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La guerra baja un nuevo telón de acero digital sobre el Internet ruso

La guerra ha proporcionado a Vladímir Putin una excusa para acelerar un plan que lleva en marcha, al menos, desde 2014. Tras asistir con recelo a las primaveras árabes y comprobar el peso que las redes sociales de EEUU tuvieron en ellas, Moscú vio el mismo proceso sucediendo en su frontera, con el Euromaidán ucraniano, y decidió actuar. Putin calificó Internet como “un proyecto de la CIA” e impulsó una batería de leyes para controlar el discurso de blogueros y usuarios de redes. En 2019 Rusia aprobó su Ley de Soberanía de Internet, que le permite censurar la red e independizarse de su infraestructura. Este fin de semana, esa trayectoria ha dado un paso más.

Facebook, Twitter y TikTok están censurados en Rusia desde el viernes, YouTube está amenazado y Netflix y Spotify han desactivado sus retransmisiones. Buena parte de los servicios digitales occidentales están saliendo del país, mientras el regulador de telecomunicaciones ruso, el Roskomnadzor, ha ordenado a las instituciones públicas que no utilicen ningún recurso informático localizado en un servidor extranjero. La escalada amenaza con aislar por completo la red rusa de la del resto del mundo, como ocurre en China o Corea del Norte.

El bloqueo de las redes sociales extranjeras se produce a raíz de dos leyes aprobadas el mismo viernes en la Duma por la vía de urgencia, y que sancionan con hasta 15 años de cárcel la difusión de “noticias falsas” sobre el ejército ruso. “Pronto millones de rusos de a pie se encontrarán sin información fiable, privados de sus formas cotidianas de conectarse con la familia y los amigos y silenciados para expresarse”, ha avisado Nick Clegg, ex viceprimer ministro británico y vicepresidente de Facebook. “Seguiremos haciendo todo lo posible para restablecer nuestros servicios para que sigan estando disponibles para que la gente se exprese de forma segura y se organice para actuar”, añade.

El Kremlin llevaba días persiguiendo a los medios de comunicación por calificar de “ataque”, “invasión” o “guerra” la agresión a Ucrania. Con las nuevas leyes ha forzado a los corresponsales extranjeros a salir del país si quieren seguir informando sobre el conflicto mientras obliga a las redes a censurar a sus usuarios. “Nuestra mayor prioridad es la seguridad de nuestros empleados y nuestros usuarios y, a la luz de la nueva ley de ”noticias falsas“ de Rusia, no tenemos otra opción que suspender los directos y los nuevos contenidos de nuestro servicio de vídeo”, ha expresado TikTok.

“Estas nuevas leyes forman parte del despiadado esfuerzo de Rusia por suprimir toda disidencia y asegurarse de que la población no tenga acceso a ninguna información que contradiga la narrativa del Kremlin sobre la invasión de Ucrania”, denuncia Hugh Williamson, director para Europa y Asia Central de Human Rights Watch. Las últimas disposiciones crean un riesgo de persecución penal que puede llevar a prisión a periodistas profesionales y “cualquiera que publique mensajes en Internet o incluso que hable de la guerra en público”, advierte la ONG.

Rusia ha detenido a unas 14.000 personas, 5.000 de ellas este domingo, por protestar contra la guerra. Ante las prohibiciones del Kremlin, las apps de servicios VPN (que permiten ocultar el lugar desde donde se establece la conexión y saltarse los bloqueos de acceso a la información) se han convertido en las más descargadas de Rusia, según muestran las estadísticas de la Play Store (Android) y la App Store (iOS).

Las sanciones económicas y la decisión de muchos servicios digitales de retirarse de Rusia para cumplirlas están teniendo el efecto secundario de profundizar en el plan de Putin de aislarse del resto de Internet. “¿Qué estáis haciendo, Cogent? Cortar el acceso a Internet a los rusos les priva de fuentes de noticias independientes y de la capacidad de organizar protestas contra la guerra. No le hagáis el trabajo sucio a Putin”, expresó Eva Galperin, directora de ciberseguridad de la ONG de derechos digitales EFF. Cogent Communications es una compañía estadounidense líder en la transmisión de datos digitales: por sus infraestructuras pasa aproximadamente un 25% del tráfico mundial y el viernes anunció que dejaría de prestar servicio en Rusia.

Desconectar a Rusia de Internet es una mala idea, coincide la organización Access Now. “Limitar el acceso de los rusos a la información independiente les dejará solo con la propaganda estatal, que actualmente les incita a la guerra con Ucrania”, recuerda Natalia Krapiva, su asesora legal en materia tecnológica. Sin embargo, esta es la política que Ucrania está forzando a toda máquina a través de su vicepresidente Mykhailo Fedorov, encargado de la cartera de Transición Digital.

