Lukas Truniger, 'Arcoíris imposible': “El deseo de controlar la naturaleza es algo humano, pero está condenado al fracaso”
Lukas Truniger es un artista visual y sonoro que trabaja con medios generativos, mientras que Bruce Yoder es investigador de la Escuela Politécnica de Zúrich en el campo de la fisicoquímica. Sus dos mundos, aparentemente alejados, han encontrado un nexo de unión en lo que ellos denominan “naturalezas sintéticas”, un concepto paradójico en el que se han adentrado recreando fenómenos atmosféricos de forma artificial. Aunque sus primeras colaboraciones se centraron en las nubes con su proyecto Ethereal Fleeting, en los últimos años sus investigaciones han derivado hacia el fenómeno óptico natural por excelencia: el arcoíris.
Arcoíris imposible: un ejercicio de paisajismo celeste es una instalación inmersiva que, utilizando luces y sonidos controlados digitalmente, sumerge al espectador en un paisaje neblinoso y cambiante, atravesado por rayos luminosos que despliegan los colores del arcoíris sobre el monumental espacio de LABoral Centro de Arte y Creación Industrial (Gijón, Asturias). El proyecto fue seleccionado por la plataforma EMAP, cofinanciada por Europa Creativa, para desarrollarse durante un periodo de residencia en LABoral donde puede visitarse gratuitamente hasta el 3 de mayo de 2025.
Arcoíris imposible recrea fenómenos ópticos naturales de forma artificial ¿Cómo nace este proyecto?
La idea surgió de nuestra curiosidad por el entorno que nos rodea y del asombro que sentimos al observar la atmósfera. Queríamos invitar al público a experimentar esa misma sensación, proponiéndoles un ejercicio de observación e imitación para que puedan, de alguna manera, reencontrarse con su entorno.
El químico Bruce Yoder es mi compañero de proyecto y llevamos años trabajando en la imitación de fenómenos atmosféricos naturales, como las nubes. Siempre nos han fascinado estos procesos, y a partir de ahí comenzamos a interesarnos por otros fenómenos ópticos que ocurren en el cielo. Estos dependen mucho del punto de vista de quien los observe y nos plantean preguntas sobre las condiciones frágiles y efímeras de la naturaleza que nos rodea.
Formáis parte del programa de residencias de la European Media Art Platform (EMAP), ¿qué ha supuesto para vosotros y vuestro trabajo?
Ser parte de EMAP ha sido una gran oportunidad tanto para este proyecto como para nuestro trabajo en general. Es una plataforma muy bien conectada que reúne a instituciones de renombre, como Ars Electronica o LABoral Centro de Arte, con artistas e investigadores de todo el mundo. Es una red fascinante de recursos, conocimientos y contactos que permite que los proyectos y las ideas crezcan y evolucionen.
En la exposición se va a ver claramente la colaboración entre arte y ciencia ¿Cómo es compartir proyecto con un fisicoquímico?
Trabajo con Bruce Yoder desde 2018, en el marco de nuestra instalación Ethereal Fleeting, que consiste en la creación de nubes sintéticas. Nos intercambiamos ideas todo el tiempo y, aunque cada uno tiene su área, las contribuciones que hacemos son muy equilibradas. Ambos estamos muy comprometidos con explorar las posibilidades de las “naturalezas sintéticas”, imitando y extrapolando fenómenos naturales. Este tipo de colaboración, que mezcla arte y ciencia, crea un entorno único y muy enriquecedor.
Al adentrarnos en la exposición, parece que hay un deseo de entender o incluso controlar ciertos elementos de la naturaleza ¿Estás de acuerdo?
Sí, creo que el deseo de controlar la naturaleza es algo muy humano, aunque siempre está condenado al fracaso. La realidad es tan compleja que, aunque intentemos controlarla, siempre se nos escapan detalles importantes. Lo que queremos plantear con la obra es una reflexión sobre este dilema: ¿por qué sentimos la necesidad de controlar el entorno? ¿qué hay detrás de ese impulso? Y, quizás lo más importante, ¿existen formas alternativas de coexistir con la naturaleza?
Estas consideraciones encierran cuestiones importantes en un sentido más amplio: el control meteorológico ha sido históricamente un tema crucial de interés militar y geopolítico, y lo sigue siendo hasta la fecha. Reflexionamos sobre este desarrollo tecnológico al margen de motivos de poder y codicia (por ejemplo, militares o económicos). Mientras que otros fenómenos atmosféricos como las nubes tienen un interés altamente geoestratégico en términos de acceso al agua y refrigeración, el arcoíris es un fenómeno de puro interés estético y poético, abierto a la exploración por parte de artistas, científicos y cualquier otra persona.
¿Qué podrá encontrar el espectador que visite la exposición?
La instalación presenta varios fenómenos visuales que surgen lentamente en el espacio, con una estética que evoca al arcoíris. Son fenómenos frágiles, efímeros y misteriosos, pero al mismo tiempo llenos de belleza. La idea es crear un entorno en el que el espectador pueda explorar, caminar y descubrir poco a poco los secretos que guarda. Es una experiencia bastante contemplativa, en la que las luces y los sonidos evolucionan suavemente en este gran espacio expositivo, invitando al espectador a detenerse y disfrutar de la calma y la fragilidad del momento.
0