SEMANA LATIN GRAMMY
Mon Laferte: “A los 40 años no se le acaba la vida a una mujer, más bien comienza”
Monserrat Bustamante Laferte, conocida mundialmente como Mon Laferte (Viña del Mar, 1983), mamó de su madre y de su abuela la creatividad que recorre sus venas. Porque en su casa de Chile “no teníamos dinero”, pero no faltaba el arte (ni el flamenco). De ahí que lo primero que haya hecho nada más aterrizar en Sevilla con motivo de la celebración de los Grammy Latinos haya sido tatuarse una flamenca, como símbolo de la “fuerza” de aquellas mujeres y artistas que la han inspirado a lo largo de su vida. También ella ha sido fuente de inspiración para otras generaciones y por eso la Academia Latina de la Grabación la ha reconocido en su 24 edición con el galardón Leading Ladies of Entertainment.
En su garganta, Mon Laferte encierra la voz de todas las mujeres. Y a todas canta e inspira con su valentía y su capacidad para reinventarse. Tras ganar cuatro Latin Grammys y dos nominaciones a los Grammy, el culmen de esa búsqueda de la identidad que la llevó en 2007 a dejar su Chile natal para empezar una nueva vida en México lo ha alcanzado en su octavo disco Autopoiética. Un álbum que nace de trasladar al terreno artístico el concepto de autopoiesis, acuñado en 1973 por los biólogos chilenos Humberto Maturana y Francisco Varela para nombrar la cualidad intrínseca del ser vivo de producirse y mantenerse a sí mismo. En torno a esa idea que entronca con la reinvención del artista, esta artista “muy chilena y muy mexicana” juega en un universo ecléctico de géneros y estilos musicales que van desde la ópera hasta el dembow, mezclando así todos los mundo que ama para, desde ahí, hablar de los temas que le importan: la migración, la cultura de la cancelación, las redes sociales, la maternidad... En definitiva, para firmar una “declaración de intenciones” a sus 40 años en la que deja claro que Mon Laferte, como la ciudad de Sevilla, es inagotable.
Compositora, productora, artista visual y polifacética, que encierra múltiples voces y se atreve con todo tipo de géneros, desde la ópera, hasta el heavy metal.¿Se puede definir a Mon Laferte sin limitarla?
No, no me define nada (bromea). Yo creo que soy creativa. Es eso. Me definiría así: Soy creativa, me gusta hacer muchas cosas. Siento que, por ejemplo, no separo el ser artista visual o el ser compositora o el ser cantante o lo que sea, o incluso ser cocinera, porque todo lo hago desde mi perspectiva de la creatividad. Me interesa mucho buscarle, darle la vuelta, como ir un poquito más allá.
Acaba de recibir el premio Leading Ladies of Entertainment con el que la Academia pone en valor el trabajo de mujeres profesionales dentro del sector de las artes que han inspirado a la siguiente generación de mujeres líderes. ¿Cómo ha recibido este reconocimiento?
Es lindo. O sea, es emocionante que la Academia considere que soy una mujer líder y que inspiro a las demás. Y eso es como ¡guau! Bueno, gracias. Lo acepto. Me da un poco de pudor, pero es lindo. Supongo que llega un momento en la carrera que sí empiezan a darte este tipo de reconocimiento y es bellísimo. Me encantó también ver a mis compañeras homenajeadas ahí, todas mujeres que llevan muchos años en la industria, súper poderosas. Y ser parte de ese grupo es lindo también. Ellas me inspiran a mí.
Hoy siento que me ven y me respetan como artista. Ha cambiado el mundo, pero creo que estamos todavía en camino
¿Qué mujeres han inspirado a Monserrat Bustamante primero y a Mon Laferte después?
