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Ceremonia final para nueve represaliados del franquismo y tres representantes de la columna minera de Riotinto

Abrazos, recuerdos y seriedad. Así han entrado más de medio centenar de personas en un “día importante” al acto conmemorativo en Camas (Sevilla) para dar un último adiós a nueve represaliados del franquismo (Antonio Barba Blanco ha sido el único de ellos que se ha podido identificar) y a tres miembros de la columna minera de Riotinto de los que se han determinado sus nombres: Policarpo Rodríguez Requejo, Bernardino Díaz Vázquez y Ricardo Caballero Calleja, que fueron traicionados por Queipo de Llano en el barrio de La Pañoleta.

El homenaje póstumo a estos mineros y a estas nueve personas asesinadas por el franquismo ha culminado con el transporte de los cuerpos al mausoleo en el cementerio municipal de Camas. Con música de violines se han ido enterrando uno a uno los restos de estas personas, donde ha habido espacio para el poemario de Miguel Hernández del 'El rayo que no cesa' que una persona ha querido enterrar junto a los cuerpos. La inauguración de la nueva placa donde aparecen los nombres de las personas identificadas se ha destapado al grito de “Viva la República”. Andrés Fernández, arquitecto responsable desde 2012 en llevar a cabo el proyecto de exhumación de estos cuerpos, cree que se ha llevado a cabo “un entierro digno de personas que nunca perdieron por luchar por lo que querían”.

El presidente de la Asociación Andaluza de Memoria Histórica, José Esteban Garrido, ha querido reconocer que “el compromiso del Ayuntamiento hay que valorarlo hoy” y que “es el primer vecino de Camas al que se le va a poner nombre” -refiriéndose a Antonio Barba-. Ha habido un momento especialmente emotivo cuando su nieto, Manuel Muñoz Barba, ha explicado cómo le mataron: huyó de la casa porque una “rata” (policía franquista) lo delató, intentó saltar el arroyo del portugués con una bala en la pierna y cuando saltó se rompió la pierna, situación que aprovecharon para acabar con su vida. “Esto fueron barbaridades que no debieron suceder nunca, pero que por desgracia sucedieron”, ha sentenciado el nieto del represaliado.

Justicia y violencia

El acto ha estado dirigido por Sandra Bedoya, delegada de Cultura de Camas, que ha expuesto que “hoy conocemos la verdad, hoy conocemos lo que sufrieron estas personas y hoy les hacemos justicia”. El alcalde de Nerva, José Antonio Ayala, ha tenido un mensaje crítico con las clases trabajadoras actuales: “La mayoría de las clases trabajadoras piensan que no lo son por tener un poco más de lo básico”. Ha pedido que “echemos la vista atrás” y que no se olvide lo que ocurrió hace 40 años.

Eva Pérez, primera teniente de alcaldía de Camas, ha recordado que “las leyes están para cumplirlas, pero que este Ayuntamiento no ha necesitado una ley” para traer proyectos que velen por la memoria histórica de las personas y las ciudades. Ha añadido que con este acto “sabemos el maltrato y la violencia que han sufrido estas personas, lo que no sabemos es a cuántas mujeres dejaron viudas o a cuántos hijos dejaron huérfanos”.

El diputado de Memoria Democrática de Huelva, Salvador Gómez, se ha considerado “nuevo” en términos de recuperación histórica, pero ha reconocido que “hacen falta actos como este para dar esperanza a las familias que buscan un entierro digno de sus familiares. Pérez ha concluido el acto manifestando que ”hay que defender la libertad con la misma fuerza que lo hicieron ellos“. La paz y tranquilidad llegan a las familias de las personas identificadas que han podido tener un entierro digno, poniendo punto y final a un proyecto que comenzó en 2016 cuando se identificaron cinco de los nueve mineros, pero cuya historia comenzó hace décadas.

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