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“La pizza es uno de los productos más antiguos de la dieta mediterránea”: así justifica Madrid al Gobierno los menús de Telepizza

Un niño come un trozo de pizza del menú infantil de Telepizza mientras ve la televisión en su casa

Marta Borraz

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Aunque la Comunidad de Madrid ha decidido rectificar y cambiar los menús de Telepizza y Rodilla para los niños vulnerables, el Gobierno de Díaz Ayuso ha respondido al requerimiento que le hizo el Ministerio de Derechos Sociales de justificar el valor nutricional de estos menús para acceder a una subvención estatal de dos millones de euros. Y lo ha hecho asegurando que “la pizza es uno de los productos más antiguos de la dieta mediterránea y se consume desde hace más de 1.000 años”.

Con esas palabras textuales figura en el informe de la Consejería de Educación al que ha tenido acceso eldiario.es, en el que añade que “además de hidratos de carbono” la pizza “es fuente de nutrientes variados como: Potasio, Calcio, Hierro, Fibra, etc. gracias a la cantidad y variedad de alimentos que se pueden combinar en su elaboración”.

El ministerio recibió este informe el pasado 6 de mayo, después de que la Dirección General de Diversidad Familiar solicitara al Gobierno autonómico que demostrara “el carácter saludable o equilibrado” de los menús o valorara “otro proyecto” diferente para que pudiera ser financiado con el fondo estatal extraordinario para alimentación infantil. A la Comunidad de Madrid le corresponden dos millones de euros de este crédito, pensado para garantizar una dieta saludable a los menores más vulnerables tras el cierre de los comedores escolares.

El Gobierno autonómico señala en su informe que las alternativas puestas en marcha por las empresas de comida rápida no son “únicamente” “pizza o sandwiches”, sino que “existe una serie de opciones con ensaladas, pasta, y que también incluyen yogures y fruta”. Defiende que los menús de Viena Capellanes ofrecen también “legumbres, arroz, verduras y pescado”, pero esta empresa solo da 650 menús diarios frente a los 4.000 de Telepizza y Rodilla, según datos de la propia Comunidad de Madrid.

Como parte de la justificación, el escrito cita al “Dr. Escribano”, médico especialista en nutrición y medicina deportiva, “asesor habitual de clubes e instituciones deportivas” y de “distintos deportistas de élite como futbolistas o tenistas”. Y señala que el experto “pone en valor el aporte nutricional que tiene la pizza en la composición de una dieta saludable, equilibrada y variada para cualquier consumidor, en especial, los más jóvenes”. 

Los menores de familias que tienen precio reducido en el comedor por percibir la Renta Mínima de Inserción (RMI) llevan comiendo estos menús desde el pasado 18 de marzo y van a cumplir dos meses. La medida, que fue, no obstante, autorizada en su momento por el Ministerio de Sanidad, será sustituida finalmente el próximo 18 de mayo por “menús ordinarios”, coincidiendo con la finalización de los contratos con las empresas de comida rápida. 

El Ejecutivo autonómico incluye en el informe las opciones que se dan y que, en el caso de Telepizza, son fundamentalmente pizzas, hamburguesas, enrollados de jamón y queso y ensaladas. Rodilla ofrece sandwiches, bocadillos, fruta y ensaladas. Sin embargo, no se acompaña de un análisis detallado de ingredientes o nutrientes, sino que la Comunidad de Madrid se limita a asegurar que los menús “han sido supervisados por los departamentos de nutrición de las empresas pensando en una dieta equilibrada y variada” y en “factores como la ingesta de calorías, de fibra, las vitaminas aportadas, y minerales necesarios en su alimentación”.

Más allá de intentar justificar las comidas, alude a que el momento en el que se buscó la alternativa a los comedores era “una situación de emergencia” y era una medida de “carácter temporal”. “No es posible ver con los ojos de hoy lo que sucedió entre el 11 y el 18 de marzo pasados”, un momento “de gran desconcierto”. Además, alude a que el Ministerio de Sanidad autorizó el proyecto  y “parece claro que si hubiese considerado no adecuada la propuesta desde un punto de vista alimentario, la habría rechazado, dadas las competencias que ostenta”.

Según el informe, la Comunidad de Madrid “pensó en contratar empresas de catering y que los ayuntamientos ayudaran en la distribución”, pero cifra en 24 de 179 los consistorios que “respondieron”. Tras “fracasar esta posibilidad” asegura que se intentó que los niños y niñas pudieran comer en restaurantes, pero “este proyecto se convirtió en imposible” por el cierre de estos establecimientos. Y, por último, grandes superficies de alimentación les comunicaron que “les era imposible participar por el enorme esfuerzo que suponía el abastecimiento”.

Sin embargo, en ninguna otra comunidad se ha llegado a una solución como esta y expertos y familias coinciden en que otras opciones hubieran sido más idóneas. Por ejemplo, el ingreso en cuenta de la beca de Euskadi, los vales de compra en el supermercado de la Comunidad Valenciana o la tarjeta prepagada con La Caixa de Catalunya.

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