Muchísimas. Yo digo que mis mujeres que me inspiraron más primero son mi madre y mi abuela. Mujeres poderosas que yo me crié sola con ellas. Mi mamá siempre tomando el control de casa de que había que trabajar o por ejemplo, mi mamá, muy creativa, todo el tiempo pintando y remodelando la casa con un peso porque no teníamos dinero, pero ella siempre tenía todo muy lindo y el arte estaba muy presente. Y mi abuela cantando, creando, componiendo. Dos mujeres así, increíbles. Y luego, bueno, un montón de artistas que me inspiraron mucho. Pienso en Violeta Parra, Chavela Vargas, Edith Piaf... Es que son infinitas las mujeres que admiro, que respeto, que me inspiran y que yo veía cuando era niña y decía yo quiero ser como ellas, ¿no? Y que me pasa todavía, todo el tiempo me pasa con compañeras, con colegas. Por ejemplo, ayer me entregó el reconocimiento Kany García que es una mujer que admiro mucho, entonces es algo que pues todo el tiempo pasa y es de nunca acabar.
Al hablar de inspiración, recuerdo una actuación que yo creo que nos ha inspirado a todas, cuando cantó con Vivir Quintana y el coro 'El Palomar' la Canción sin miedo y luego gritando al unísono “ni una más”, ¿cómo recuerda ese momento?
Ay, eso fue maravilloso. El otro día me preguntaban: “¿Qué crees que es lo más importante que has hecho en tu carrera?”, y yo decía: “Yo creo que lo más importante que he hecho en mi carrera fue haber creado ese momento, ese espacio, convivir. A mí me invitaron a cantar en ese concierto en el Zócalo de la Ciudad de México para el 8M y a mí se me ocurrió que la mejor manera de celebrar el día de la mujer era con estos gestos de sororidad, como de espacio para otras mujeres. Y entonces se me ocurrió invitar a Vivir y le dije: ”Escribí una canción, este va a ser tu espacio“. Y ella escribió un himno. O sea, yo pensé que iba a escribir algo potente, pero no me imaginé que iba a escribir algo tan poderoso.Y poder ser parte de eso, yo creo que sí, es lo más importante que he hecho en mi carrera. Porque va más allá de todo. Es un himno, es un fucking himno tan, tan poderoso que nos inspira a todas. En el mundo entero.
Ese canto a la libertad, a la igualdad tan perseguida, tan anhelada, tan reivindicada desde hace tantos años, ¿en qué punto diría que se encuentra en la sociedad en general y en el sector de la música en particular?
Yo creo que estamos avanzando. No diría que hemos llegado a una igualdad y ya somos todos iguales y no importa el género, porque seguimos hablando de esto, ¿no? De hecho, me siguen preguntando: “Tú como mujer en la industria...” Pero siento que estamos muchísimo mejor que hace 20 años. O sea, yo crecí en los 90 y el panorama era súper distinto en aquella época. Recuerdo que siempre era la única mujer en mi grupo, que todavía se me juzgaba mucho por mi apariencia, sigue pasándonos como mujer, pero es menos. El acoso laboral con mis compañeros era muchísimo más. Hoy siento que me ven y me respetan como artista. O sea, sí ha cambiado el mundo. Sí, ha cambiado bastante, pero creo que estamos todavía en camino. Somos niños bebés todavía.
¿Quedan géneros masculinizados en los que las mujeres todavía se ven obligadas a tener que hacerse respetar?
Yo tuve una banda de heavy metal hace algunos años atrás y sí, era muy duro. El comentario era “tocan bien para ser mujeres”. Había que ser como el triple de rudas para demostrar que eras buena. Y yo cantaba unas guturales así, muy fuertes. Y yo decía: “¿Por qué tengo que esforzarme tanto más que este bato?”, ese que tenía al lado, ¿no? O sea, sí, todavía hay algunos géneros donde se les exige más a las mujeres en general. Siento que el regional mexicano también. Son más las figuras masculinas, casi no hay figuras femeninas en el regional mexicano. Pero te diría que a modo general también ha cambiado. Sí hay más espacio. Sí hay una intención de cambiarlo y eso es bueno.
Soy autopoiética porque tengo esa capacidad de reinventarme en cada proyecto
En su caso, no se ha dejado intimidar por ningún género y, de hecho, la valentía, el riesgo que la caracteriza como artista ha culminado en su último álbum, Autopoiética, en el que confluyen diferentes estilos y géneros. ¿Qué significa ser autopoiética?
