De hachas a fusiles: cómo la ‘fiebre del sílex’ de hace 6500 años llegó hasta el siglo XIX
Las minas de sílex prehistóricas situadas en la partida de La Leandra, en la localidad de La Muela (Zaragoza), que constituyen los indicios de minería más antiguos documentados en Aragón. Así lo han publicado investigadores del grupo Primeros Pobladores y patrimonio Arqueológico del Valle del Ebro (P3A), del Instituto Universitario de Investigación en Ciencias Ambientales de Aragón (IUCA) y de las universidades de Zaragoza, País Vasco y Tucumán en un estudio. Esta publicación revela un conjunto minero de gran complejidad y extensión, cuyas minas datarían del Neolítico (hace 6500 años aproximadamente), aunque habrían sido objeto de aprovechamientos en otros momentos históricos.
La revista Munibe Antropologia-Arkeologia, editada por la Sociedad de Ciencias Aranzadi, ha publicado recientemente un artículo en el que se presenta la primera fase de las investigaciones, dirigidas a delimitar y evaluar la entidad del yacimiento, identificar los puntos concretos de explotación y determinar sus características. Se trata de un contexto minero alterado y parcialmente oculto, ya que sobre las labores prehistóricas se superponen importantes canteras de los siglos XVIII y XIX para la producción de piedras de fusil, de notable interés histórico y patrimonial, pero que dificultan el reconocimiento de las minas antiguas.
En este conjunto, de unas 30 hectáreas de extensión, se desarrollaría una minería de transferencia a cielo abierto a partir de pequeños pozos iniciales y su ampliación posterior, llegando a conformar un frente de cantera con incipientes galerías.
En este tipo de minería los derrubios generados conforme avanzan los desmontes van rellenando los huecos de las labores precedentes. Se trata de un modelo que transciende en el tiempo y que tiene su principal referencia peninsular en las explotaciones neolíticas de Pozarrate (Treviño, Burgos). A pesar de las diferencias tecnológicas y cronológicas, las explotaciones para piedras de fusil de los siglos XVIII y XIX siguen el mismo patrón.
De esto se deduce una adaptación a los condicionantes geológicos y a la disposición de las formaciones que contienen las materias primas objeto de interés, en este caso los nódulos de sílex.
Las evidencias denotan un trabajo continuado, sistemático y planificado en estas minas, en las que se extrajo el sílex tipo Botorrita-Monegros de forma masiva y desde las que se distribuyó ampliamente por buena parte del valle del Ebro e, incluso, más allá de los Pirineos. Los artefactos más significativos hallados en La Leandra son las numerosas mazas de minero, algunas con pesos de más de 11kg., utilizadas para romper la roca caliza en el frente de cantera y extraer los nódulos de sílex.
La investigación realizada permite determinar las características de las antiguas actividades de explotación y propone un modelo de producción compatible con el conjunto de evidencias, proporcionando así pautas sobre los sistemas productivos del Neolítico y creando una base para el estudio del suministro y flujo de las materias primas líticas.
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