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Sánchez, a Casado: “Tiene que decidir si abre las puertas a un Gobierno del PP con la ultraderecha o no”

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez en el Congreso en una imagen de archivo. EFE/ Javier Lizón

Irene Castro / Aitor Riveiro

16 de febrero de 2022 09:20 h

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Los resultados de las elecciones en Castilla y León han planeado en el primer cara a cara de Pedro Sánchez y Pablo Casado, aunque ninguno ha presumido especialmente de los resultados, que fueron malos para los socialistas al perder la primera posición y una victoria agridulce para el PP, que queda en manos de un Vox en aumento. El líder de la oposición ha comenzado su pregunta en la sesión de control recordando a Sánchez que ha perdido cuatro de las cinco elecciones que se han celebrado desde que está en Moncloa y, a partir de ahí, ha optado por desviar el tema. El presidente no ha dejado escapar la oportunidad de recordar a Casado su debilidad: “Tiene que decidir si abre las puertas a un Gobierno del PP con la ultraderecha o no. Creó una trampa y ahora está entrampado”.

Sánchez ha pronunciado esas palabras en su turno de réplica, por lo que la cuestión ha quedado sin respuesta. El PP insiste en que pretende gobernar en solitario con apoyos con los partidos provinciales y la abstención de Vox -que lo rechaza- o incluso de los socialistas. “A usted le gustaría que otros partidos le sacaran de esa trampa”, le ha dicho el socialista, que se ha mostrado abierto a hacerlo, consciente de las limitaciones que tiene Casado en esa estrategia. La intención de Moncloa es pasar toda la presión y la responsabilidad al PP.

“Estamos dispuestos a ayudar, pero tiene que pedir ayuda, tiene que explicar el porqué la ultraderecha no puede entrar en los gobiernos y tiene que decir si es para siempre y en todos los territorios”, ha reiterado el presidente en la misma línea que planteó el martes en el Senado. Y así se lo ha repetido posteriormente al portavoz de ERC, Gabriel Rufián, que le ha reprochado que tenga la “tentación” de que “el lobo se coma al PP” en referencia a Vox. “No me alegro del auge de la ultraderecha en mi país, es más, ayer ofrecí la abstención del PSOE al PP en Castilla y León si rompe los acuerdos con la ultraderecha si es para siempre y en todos los territorios del país”.

En el PSOE están convencidos de que Alfonso Fernández Mañueco está abocado a gobernar con la extrema derecha y usarán, además, ese gobierno de coalición de PP y Vox como estrategia de campaña en los siguientes comicios -primero en Andalucía y dentro de quince meses en las municipales y autonómicas- para movilizar a los suyos. Y descartan la abstención gratis para facilitar un gobierno del PP. A pesar del ofrecimiento que Sánchez ha reiterado a Casado, en Moncloa ven “imposible” que el PP acepte esas condiciones.

Casado ha obviado prácticamente el tema de las elecciones en su primer duelo con el presidente tras la pírrica victoria en Castilla y León. Ha aprovechado, eso sí, para recriminar al presidente que haya hecho “trampas con todos los instrumentos del Estado”, entre los que ha citado “el CIS de Tezanos, con el BOE de inversiones públicas a dedo y hasta con los fondos europeos a la carta de los gobiernos socialistas”. También se ha referido al nombramiento en 2020 de la exministra Dolores Delgado como Fiscal General del Estado o incluso de la renovación “sin acuerdo” del Consejo de Estado -donde Sánchez nombró a la exvicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría-. “Se enfrentó al Constitucional por los decretos de alarma y al Supremo cuando le dijo que no podía indultar a los presos separatistas para seguir en el poder. Hasta ha usado este Parlamento para imponer decretazos en contra de la voluntad de la mayoría parlamentaria”, le ha dicho el líder de la oposición, a pesar de que es imposible sacar adelante medidas si no cuenta al menos con más síes que noes en el Congreso.

A partir de ahí, Casado ha vuelto a sacar a ETA al reprochar que “use las instituciones penitenciarias para negociar con un asesino de trece inocentes a cambio de los votos de Bildu para permanecer en La Moncloa”. “¿Cuándo va a dejar de deteriorar las instituciones? ¿Está del lado de las víctimas o de los verdugos?”, ha preguntado Casado.

“No contribuir a degradar las instituciones es contestar con educación y buenas formas a sus insultos e improperios”, le ha contestado Sánchez, que ha reconocido que la “democracia es perfectible”. “Entre todos podemos contribuir a mejorarla. Sería mejor, más sana, más fuerte si ustedes contribuyeran a renovar el Poder Judicial; si no fuera a Bruselas a hablar mal de España; si no usaran tránsfugas para ganar votaciones o arrebatar gobiernos en comunidades autónomas, y no generaran infundios sobre los resultados de las Cortes poniendo en cuestión un informe de un cuerpo independiente, profesional, como el de los letrados o el trabajo de la presidenta del Congreso”, ha respondido Sánchez en referencia a la polémica por la votación de la reforma laboral. El líder del PP ha asegurado que el Poder Judicial se podría renovar “hoy mismo” si el Gobierno acepta que sean los jueces los que elijan su propio órgano de gobierno, algo que los socialistas descartan.

Sánchez, a ERC: “No me da nadie carnés de izquierda y menos ustedes”

También Gabriel Rufián tenía cupo este miércoles para preguntar al presidente y le ha advertido, en línea con lo que hizo el president, Pere Aragonés, de que debe “poner políticas de izquierda sobre la mesa” y afrontar “el conflicto político con Catalunya” si pretende seguir en Moncloa. “Sospechamos que tiene la tentación de pasar la oportunidad de la mesa de negociación, porque así igual nos desgasta”, ha afirmado Rufián: “Quien crea que si la mesa no funciona solo desgasta al independentismo se equivoca, es también un fracaso de la izquierda española. Y cada vez que fracasa la izquierda española a nosotros no nos va mal y, sobre todo, acaba gobernando la derecha o la ultraderecha”. 

La advertencia no ha sentado bien a Sánchez, que ha aprovechado para reprocharle que no apoyara la reforma laboral, y ha subido el tono con el que es uno de sus socios más importante esta legislatura, pese a la ruptura en algunas votaciones puntuales: “A mí no me da nadie carnés de izquierda y menos ustedes”. Sánchez ha arremetido contra Rufián por “decir que la reforma laboral es la que la hubiera pactado Albert Rivera es un insulto a los sindicatos que firmaron ese acuerdo”: “A lo mejor considera que está más a la izquierda que CCOO y UGT, no es mi caso”. No obstante, el presidente ha asegurado que sigue con la “mano tendida” para la mesa de diálogo, que aún no tiene fecha en el horizonte.

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