La tensión política se traslada al desfile del 12-O: pitadas y gritos de “fuera, fuera” a Pedro Sánchez
La tensión política se ha trasladado al desfile del 12 de octubre. El presidente del Gobierno se ha estrenado en este acto con una sonora bienvenida. Pedro Sánchez ha sido recibido entre pitidos, gritos de “fuera, fuera” y cánticos de “elecciones”. Los abucheos han protagonizado este evento que se ha visto reducido ya que la amenaza constante de lluvia a lo largo de la mañana no ha permitido que se realice el desfile aéreo.
En cuanto Sánchez ha salido del coche oficial y ha pisado el Paseo del Prado la bienvenida ha sido sonora. Pocos asistentes, que se encontraban en las tribunas y no en la calle, han reprobado estos gritos. Aprovechando cada parón entre los actos que estaban programados, los ciudadanos que se encontraban tras el escenario principal han aprovechado para pedir nuevos comicios. “Sánchez fuera de la Moncloa” y “okupa, okupa”, son otros de los mensajes que han lanzado al Gobierno actual.
Desde primera hora de la mañana, familias y ciudadanos han acudido al Paseo de la Castellana de Madrid para asistir en primera fila en este evento. La mayor parte engalanados con la bandera de España, y también cumpliendo con lo previsto, han estado muy implicados durante el desfile militar, a pesar de las condiciones climatológicas adversas.
A diferencia del presidente del Gobierno, la familia real ha sido recibida entre aplausos y con gritos de “Viva España”. Este mensaje también ha sido utilizado por algunos asistentes para acallar en algunos momentos las peticiones de dimisión. Además de representantes del Gobierno, al acto han acudido la mayor parte de presidentes autonómicos, a excepción de Baleares, Navarra, Euskadi y Catalunya. Así como los líderes del PP y Ciudadanos, Pablo Casado y Albert Rivera. El secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, como ya es habitual, ha rechazado asistir al evento.
Esta edición se celebra en un contexto político muy diferente al de hace un año, que coincidió con la crisis catalana. La foto protocolaria que se realiza anualmente mientras las autoridades escuchan el himno nacional también ha sido muy distinta en la tribuna. De ella han desaparecido Cristina Cifuentes, Mariano Rajoy y María Dolores de Cospedal. De esa imagen solo mantiene el cargo la alcaldesa Manuela Carmena. Junto a ella y a la familia real, este año han posado la ministra actual del ramo, Margarita Robles, el presidente de la Comunidad de Madrid, Ángel Garrido, y Sánchez.
Robles ha sido la primera en recibir pitadas por parte del público. Al entrar al recinto del desfile junto a la ministra Meritxel Batet se han producido las primeras pitadas. Desde primera hora las cuentas oficiales de Twitter de los ministerios y del Ejecutivo han celebrado esta jornada bajo el hashtag #SomosEspaña.
La amenaza constante de lluvia a lo largo de la mañana ha provocado que se cancele el desfile aéreo. En el terrestre, el Ministerio de Defensa ha intentado que las mujeres tengan más visibilidad, a modo de homenaje por el 30 aniversario de su incorporación a las Fuerzas Armadas. Actualmente, el personal femenino solo representa el 12% del total de profesionales de las Fuerzas Armadas. Entre los destacamentos que han desfilado, los legionarios han sido uno de los más vitoreados y aplaudidos.
En este evento han participado 4.000 militares de los tres Ejércitos y 152 vehículos, además de efectivos de la Guardia Civil, de la Policía Nacional, Protección Civil y Salvamento Marítimo. El acto ha estado presidido por los reyes, acompañados por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, los presidentes del Congreso y del Senado, ministros y autoridades militares, autonómicas y locales.
Ricardo Martínez, uno de los asistentes, que se encontraba cerca de la tribuna de autoridades ha explicado a eldiario.es que es la primera vez que viene a ver el desfile. “Me parece espectacular y emocionante. Es más emocionante verlo aquí que en la televisión. Me hubiese gustado verlo al lado del rey”. Este ingeniero asegura que no es uno de los asistentes que ha optado por gritar al presidente del Gobierno porque no “cree que sea el lugar”. “Aunque la gente que lo ha hecho es libre y me parece bien”, ha reseñado.
Por su parte, Inmaculada coincide con Ricardo y no considera que este evento sea “el día ni el momento” para gritar al Gobierno. Aunque esta trabajadora social deja claro que ella también “quiere elecciones ya”. A sus 18 años, Marcos también ha madrugado para ver desfilar a los militares, una costumbre que tenían él y su padre cuando era más pequeño. Este estudiante universitario sí que apoya los abucheos a Sánchez y a Robles, e insiste en la “necesidad” de que se celebren nuevos comicios.
Mari Carmen ha acudido para ver al hijo de una amiga que ha participado en la comitiva y se ha quejado porque los ciudadanos lo ven “muy lejos”. Afirma al ser preguntada si ha pitado al Ejecutivo. “Lo que tenemos ahora mismo no está elegido por los españoles, se ha metido como un okupa en la Moncloa”, justifica esta jubilada.
Según los datos facilitados por el Estado Mayor de la Defensa el coste estimado de este desfile asciende a 423.729 euros. A esto habría que sumarle los 200.539 euros del coste de las gradas y tribunas. En esta edición el presupuesto no se ha visto muy afectado en comparación con el año pasado, en el que se destinó 670.000 euros a este evento.