Un estudio sugiere que la combinación de dos fármacos reduce a la mitad las muertes en los casos más graves de COVID-19

Los resultados de un ensayo clínico divulgados este jueves en el Reino Unido sugieren que la combinación de tocilizumab, un fármaco usado hasta ahora para tratar la artritis reumatoide, y un corticoide como la dexametasona, puede reducir a casi la mitad las muertes en los pacientes más graves con COVID-19.
Ese efecto en la mortalidad se ha identificado en pacientes hospitalizados con hipoxia –déficit de oxígeno– e “inflamación significativa” que han necesitado ventilación mecánica invasiva, según un comunicado emitido por los responsables del ensayo Recovery, dirigido por la Universidad de Oxford. En junio de 2020, el ensayo Recovery ya mostró que la dexametasona reduce la muerte de los pacientes con COVID-19 grave. Ahora se confirma que si a ese corticoide se suma el tocilizumab, los resultados mejoran.
En el caso de las personas ingresadas que solo han requerido un tratamiento con oxígeno no invasivo, las muertes decrecen en torno a un tercio tras el empleo de ambos fármacos.
El mismo ensayo clínico a gran escala, que cuenta con la colaboración del sistema de salud público del Reino Unido, ya había detectado en junio que la dexametasona, una sustancia de bajo coste que reduce la inflamación, contribuye a salvar vidas entre los pacientes más graves de COVID-19.
Informa EFE.