Ser autopoiética significa tener capacidad para reinventarse. Básicamente porque la autopoiesis es un término de biología acuñado por unos biólogos chilenos y básicamente va de la capacidad que tiene el cuerpo de regenerarse tras una herida. Y yo, llevándolo metafóricamente al arte, digo soy autopoiética porque tengo esa capacidad de reinventarme en cada proyecto, tomar un disco y verlo como una oportunidad para crear un personaje de nuevo. Siempre hago eso en cada disco es un personaje distinto, un personaje que se viste de manera distinta. Es todo un mundo, un universo cada álbum.
Esa reinvención constante la llevó a dejar su Chile natal para empezar de cero en México, ¿en qué punto se encuentra la búsqueda de la identidad de Mon Laferte?
Es muy loco porque me siento muy, muy chilena, muy mexicana y también me siento un poco de todas partes del mundo. Vivimos en un mundo súper globalizado y entonces creo que después de tanto viaje también he aprendido a crear como mi pedacito, mi casa en cualquier lugar del mundo en donde esté. Y también mi identidad es mi gente, mis amigos, mi entorno. Entonces esos amigos y ese entorno también están en todas partes, a donde vaya. ¿Es muy loco porque de verdad me junto con mi equipo y hacemos grupitos y es como familia. Es muy loco eso. Entonces he aprendido a sentirme cómoda, como en cualquier sitio.
Y este álbum que mezcla precisamente todos los mundo que ama, ¿ha llegado en el momento en que se ha atrevido a componer desde una libertad hasta ahora no explorada?
Supongo que también hay algo de ensayo y error. O sea, yo digo que cada disco es muy conceptual, que cada disco te cuenta una historia. Pero este supongo que a lo mejor es más claro en ese aspecto, porque también estoy más grande, tengo más experiencia haciendo música. Algo de eso hay también. La maternidad también me ha traído muchos regalos, mucha seguridad.
Lo más importante en este disco es el abrazarme y el quererme en este momento de mi vida a los 40
¿Cómo está viviendo la maternidad? ¿Cómo es la conciliación en el mundo de una artista?
Creo que lo llevo bastante bien hasta ahora. Intento tener mis momentos de darme mi tiempo para ser mamá, disfrutar a mi hijo y no dejar de ser también artista y hacer lo que me gusta. Hacer mi trabajo. Hay mujeres que dejan a su hijo en la mañana en la guardería y lo recogen por la tarde y van a la oficina. Bueno, es distinta mi vida, pero viajo con mi hijo, pero lo dejo de ver unas horas después estoy con él... como todas las mamás del mundo. Yo creo que lo intentamos y hacemos lo mejor que podemos dentro de lo posible, pero según yo lo llevo bastante bien y me gusta mucho ser mamá y me gusta mucho ser artista.
En una entrevista dijo que la música es como su “diario de vida”, en el que vuelca y plasma sus pensamientos, sus vivencias… ¿qué momentos encierra el nuevo disco?
Sí, es un diario de vida. En este álbum está mucho reflexionar acerca de las redes sociales, que creo que hoy sí son muy importantes en la vida de todas las personas. De los señalamientos, de los juicios, de esta cosa como religiosa, para mí el señalamiento social, la cultura de la cancelación, es como la nueva religión. Es algo que me importa. Y también el cómo me siento a mis 40 años. Me siento súper bien, me siento viva, me siento con ganas de hacer, de crear. Y también supongo que es como una declaración de principios, de decir “soy autopoiética”, como tengo la capacidad de recrearme y valorarme. Y que a los 40 años no se le acaba la vida a una mujer, sino que más bien es un nuevo momento maravilloso de madurez, de crecimiento y que lo estoy abrazando con mucho amor y que me encanta este momento y esta edad. Y creo que eso, eso es lo más importante en este disco, el abrazarme y el quererme en este momento de mi vida a los 40.
Las personas migrantes sentimos que un pedacito de ti se queda en tu país natal, hay promesas y fracasos
¿Queda algún género con el que todavía no se haya atrevido?
