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ENTREVISTA
Secretaria de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial

Carme Artigas: “Las startups son las cooperativas del siglo XXI”

Carme Artigas, secretaria de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial.

Carlos del Castillo

16 de diciembre de 2021 22:50 h

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El Gobierno presentó el pasado viernes la Ley de Startups, cuyo objetivo es favorecer el nacimiento y consolidación de este tipo de empresas emergentes. “Va a cambiar el clima para hacer negocios en España”, presume Carme Artigas, secretaria de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial, encargada de coordinar a los 11 ministerios que han participado en su redacción. Incluye beneficios fiscales, burocracia aligerada o visados especiales para atraer trabajadores extranjeros.

De momento ha recibido la bendición de empresarios como Ana Botín. “Agradecemos la visión en favor de la innovación y el cambio, que es esencial para nuestro futuro”, ha declarado la presidenta del Santander. La Unión de Asociaciones de Trabajadores Autónomos y Emprendedores (UATAE), en cambio, ha criticado que la norma crea “un paraíso fiscal que perjudica a la mayoría de autónomos y pymes” y es “un agravio” para los autónomos que no pueden acceder a las ayudas.

Artigas conoce el sector. En 2006 cofundó una startup de análisis de datos e inteligencia artificial que vendió a Telefónica en 2015 por 10 millones de euros, pasando a formar parte de la junta directiva de la multinacional. En enero de 2020 llegó al Gobierno con la misión de montar la primera Secretaría de Estado especializada en Digitalización e IA. Dos meses después llegó la pandemia, que ha convertido a su departamento en el encargado de repartir miles de millones de ayudas europeas. “Hemos robotizado el proceso para pedir solo 6 documentos en vez de 36”, explica en entrevista con elDiario.es.

Defiende que la ley de startups es una de las más importantes de la legislatura. ¿Por qué?

Porque es una reforma estructural. Cuando hablamos de los planes de recuperación y de la gran oportunidad que suponen, siempre pensamos en las inversiones. Pensamos en que los 70.000 millones que España ha pedido. Pero nos olvidamos de las reformas.

Sin reformas, las inversiones no tienen el impacto que pueden tener. Lo importante no solo es invertir en esos sectores que necesitan empuje para recuperarse económicamente y transformarse, sobre todo para su transformación digital o ecológica, sino también llevar a cabo esas reformas del modelo económico que van a favorecer otras dinámicas, en este caso en el ámbito empresarial. La ley de startups es una de esas grandes reformas que van a cambiar el clima de hacer negocios en España.

La ley de startups es una de esas grandes reformas que van a cambiar el clima de hacer negocios en España

Forma parte de una trilogía de leyes junto a la ley Crea y crece y la ley de Morosidad. La ley Crea y Crece está en trámite parlamentario, la ley de startups empezará ahora y la Ley de Morosidad se está terminando para poder ser aprobada también en Consejo de Ministros. 

De lo que se trata es de, en primer lugar, estar actualizado en lo referente a las nuevas dinámicas de la generación de oportunidades de negocio, de creación de empleo de calidad que te ofrecen las startups y crear un marco favorable al nacimiento y al crecimiento de esas startups de nuestro país, porque hasta ahora lo tenían todo bastante en contra.

Usted creó una de esas startups centrada en la inteligencia artificial. ¿Tan difícil es poner en marcha empresas de este sector en España?

Totalmente. Antes de la Ley de startups emprender en España era ser un héroe. Tienes que poner tu patrimonio personal en riesgo, sobre todo cuando estás emprendiendo en el ámbito tecnológico, donde hay una batalla global por el talento, tú eres una empresa pequeña que tiene que competir con las grandes compañías internacionales por tus clientes, no tienes incentivos para recibir inversión, ni para poder motivar a esos emprendedores para que formen parte del éxito del proyecto... Eso es lo que estamos resolviendo con la Ley de startups. 

Crear empresas no es ningún chollo. Emprender es un riesgo. Para mí lo más difícil de ser emprendedora ha sido tener la responsabilidad a mis espaldas de 200 nóminas cada mes. Eso genera una presión que muy poca gente sabe apreciar o reconocer cuando no ha pasado por ello. En una trayectoria de 15 años, hubo dos momentos concretos donde estuvimos a punto de perderlo absolutamente todo, todos tus ahorros de 30 años. Eso la gente no lo cuenta, solo cuenta cuando ha tenido éxito y cuando la compañía, pues igual se ha vendido o has podido salir en una operación interesante. No cuenta todas las noches sin dormir y no cuenta todos los riesgos que ha tenido esa empresa.

