políticas realizadas” y que “cuando es la socialdemocracia la que gobierna en solitario con el apoyo parlamentario de la izquierda transformadora, también suele debilitarse esta última”. Como ejemplo, se señala el reciente Gobierno de Pedro Sánchez o lo ocurrido en Portugal.

“Previsiblemente vamos a tener que dar apoyo a un gobierno de España del PSOE, si no queremos un adelanto electoral -del el que apareceríamos como responsables”, dice el informe del PCE recordando lo ocurrido en 2016, “o si no queremos un gobierno de la socialdemocracia con acuerdos con la derecha, es decir, para realizar políticas neoliberales contrarias a los intereses de la clase trabajadora”, añade en referencia a Ciudadanos.

El PCE deja el debate abierto y solo insiste en la necesidad de evitar una alianza del PSOE con Ciudadanos. Pero el PCM lo tiene más claro y considera, como ya ha hecho el sector Anticapitalista de Podemos, “que es completamente errónea la estrategia de buscar acomodo en el gobierno del PSOE por parte de UP-IU”. “Instamos a la dirección del PCE y a la dirección federal de IU a desmarcarse de esa senda para poner encima de la mesa elementos programáticos sobre los que articular una posible investidura del gobierno de Sánchez”, zanja.