Desde el comienzo de la invasión, Fedorov se ha puesto en contacto con los responsables de decenas de multinacionales digitales para que detengan sus servicios en Rusia. Las presiona a través de las redes sociales para que castiguen a su invasor como repulsa a la guerra. Una de sus últimas peticiones ha sido al ICANN, la organización internacional que gestiona los dominios web, para que aísle los .ru de la red global.

¿Aproximación a China?

Raquel Jorge, investigadora del Real Instituto Elcano especialista en Tecnología y Asuntos Globales, destaca que, con la salida de las compañías occidentales, Moscú intentará que sean los servicios desarrollados en Rusia los que ocupen su lugar. No obstante, esa política podría tener más de “narrativa contra los países occidentales que la castigan” que de realidad. “Rusia no es un país tecnológicamente maduro como para sobrevivir por sí misma. Hay ciertos sectores que van a tener que aumentar su dependencia de las infraestructuras chinas”, explica.

Una de las áreas en las que ya se ha producido ese acercamiento es en los pagos digitales. Las tarjetas de crédito de Visa y Mastercard emitidas por los bancos rusos dejarán de funcionar en el extranjero a partir de este miércoles y UnionPay, el sistema chino de pago electrónico, ya negocia con el banco central ruso para ocupar el lugar de sus competidores de EEUU.

Rusia y China consideran 'inaceptable cualquier intento de limitar su derecho soberano a regular los segmentos nacionales de Internet'

Apenas unos días antes de que las tropas rusas invadieran Ucrania, Putin y el presidente chino Xi Jinping celebraron un encuentro de alto nivel en el marco de los Juegos Olímpicos de Invierno de Pekín. Uno de los puntos que trataron fue la gobernanza de Internet, plasmando que “consideran inaceptable cualquier intento de limitar su derecho soberano a regular los segmentos nacionales de Internet y garantizar su seguridad”. China, que desarrolló el conocido “gran firewall” (una analogía con la Gran Muralla) para impedir las injerencias extranjeras en su red, puede convertirse ahora en el ejemplo a seguir de Rusia.

“Rusia quiere proteger sus fronteras digitales, pero una cosa es proteger tu información sensible y tu infraestructura digital y otra controlar los flujos de información y los contenidos, que es lo que está haciendo ahora”, recuerda Jorge. La experta recuerda que Pekín ha mantenido una posición neutral respecto a la invasión, sin imponer sanciones pero sin apoyarla en el Consejo de Seguridad de la ONU, por ejemplo.

Críticas a la UE por su política contra la propaganda

La decisión de Rusia de bloquear la mayoría de redes sociales extranjeras llegó días después de que la UE forzara a los servicios digitales a restringir el acceso a los medios oficiales rusos, como RT y Sputnik, acusados de distribuir propaganda de guerra. Una medida que ha recibido críticas por su encaje en las normas de libertad de expresión del continente. “Me parece una medida muy peligrosa y que puede sentar un precedente aún más peligroso”, ha avisado el abogado Samuel Parra.

El bloqueo ordenado por Bruselas no solo afecta a los perfiles en redes sociales de los medios oficiales rusos, sino también a Google, que los ha sacado por completo de su buscador. Este martes Josep Borrell, el jefe de la diplomacia europea, ha anunciado que los Veintisiete trabajan en un nuevo “mecanismo para sancionar actores nocivos que desinforman”, también con RT y Sputnik en el horizonte. “Tiene que haber alguna garantía para que la información no sea un elemento que contamine las mentes”, ha defendido

En todo caso, la UE asegura que los bloqueos contra los medios oficiales rusos son “medidas excepcionales, selectivas y temporales, adoptadas en un contexto muy concreto y sin precedentes: la agresión militar de Rusia contra Ucrania”. “RT y Sputnik no son organizaciones mediáticas, sino las armas de engaño del Kremlin”, justifica el East Stratcom Task Force, la unidad oficial encargada de vigilar la propaganda rusa en la UE.

“RT ha definido su misión en términos militares. Su editora en jefe, Margarita Simonyan, ha equiparado públicamente la importancia de RT con la necesidad de un Ministerio de Defensa en Rusia. Según ella, RT es capaz de ”llevar a cabo una guerra de información contra todo el mundo occidental“, utilizando ”el arma de la información“. El objetivo estratégico de RT es ”conquistar“ y ”hacer crecer una audiencia“ para aprovechar el acceso a esa audiencia en ”momentos críticos“, revela el organismo.

“Estas medidas no son una ”censura“ ni una ”prohibición general“, sino que establecen un cuidadoso equilibrio: respetan los derechos fundamentales y solo los restringen de forma proporcionada como parte del régimen de sanciones con base legal”, afirma esta unidad antipropaganda.