Para mí lo más difícil de ser emprendedora ha sido tener la responsabilidad a mis espaldas de 200 nóminas cada mes. Eso genera una presión que muy poca gente sabe apreciar

Esta Ley de startups entiende el fracaso como parte de un proceso y por tanto permite el emprendimiento en serie, da derecho a la segunda oportunidad al permitir acogerse a ella hasta tres veces. También elimina las barreras de entrada permitiendo que estas empresas tengan un tipo reducido de sociedades, incentivando que si un business angel [se denomina ángel inversor a las personas que invierten su capital en la fase inicial de una compañía emergente para permitirla crecer], o tu familia, o tú mismo inviertes en tu empresa, pues que los primeros 100.000 euros no tengan que pagar impuestos y los siguientes solo el 50% de esa cantidad.

La regulación del sector de las stock options también es clave [las opciones de compra de acciones son utilizadas habitualmente por las startups para fidelizar a sus primeros trabajadores]. Yo digo que las startups son las cooperativas del siglo XXI porque son las empresas más democráticas que existen, en el sentido de que incentivan al empleado animándolo a formar parte del éxito futuro. Tú no estás fichando un empleado por las horas que pasa en tu puesto de trabajo, lo valoras por el valor diferencial que está aportando y que permite que la compañía valga más de aquí a 10 años de lo que vale hoy. Son compañías con las dinámicas muy concretas que compiten en nivel global para captar el talento y la manera de incentivar eso no es por el salario, sino por la expectativa de poder participar en los beneficios futuros.

El sector tecnológico español se caracteriza por sus bajos sueldos. En ciberseguridad, por ejemplo, muchos especialistas españoles trabajan para empresas extranjeras porque pagan el doble. ¿Esas rebajas fiscales serán suficientes para atraer trabajadores extranjeros?

Eso puede ser un inconveniente o una ventaja. Si España tiene el mismo talento que Alemania y sus costes laborales son un poco inferiores, porque el coste de la vida en general es un poco inferior, y además la calidad de vida es superior, pues puede ser una ventaja competitiva para, desde aquí, dar servicio a empresas de todo el mundo.

Si España tiene el mismo talento que Alemania, sus costes laborales son un poco inferiores y además la calidad de vida es superior, puede ser una ventaja competitiva

Las dinámicas futuras no las sabemos. La realidad es que a medida que vamos avanzando en la deslocalización de los puestos de trabajo y en el teletrabajo, al final todo se va a igualar. De la misma manera que un español trabaja desde aquí para una empresa alemana, un americano puede venir a España y trabajar para una empresa americana cobrando un salario americano. Lo que está clarísimo es que el mundo se va a configurar alrededor del talento y que tú ya no vas a ir a trabajar a un sitio. El trabajo ya no es un sitio. El trabajo es una función que contribuye a otra función mayor, que es un propósito empresarial, etc.

El mundo se va a configurar alrededor del talento. El trabajo ya no es un sitio. El trabajo es una función

Lo que va a pasar es que usted ya no va a ir a un puesto de trabajo, sino que el trabajo va a ir donde está el talento. Lo que intentamos crear en España es ser un hub de talento. Lo estamos consiguiendo sencillamente anunciando nuestras estrategias. Cuando hemos diseñado una Estrategia Nacional de Inteligencia Artificial y la hemos empezado a poner en marcha, en este año, solo en este año, siendo el año postpandemia, diez multinacionales han instalado en España sus centros de I+D, de Inteligencia Artificial y de ciberseguridad. Y en todo el territorio: en Madrid, en Barcelona, en Bilbao, en Granada, en Málaga, en Valencia, en Alicante. España ya empieza a sonar en el mundo como un destino atractivo para el talento. Y el talento llama al talento. La mejor manera de que te venga el talento es que venga a trabajar en un sitio donde ya hay talento. Eso es lo que queremos conseguir.

La Ley ha recibido algunas críticas. ¿Espera que haya fricciones por las empresas que pueden acceder a la calificación de startup (y a las ayudas) y las que no?

No esperamos que haya ningún conflicto en ese sentido. Creo que todos tenemos muy clara la diferencia entre una pyme que se digitaliza y una startup, que son empresas que tienen una base tecnológica, unos tipos de puestos de trabajo muy concretos, unos activos que no son físicos sino inmateriales, basados en el conocimiento, que escalan muy rápidamente y con potencial global. Por eso hemos preparado una ley especial para ellas. 

