El centro de atención de la Cumbre del Clima en Marrakech está situado a muchos kilómetros de la ciudad marroquí: en Washington. Más concretamente en el presidente electo de EEUU, Donald Trump y sus amenazas de desmontar el compromiso de su país con la lucha contra el cambio climático. El secretario de Estado norteamericano, John Kerry, le ha dicho este jueves desde Marruecos que fallar a este compromiso sería un “fracaso moral y una traición”. “Nadie puede dudar de que la mayoría del pueblo norteamericano sabe qué está ocurriendo con el cambio climático y está determinado a mantener los compromisos de París”.

Kerry no ha intervenido en representación de su país durante la sesión plenaria de la COP22. Ha hecho un discurso ante la delegación de su departamento en la que se ha esforzado por desmontar los temores que Trump ha ido extendiendo: “Entiendo que haya incertidumbre tras las elecciones”, ha admitido. Y luego ha puesto a Trump a hacer deberes: “No tome mi palabra. Pero nadie tiene el derecho a tomar decisiones que afectar a miles de millones de personas basándose solo en su ideología. Haga su propia investigación”, ha exclamado el jefe saliente de la diplomacia estadounidense.

El todavía secretario de Estado  ha insistido en que el Acuerdo de París ha sido ratificado unitariamente “para que entrara en vigor de manera permanente”. Y, en la misma línea, ha repetido que ese documento es un “marco construido para durar”, no para que se deshaga con el primer cambio de administración. “No es un asunto partidista: ni para los jefes militares, ni para las compañías ni, por supuesto, para los cientificos”.

En su última aparición en estas cumbres como miembro del Ejecutivo del presidente Barack Obama, John Kerry ha enviado esta advertencia, sin nombrar, al negacionista Trump: “Hasta el más escéptico, en algún momento, tendrá que admitir que está sucediendo algo”. Luego ha aligerado el discurso: “Algunas cosas se ven de manera diferente cuando estás en el poder”.

Eslóganes 'trumpistas'

Donald Trump ha lanzado una batería de eslóganes para sustentar su negacionismo. Algunos de los más populares han sido económicos y laborales: achaca a las restricciones de emisiones el riesgo de perder “el 45% de los empleos de la industria del carbón y el 500.000 trabajos en las fábricas”. Incluso habla de “7.000 dólares de pérdidas por habitante”.

En su objetivo de convertir al país en “energéticamente independiente” como prioridad en cuestión de seguridad y política exterior, ha anunciado que explotará todo el combustible fósil que aún está en el subsuelo: gas, petróleo y carbón. Y que no importaría nada de países “hostiles a nuestros intereses”.

Kerry ha expuesto que “el mercado y el sector privado” comprendieron (e invirtieron) el mensaje del Acuerdo de Paris y ha asegurado que “ninguna nación lo hará bien si se sienta a un lado” de esta inversión en energía limpia. “La cuestión no es si se hará esta transición, sino si se tendrá la voluntad para afrontarla” y para ello “el liderazgo político es crucial. En ocasiones no basta con dar lo mejor. Es preciso hacer lo necesario”.

Nota:

El viaje y la estancia del enviado especial de eldiario.es a la COP22 han sido sufragados por la organización Ecologistas en Acción. La ONG ha organizado una delegación de periodistas para asistir a la conferencia en Marrakech.