Conforme van surgiendo en mí las inquietudes voy haciendo. Hace mucho tiempo que tenía ganas de jugar con la ópera y en este disco tengo el Cover de “Casta Diva” [un aria de la ópera Norma] de Vincenzo Bellini, también quería hacer algo con la electrónica y entonces me aventuré con el techno. Hay cosas que me he ido aventurando disco por disco, todavía siento que hay muchas que podría hacer, pero en este momento me siento muy tranquila porque he hecho lo que me ha dado la gana.
¿Cómo ha sido el proceso creativo de este nuevo disco?
Yo quería hacer un álbum y no tenía ni una canción, ni una melodía, no tenía nada. Pero invité a dos de mis mejores amigos, a Manu Jalil y a Daniel Martínez, uno productor y el otro ingeniero. Los invité a mi casa. Vivo en una casa en un pueblito en el campo y les dije: “Vengan a mi casa, guárdenme un mes de su vida y se van a quedar aquí conmigo y vamos a encerrarnos en el estudio —tengo un estudio casero— y vamos a crear un álbum ahí”. Y eso hicimos, nos encerramos y fue bien distinto crear este disco, porque yo siempre tenía las canciones hechas con guitarras y ahora fue como partir de una base de música y sobre esa base yo empecé a a crear las melodías y todo, entonces fue bien distinto. Lo bueno es que crear así también me permitió seguir siendo mamá, porque estaba en mi casa y entonces hacía mis pausas, le daba pecho a mi hijo, todavía amamantaba en ese momento, y después me iba al estudio y podía seguir siendo mamá y estar en familia y creando a la vez.
Dentro de ese diario de vida que es Autopoiética, ¿qué historia hay detrás de Te juro que volveré? Quizás es la que más me ha sorprendido por la voz tan singular.
Ay, sí. Esa canción es una cumbia rebajada que surgió en la ciudad de Monterrey cuando accidentalmente se echó a perder el equipo de sonido y entonces se empezó a hacer una canción lenta y se volvió la magia. Entonces empezaron intencionalmente ya a ralentizar todas las cumbias, que son cumbias de Colombia, de Lisandro Meza. Entonces este fue todo un momento de contracultura como a principio de los 2000 que ahora tiene de nuevo como un revival. Y a mí me parece maravilloso. Me parece súper poético el pensar que accidentalmente esto se hizo lento y que ya se quedó, porque todo va muy rápido para adelante y esto es como un respiro, es como tan poético el tomármelo con calma y sentir la música. No es de bailar, sino que es como de vamos a sentirla en el cuerpo y eso me parece bellísimo. Entonces, tomé este estilo en particular para hablar de un tema que es uno de los temas que me importan, que me mueven, que es la migración. Soy migrante, 16 años en México, y creo que todas las personas migrantes sentimos que un pedacito de ti se queda en tu país natal. Hay promesas. Esta canción va de eso, va del fracaso. Le prometí a mi abuela llevarla conmigo. Me prometí a mí y a mi gente que iba a triunfar y que iba a sacar a mi familia adelante. Y claro, finalmente lo logré. Pero no lo logré a tiempo. Perdí a mi abuela antes de que eso sucediera. Y eso es un fracaso. Ella creía mucho en mí y estaba muy ilusionada con conmigo y eso no pasó. De eso va la canción. Y quise tomar este estilo musical por lo poético y porque también es un estilo de México que es ahora mi casa.
Para terminar, ya que arrancamos hablando de inspiración, ¿qué le está inspirando Sevilla? ¿había estado antes?
Me encantó, me encantó esta ciudad, es hermosa. Nunca había estado y tengo muchísimas ganas de ir a ver flamenco. Estoy desesperada. Necesito verlo. Amo el flamenco. Siento que yo tengo mucho de eso, mi voz tiene mucho del flamenco. Mi mamá escuchaba mucho flamenco. Y claro, no he estudiadobien esa música a profundidad, pero creo que está en mí como esa fuerza interpretativa del flamenco. Tengo muchas ganas de ir a escucharlo y conocer mejor la ciudad porque me parece maravillosa. Es tan bonita que de verdad parece como pintada.
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