Las startups podrán acceder a las ayudas siempre y cuando no repartan beneficios, porque no queremos crear un sector de empresas que nunca paguen impuestos. Queremos que crezcan y que empiecen a pagar impuestos en España

Si hay alguna duda la Empresa Nacional de Innovación, que está acostumbrada a ver estas cosas cada día, será la que resuelva. La ley además define por primera vez lo que es una startup: empresas emergentes en sectores digitales y con alta capacidad de transformación, en sus primeros cinco años de vida. Y siempre y cuando no repartan beneficios, porque no queremos crear un sector de empresas que nunca paguen impuestos. Queremos que crezcan y que empiecen a pagar impuestos en España.

Las startups españolas han batido récords este 2021, superando los 3.000 millones de inversión. ¿Cree que ha influido que el sector conocía la preparación de esta ley?

Claro. Además todo lo que hemos hecho a través de un diálogo permanente con el sector. Si compara el anteproyecto de ley como lo presentamos a la consulta pública en junio y cómo está ahora, verá que hay un cambio absolutamente sustancial, básicamente motivado por las demandas que el sector nos trasladó. La respuesta ha sido ampliamente positiva porque se ha valorado el gran esfuerzo que se ha hecho en mejorar ese primer borrador.

Ahora lo que hace falta es que pase el trámite parlamentario. Estamos interpelando a todos los partidos políticos para que, por favor, lo agilicen. Si se puede hacer en seis meses mejor que en un año. Lo que queremos es que entre en vigor lo antes posible, a ser posible en septiembre de 2022 como muy tarde.

Este martes el Gobierno británico denunció el “duopolio” que ejercen Apple y Google en los dispositivos móviles por "perjudicar a los consumidores y a la innovación". ¿Le preocupa la posición dominante de los gigantes digitales en el mercado? 

Que estas multinacionales actúan como monopolios no es ninguna sorpresa. Lo sabemos desde hace años y por eso Europa está poniendo remedio. La única preocupada por limitar el poder de las grandes plataformas en el mundo se llama Europa, y lo está haciendo con dos grandes directivas: la de servicios digitales y la de marketing digital.

Lo que está claro es que es un sector que se debe regular. No puede ser que dos industrias distintas ofrezcan el mismo producto o servicio a algunos usuarios y que unos estén regulados, como la banca o las telecos, y otros no, como las plataformas digitales.

No puede ser que dos industrias ofrezcan el mismo servicio a algunos usuarios y que unos estén regulados, como la banca o las telecos; y otros no, como las plataformas digitales

Europa tiene muy claro que la transformación digital es importantísima, que nos jugamos mucho a nivel competitivo. No queremos ser solo consumidores de tecnologías, sino también creadores y productores; y tampoco queremos ser un árbitro en la batalla entre China y Estados Unidos. Queremos ser actores, pero con nuestras reglas. Una tercera vía que se basa en el control de los datos por parte de los ciudadanos europeos y en el humanismo tecnológico. Y esto es cosecha española, ya que lo estamos avanzando con nuestra Carta de derechos digitales.

¿Cree que la posición de estos gigantes está perjudicando la innovación en Europa? 

La concentración siempre perjudica la creación de nuevos players [jugadores]. Si no, no se hubieran liberado el ferrocarril o las redes de telecomunicaciones. Cuando algo se convierte en un monopolio de facto evita que haya competencia. Lo que tenemos muy claro es que igual que se liberó el acceso a las vías de tren, se tienen que liberar los datos que están en posesión de esas compañías. Para que se puedan entrenar modelos de inteligencia se puedan entrenar por terceros, o crear mecanismos de compartición de sus datos.

De todas formas estas compañías, los Google y los Apple, tienen muy claro que quieren estar presentes en el mercado europeo. Cumplirán las normas que acordemos.

¿Cuándo se empezarán a repartir las ayudas a la digitalización de las pymes? 

A finales de enero. En este sentido hemos anunciado recientemente el Kit Digital, que es este gran programa de transformación digital para nuestras pymes, pero orientado a ese millón de pymes pequeñas que necesitan una digitalización básica. Esas empresas por debajo de 10 trabajadores a las que no solo tenemos que ayudar a transformarse sino a adoptar la tecnología, para que no se queden atrás. 

Las condiciones de las ayudas van a salir en el BOE antes de las vacaciones de Navidad y durante el mes de enero empezará el registro de las empresas digitalizadoras dentro del portal que hemos montado en la web Acelera pyme. Ahí pueden hacer su autodiagnóstico, obtener el bono y gastarlo en los servicios de las empresas digitalizadoras que se ofrecen en el marketplace.

Estamos utilizando herramientas de robotización e inteligencia artificial para conceder las ayudas en dos o tres semanas

Lo estamos haciendo de tal manera que el proceso de concesión de la subvención sea muy ágil, utilizando herramientas de robotización e inteligencia artificial. Estamos hablando de dos o tres semanas en vez de dos o tres meses. Eso también es parte de la innovación de este Kit digital, porque lo más crítico es llegar con capilaridad a un millón de pymes, son un millón de subvenciones individuales que tienes que revisar, que tienes que conceder y que tienes que abonar. La recepción ha sido muy positiva y tiene un planteamiento que no espera tanto que las pymes se apunten una por una, trayéndola de la oreja, sino que sea el propio sector de las empresas de servicios digitalizadores de nuestro país se movilicen para captar a sus clientes,

La clave de todo eso es que los digitalizadores se registren y después las pymes se apunten. Por tanto, es casi más importante la captación de las empresas digitalizadoras que la de las pymes, porque detrás de los digitalizadores van a venir las pymes.

¿El Gobierno confía en que podrá repartir la totalidad de los fondos europeos?

Debemos y queremos. Todo está preparado. Estamos todos cada día innovando para que todo sea más eficiente y más rápido. Como le digo nosotros por ejemplo hemos implantado robots RPA [siglas en inglés de Automatización Robótica de Procesos] para que las empresas tengan menos carga burocrática. Si se necesitan, y esto es literal, 36 documentos para presentarse a una subvención, hemos conseguido automatizar la entrega de todos menos seis, de manera que solo vamos a pedir esos seis.

Hemos conseguido automatizar la entrega de 30 documentos, de manera que solo vamos a pedir seis para solicitar las ayudas

Como digo yo, para tener resultados distintos, has de hacer cosas distintas y de manera distinta, haciendo lo mismo no puedes conseguir resultados distintos. Lo que estamos haciendo en esta Secretaría de Estado no lo ha hecho nadie antes, ni con este volumen de ejecución, ni con este volumen de impacto. Cada vez que hacemos una cosa, la tenemos que inventar. Por supuesto dentro de los límites lógicos de control y de rigidez de las estructuras legislativas y jurídicas del Estado, que son las que nos dan las garantías de que no nos equivocamos y actuamos con transparencia, concurrencia y seguridad jurídica.

¿Le preocupa que la variante Ómicron ponga en peligro la celebración del Mobile World Congress de Barcelona?

No nos preocupa. Estamos hablando con la Fundación y el ritmo de registros es muy positivo. De la variante Ómicron no se sabe demasiado, aparte de que se propaga muy, muy, muy rápido. Yo creo que es una conversación aún prematura. La conferencia sectorial va a evaluar las próximas medidas a seguir, los mecanismos de coordinación a nivel europeo están funcionando perfectamente y lo que se decida en esos foros es lo que se hará.

¿Se contempla que haya que retrasarlo hasta verano, como este 2021?

En este momento no está contemplado para nada.

¿Qué le parece el metaverso, que se anuncia como la próxima revolución de la digitalización? 

El metaverso es un hype [bombo publicitario]. Es un nombre, una expectativa, una operación de marketing, algo que no existe tecnológicamente, pero que ya se ve que puede ser una tendencia. Lo que esperamos es cuando el metaverso sea una realidad hayamos puesto en marcha el Reglamento Europeo de Inteligencia Artificial y podamos limitar cosas que si el metaverso se activa de la noche a la mañana pueden ser muy peligrosas, como esa invasión masiva de la privacidad, la seguridad de nuestros datos, el impacto de las adicciones en el ámbito de juego online, el impacto mental que tienen ciertas redes sociales.

El metaverso es un 'hype'. Es un nombre, una expectativa, una operación de marketing

Esta mañana [por la mañana del martes] estaba en un foro, había allí un representante de Facebook y en lo que todo el mundo está de acuerdo es que cuando el metaverso nazca debe estar regulado. Debemos saber cuáles son las leyes que aplican allí y eso requiere una maduración que ahora mismo no está. Si no sabemos cómo regular el uso que los menores hacen de Instagram y cómo impedir ese impacto que tiene en ellos los patrones estéticos que ven en las redes, si aún no hemos conseguido resolver el problema de la desinformación, imagine un espacio donde todos los problemas se junten. 

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